Los aullidos a la luna

Capítulo 22

Gemelas
Demian
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Sentado en la barra estaba Alec viéndonos con una taza de café en las manos sabiendo muy bien que lo estaba ayudando con la resaca. Estaba demacrado tenía unas enormes ojeras negras, apestaba a alcohol y cigarros. En su camiseta había un poco de sangre y también en su jean, lo que me decía que estuvo peleando en el bar de mala muerte. Su mirada triste y melancólica viajó hasta donde estaba Bailey, ella en cuanto lo vio comenzó a temblar y agarro del brazo con fuerza a Angelic que no apartaba la mirada de Alec. El sonido del llanto de Bailey interrumpió en la calma del local y le rogó a Angelic que la sacara de este lugar. Alec avanzo en grandes zancadas hacia nosotros intentando acercarse hasta donde estaba la chica llorando queriendo hablar con ella. Con mi padre se lo impedimos Bailey se notaba que no quería hablar con él y tampoco la forzaríamos a hacerlo. Aun no sabia por que ellos dos estaban así ni que fue lo que hizo que su relación llegue a este punto pero Bailey estaba realmente dolida aún por lo cual no era prudente que hablara con Alec.

– Por favor necesito hablar con Bailey – rogó Alec mirando a Angelic salir de la cafetería con la chica entre lagrimas – Vamos Demian necesito arreglar esto todo fue un mal entendido – pasó su mano por su cabello lanzando un bufido de frustración se le notaba intranquilo y en cualquier momento podría estallar en furia.

– Lo lamento amigo, pero ella no quiere verte – hablo detenimiento al verlo querer ir detrás de Bailey, ambas jóvenes ya estaban dentro del auto.

– Pero lo que pasó fue un error necesito explicarle, tu no viste como esta y todo por mi culpa - una vena de su cuello se hincho. Debía sacarlo de aquí o despertaría al lobo en cualquier momento delante de muchos humanos que nos veían sin comprender nada.

– Papá lleva a las chicas a casa yo me quedo con Alec – apoyando mi mano en su hombro lo acompaño a pagar su café y nos vamos de la cafetería este va a ser un día muy largo. Le quito a mi amigo las llaves de su coche por que en su estado no lo dejaría conducir ni una bicicleta.

Subimos al auto de Alec lo puse en marcha en dirección al bosque donde sé que Alec necesitaba estar. No quiso hablarme en todo el camino lo veía de reojo y su furia aún estaba, necesitaba descargar su mal humor en el bosque. Con el auto nos adentramos hasta donde pudimos dentro del bosque aparcando en una zona descampada, nos bajamos y fuimos corriendo hasta adentrarnos en medio del bosque donde nadie suele pasar. Un grito de furia salió de la garganta de Alec que comenzó a golpear un árbol como si fuera un saco de boxeo. Me senté en el suelo esperando que descargue su furia sería inútil intentar que se calme por lo cual mejor que se descargue con lo que quiera mientras no sea una persona. Con el último golpe el árbol cedió y se cayó haciendo que todas las aves salieran huyendo.

– ¿Terminaste? – me puse en pie con dificultad aun mi cuerpo no estaba del todo sano, con la ayuda de la luna podre mejorar del todo. Viendo al pobre árbol tirado en el suelo de seguro que los ecologistas amantes de la tierra estarían furioso al ver un árbol de unos cincuenta años derribado porque lo tomaron como saco de boxeo.

– Si eso creo – comento mi amigo sentándose en el suelo para tomar una roca y arrojarla lejos. Su mirada estaba evitándome pero sabia que quería hablar decir que es lo que arruino su noviazgo con Bailey.

– ¿Vas a decirme que paso? – pregunte viéndolo con comprensión, sabia de sobra que mi amigo necesitaba hablar con alguien. Sabiendo todas las beses que él estuvo para mi no lo dejaría solo ahora somos hermanos.

– Bailey vio cuando Lara me beso, las hermanas locas volvieron al pueblo – hablo tirando otra loca lejos soltando un bufido de frustración, yo no sabia que contestarle estaba igual de sorprendido que él sabiendo que las locas regresaron.

– No puede estar pasando, no ahora – golpe un árbol. Porque esas dos locas tenían que volver a Portland en este momento no de supone que se fueron para alejarse de nosotros. Ellas dos estaban bien en Connecticut con su familia siendo medicadas por un psiquiatra, sin molestarnos a nosotros con su problema de obsesión. Así como Lara arruino la relación de Alec y Bailey, Liz podía arruinar mi relación con Angelic ahora que por fin todo parecía ir mejorando – Te ayudare a que arregles las cosas con Bai, ella es un desastre sin ti y tu sin ella – le extendí mi mano para que se levantara del suelo y nos dimos un abrazo fraternal.

– Gracias bro – hablo Alec viéndome con agradecimiento, todo en el demostraba que el alejamiento que estaba teniendo con Bailey era un claro signo de que ambos eran mates. Puede que me este equivocando pero una corazonada me decía que ellos eran mas que una simple pareja común. El festival de la luna paso pero eso no quería decir que pueda revelar los mates en otro momento o en algunos años mas. Mis padres esperaron durante años saber si eran mates y mi madre murió sin saberlo hasta que llego Crystal la verdadera mate de mi padre. Fue una conexión casi instantánea por parte de ambos y no esperaron mucho para casarse, hasta ahora puede verse el amor cuando se mira. Son lo que los humanos llamarían almas gemelas, creados perfectamente para estar el uno con el otro.

– No agradezcas bro se que harías lo mismo por mi – doy suaves palmadas en la espalda del muchacho pero me detengo cuando noto que el roce de mis palmas le esta doliendo. – ¿Bro que le hiciste a tu cuerpo? – lo miro con una ceja alzada imaginando que hace varios días que esta metido en un pozo donde las peleas son lo único que mantiene su cabeza pensando en otra cosa.

– Las peleas ya no son tan divertidas como antes, necesito tomar una ducha y arreglarme parezco un vagabundo. Después podremos pensar en como alejar a las gemelas locas del pueblo – hablo Alec en un tono algo cansado.




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