Cada parte de su cuerpo se erizo, su respiración se había detenido y su corazón latía desenfrenado.
*Ami... El está aquí...
Inconscientemente había ocultado su olor, estaba inmovil en la entrada del lugar, todo estaba lleno, no sabía dónde se encontraba pero el olor estaba en el aire, ese delicioso olor a café y frutos rojos.
*Ami, que haces? Por qué nos ocultas?
Amanda no sabía por qué lo había hecho, pero, a diferencia de lo que había imaginado las inseguridades que había tenido minutos atrás habían desaparecido, ahora solo debía buscar entre toda esa multitud.
La fiesta ya había comenzado y cada vez más se escuchaban los diferentes aullidos de lobos, indicando que habían encontrado a su pareja. Mientras Amanda veía desde su mesa a ese guapo hombre de piel clara, cabello castaño y ojos verdes que reía junto a los Alfas de las diferentes manadas, no cabía duda, ese era su mate. Amanda había buscado por más o menos 20 minutos hasta que el olor la había guiado hasta una mesa de bocadillos, desde ese momento no había dejado de verlo, sus hermosos ojos verdes mostraban duda y desesperación a Amanda le había parecido divertido, seguro el también había podido olerla.
Amanda podría ser adulta y había esperado mucho por su mate, pero también amaba los juegos, y al ver a ese Alfa, grande e imponente tan desconcertado deseo jugar un poquito y tendría una semana para hacer lo que ella quisiera.
El reloj ya marcaba las 2 de la mañana, Amanda aún se encontraba en sus 5 sentidos había procurado no tomar más de la cuenta, su Mate no se había movido del mismo lugar desde que ella lo había encontrado, el sueño se estaba apoderando de ella, pero se reisistia a irse, tenía que saber a que manada pertenecía su Mate así sería más fácil encontrarlo al día siguiente.
Cuando Amanda decidió no estar más ahí, se levantó de su asiento y camino hacía la mansión, sin percatarse que alguien le seguía el paso, justo en el momento que sintió a alguien detrás de ella se dió la vuelta, entonces se encontró con esos hermosos ojos verdes que no había podido dejar de ver toda la noche.
*Disculpa, sabes dónde se encuentra el baño? No solo era guapo, también tenía una voz gruesa y muy varonil, que provocaba en Amanda una sensación placentera y relajante, está era la conexión de la que todos hablaban? Se preguntaba.
*Te encuentras bien?. Preguntó aquel apuesto hombre al ver qué Amanda no reaccionaba.
*Si claro... El baño se encuentra en el segundo piso al fondo.
Este le había agradecido mostrándole una seductora sonrisa, mientras el hombre se perdía entre la puertas de la mansión Amanda seguía parada en el mismo sitio, meditando como atraer a ese hombre sin que el descubriera que ella era su mate.
Dicen: "La curiosidad mato al gato" Pues Amanda era una de las personas más curiosas que jamás nadie pudiera conocer, entro a la mansión con la esperanza de encontrar a su sexy Mate en el pasillo. Las luces de toda la mansión estaban apagadas, así que al final decidió irse a dormir, justo cuando iba a entrar a salir habitación alguien la tomo por la cintura y la pego a la pared.
*Lo siento.... Fue todo lo que escucho antes de sentir como unos labios se apoderaban de los suyos, y justo en el momento unos pasos se escucharon doblar la esquina del pasillo.
*Lo siento, no era mi intención interrumpir... Escucho la voz de una mujer, claro, Amanda ni siquiera sabía lo que pasaba a su alrededor y vagamente la escucho, solo podia concentrarse en lo bien que besaba el hombre frente a ella, su hombre, el cual la tomaba fuertemente de la cintura, mientras el beso se tornaba más pasional y salvaje, un frenesí total. Sería una tortura para ella bromear con el, sería un gran sacrificio mantenerse alejada hasta que el lo descubriera. Las manos de aquel lobo cada vez bajaban más, intentado explorar más allá de su cintura, eso hizo que Amanda recapacitara, si en este momento se dejaba llevar Lia liberaría su olor.
*Discúlpeme, no se por que lo hice... Dijo con voz ronca aquel hombre, se podría decir que ni el mismo sabía por qué lo hacía, y para su suerte alguien los había visto, tal vez así su tío dejaría de presionarlo con que buscará alguien con quién casarse, ya que no encontraba a su Mate, solo se podía decir que en el momento que la tuvo cerca solo pensó en besarla y mientras lo hacía otros pensamientos impuros inundaron su mente.
*Esta bien, creo que... Ambos nos dejamos llevar. Fue todo lo que puedo responder Amanda, y realmente no le importaba por qué lo había hecho y no es que ella fuera una fácil pero, la verdad es que le había encantado.
*Una vez más le pido disculpas, espero poder conversar en otra ocasión más oportuna y menos... Incómoda. Para Amanda esa situación era todo menos incómoda, todavía podía sentir sus labios sobre los suyos y sus manos tocando su piel, la verdad era que sus pensamientos tampoco eran del todo inocentes. Después de ver cómo su Mate se alejaba estuvo tentada a seguirlo, liberar su olor, olvidar ese juego, y dejarse llevar.
Seguro Alessa se burlaría de ella, apenas hacía unas horas se encontraba casi llorando por no encontrar a su Mate y ahora en la oscuridad de su habitación, su malévola mente planeaba lo que haría al día siguiente, antes de confesarle que ella era su Mate, quería conquistarlo, atraerlo, sería un juego de seducción que haría más placentera la conexión entre ambos.
Cómo ya dije, nada sale como queremos, y lo que Amanda no sabe es que desde el momento en que comenzó este juego ella ya había perdido, y será un martirio ocultar su olor a su Mate... Quién será la presa?