Amanda había dormido como nunca, había despertado de muy buen humor y el delicioso olor a pino entraba por su ventana mezclado con un tenue olor a café y frutos. A pesar del buen humor con el que había despertado no podía ignorar los regaños de Lía, la loba estaba más que enojada, ella a diferencia de Amanda había despertado de un humor horrible.
Por más que intentará callarla y aliviar su enojo la loba no paraba de gruñirle, pero Amanda sabía que como a todo buen lobo, salir de cacería no le caería nada mal. Se puso ropa cómoda y salió de la mansión con dirección al bosque, al estar a solas rodeada de la naturaleza dejo que Lía tomara el control transformándose inmediatamente en una magnífica loba marrón de ojos azules.
Efectivamente Amanda no se había equivocado, la hermosa loba parecía un cachorro jugando entre la maleza del bosque buscando presas faciles, y ella esperaba que una vez regresarán a la mansión Lía estuviera un poco más tranquila y cooperará.
*Aún no estoy de acuerdo...- Le dijo la loba quien sabía perfectamente lo que la humana pensaba.
*Vamos Lía... Será divertido..- Decía ella intentado usar su tono de voz más suave y convincente que pudiera usar.
La loba simplemente le lanzo una gruñido por lo bajo y siguio corriendo por el bosque, tal vez la humana tenía razón? No, jamás!! Esa idea era muy mala, ella quería a su Alfa junto a ella, aunque Lia sabía que nadie podía hacerla cambiar de idea, era demasiado terca.
Una vez satisfecha Lía le cedió el control nuevamente a Amanda, el sol ya se podía ver más alto así que decidió regresar para desayunar, después de correr hasta la mansión entró por la puerta trasera y se dirigió rápidamente a su habitación, entro a la ducha para darse un delicioso baño, amaba esa sensación del agua fría, al terminar eligió unos jeans y una blusa delgada de manga larga, así como unos comodos zapatos deportivos color blanco.
Cuando estuvo lista bajo a desayunar, sus padres aún se encontraban muy ocupados, así que no pudieron desayunar juntos, estaba muy ansiosa por ver a su Mate, pero, primero debía cumplir con su trabajo, que era entrenar a los más jóvenes de la manada, su hermano, el Alfa le había pedido ayuda con ellos.
A diferencia de otras hijas de Alfas Amanda había tenido el mismo entrenamiento que su hermano, sabía defenderse y actuar en caso de algún ataque, asi que había aceptado encantada.
Toda la mañana había estado trabajando con ellos y al medio día los dejo con el beta de la manada, era su turno de enseñarles todo lo que debían aprender a demás de movimientos de pelea.
Caminaba de prisa a la mansión, debía informar a su hermano del avance de los jóvenes lobos, debía cambiarse y dirigirse a la ciudad por un pedido de la Luna, su cuñada, una simpática rubia la cuál tenía 3 meses de embarazo a quien su hermano ya no la dejaba salir ni hacer nada que la pusiera en riesgo a ella y al bebé.
Tan distraída estaba que no se dió cuenta de que alguien la llamaba y lo peor de todo ni siquiera sintió ese delicioso olor que la volvía loca.
*Buenos días... Nos volvemos a encontrar, será acaso el destino?- Destino, si el destino, quien le ponía a ese guapo Alfa frente a ella, el cual le mostraba su más encantadora sonrisa.
*Buen día Alfa, necesita algo?- Amanda no iba a demostrar cuanto le estaba afectando tenerlo cerca, no, si lo hacía todo su plan se iría por la borda.
*Oh, como sabe que soy un Alfa?- Pregunto el lobo a quien le parecía divertido ver a la pequeña lobita frente a él.
*Lo escuché del Alfa de la manada anoche en la fiesta - La verdad era que no lo había escuchado, ella lo había sospechado y había presionado a su hermano para que lo confirmara.
Justo cuando el Alfa iba a volver a hablar había aparecido Alessa, desde que había iniciado la fiesta la noche anterior Amanda no la había vuelto a ver. Una sonriente Alessa rápidamente había fruncido el ceño al ver a su hermana junto al Alfa.
*Ami!! -Grito para que su hermana pudiera verla, Amanda había reaccionado inmediatamente dando la vuelta para poder ver quien la llamaba.
*Ami?... Espero nos volvamos a ver... Ami- Amanda sintió su piel erizarse al sentir la respiración de su Mate quien le había susurrado cerca al oído donde solo el y ella habían escuchado.
Su cuerpo reaccionaba de una manera espontánea cuando sentía a su alma gemela cerca, diferentes partes de su cuerpo reaccionaban a el, ella ni siquiera podía comenzar a seducirlo y el ya la tenía en esa bochornosa situación.
*Amanda!! - Grito Alessa quien solo veía a su hermana cerrar los ojos como si estuviera loca, no quería empezar a hacerse cuentos, pero, esto solo significaba una cosa, y haría que Amada lo confesara.
*Alessa!! Que pasa- Sabía que lo había arruinado, su hermana era demasiado lista y muy observadora, si le preguntaba solo tendría dos opciones, evadirla o contarle su plan, la segunda era la salida más fácil ya que Alessa al igual que ella era demasiado terca.
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Amanda había caído muerta del cansancio, Alessa no la había dejado en toda la tarde, hasta que no le dejo más salida que contarle, aún recordaba cada cosa que le había dicho, su hermana parecía más la hermana mayor que ella, al parecer esto no se iba a quedar solo entre ellas, ya que, además había llamado a sus hermanos pidiéndoles reunirse al día siguiente, hasta a los gemelos de apenas 15 años, iba a ser una tortura, por otra parte tenía a Lía quien después de la hora de la cena no dejaba de regañarla nuevamente, no pudo más, el cansancio y el sueño fueron tan fuertes que se quedó dormida.
Para ser una joven que soñaba con un amor de novela no tenía pensamientos tan inocentes, o al menos lo decía el sueño que había tenido. Soñar cómo su Mate comenzaba a besarla bajando por su cuello, comenzando a soltar cada botón de su ajustada camisa mientras su boca descendía, la fina tela era retirada y el delicado encaje de su ropa interior quedaba al descubierto, este al igual que la camisa había sido retirado, rápido y sin titubear, las grandes manos de sus Mate tomaban fuertemente su cintura, entonces...