*Estás loca!- Gritó su hermano Bruno.
*Ya se lo he dicho, pero no comprende lo estupido de su plan- Reiteraba Alessa, bastante fastidiada del asunto, tal vez ni siquiera su hermano la iba a poder convencer.
En uno de los pequeños sillones de la sala Violetta podía analizar la escena, como sus hermanos insistían en que Amanda terminará el juego y como ella se retorcía en su asiento, solo Violetta lo comprendía y eso hacía más difícil para ella hablar en presencia de todos sus hermanos.
*Violetta? No dirás nada? - Grito Bruno en dirección a la castaña, quien no podía formular palabra, sabía que era una estupidez, pero solo Amanda sabía el por qué.
Al ver a su hermana callada Bruno no pudo más y salió azotando la puerta, Alessa sabía que ella ya no podía hacer más, se levantó de su sillón y miro a Amanda con una mirada llena de indiferencia.
*Es tu vida... Pero no vengas a nosotros cuando lo arruines- Amanda comprendía lo que sus hermanos sentían, pero muchas veces ni ella se entendía. .
*Venga Ami, tienes tus razones, pero, comprendelos - Dijo el mayor de los gemelos Luka, seguido de su hermano quienes se mantenían fuera de la discusión, confiaban en su hermana y en sus motivos.
Al estar a solas, Amanda pudo sentir la fuerte mirada de Violetta, no podía decifrar lo que por su mente pasaba, ella podría ser amable y cariñosa pero era hija de un Alfa, con un gran instinto y eso hacía todavía más grande la incertidumbre de lo que estaría debatiendo en su mente.
*Deja de actuar Amanda- Lo sabía esa mirada siempre traía problemas.
*Violetta, está bien, terminaré con esto- Decía Amanda mientras se ponía de pie.
*Miedo... El miedo es el peor enemigo Ami. Esa máscara la creerán los demás, pero yo no- Estaba segura del problema de su hermana, el miedo siempre había estado ahí, pero nunca nadie lo había visto, el miedo al rechazo y a morir de tristeza.
A diferencia de Violetta, Alessa y los gemelos, Amanda y Bruno no habían tenido una adolescencia llena de amistades y amores bonitos, la mayor parte del tiempo se lo habían pasado entrenando junto a su padre, al ser los mayores decían que ellos debían ser fuertes, imponentes y demostrar de quién eran hijos.
Cada mente es diferente, Bruno había sido fuerte y no había tomado importancia de las cosas que hacían los chicos de su edad, pero Amanda había sido frágil, ver a Violetta tener amigas y uno que otro novio le hacía pensar en lo que ella podía tener.
Amaba entrenar y saber defensa, pero como toda joven adolescente deseaba conocer más cosas. Los años habían avanzado, había dejado la adolescencia y se había concentrado en cosas más importantes como encontrar a su Mate, claro que era algo que había deseado con todo su corazón, pero jamás había pensado que algo que había añorado tanto al tenerlo tan cerca le causaría tanto temor... Temor al rechazo, una joven de 25 años que jamás había experimentado su primer amor. Lo comprendía... Lo comprendía muy bien, esto era absurdo ya era una mujer, había sido bastante inmadura.
Violetta la entendía, ella hubiera pensado lo mismo, su adolescencia había sido demasiado diferente a la suya.
*Esta bien- Intentaría comenzar otra vez, aún en su interior tenía ese miedo latente al rechazo, pero era una de los mejores guerreros de la manada, era casi tan fuerte como su hermano, no podía ser que esto le causara temor.
*Vamos Ami, que esto no afecte tu conexión con tu alma gemela- Violetta estaba segura que ya lo había comprendido todo lo malo que podía pasar con ese absurdo juego, Amanda era su hermana mayor y comprendía su miedo, pero ella quería que ahora viviera todo y más de lo que se habia perdido, y que mejor si era con su Mate.
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La noche había caído, después de la reunión con sus hermanos no los había vuelto a ver en todo el día, y pelearse con ellos era una de las cosas que más le dolía, definitivamente ella había perdido este juego. Por una parte las palabras de sus hermanos, por la otra su Mate y su miedo al rechazo, si alguien más hubiera sabido de este absurdo plan ahora mismo se estaria riendo de ella, ya que al final esto no había terminado como ella quería, más bien, ni siquiera había comenzado.
Se encontraba arriba en el balcón de su habitación, que era el más alto de la mansión, sin pensarlo más respiro profundamente y haciendo caso omiso a los chillidos de emoción de Lía, Amanda libero su aroma, mientras veía el estrellado cielo de esa noche, esperando que el sientiera su olor.
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*Al fin...- Decía con gran diversión y alivio a la vez aquel que había esperado pacientemente.
El juego de Amada había sido un total desastre, sus hermanos habían descubierto todo, abrindole los ojos para que se diera cuenta de su error, pero alguien no se la iba a dejar nada fácil, alguien más conocía su grandiosa idea... Ahora sí, Quien es la presa?.....