*Lo siento...- Fue todo lo que pudo decir Damián en ese momento. Amanda al ver la apariencia tan desaliñada de su Alfa se sintió algo culpable, seguro no había dormido bien y de hecho no era mentira, el no había podido conciliar en sueño desde ese día, además del trabajo acumulado que se encontraba en su oficina.
Los verdes ojos del castaño conectaron inmediatamente con los de la pelinegra, en ambos se podía ver el cansancio del trabajo y las noches en vela. Esa noche el aire era frío, y el cielo se encontraba nublado, Amanda había dejado entrar a Damián al ver tan desfavorable clima, ya en la habitación alumbrada solo por la tenue luz de la lámpara de noche ella tomó con sus dos manos ambas mejillas de él, provocando que la mirada de este se posara sobre ella.
Una sonrisa dulce se había dibujado en el rostro de Amanda, Damián quien al verla solo suspiro, con una de sus grandes manos tomo una de ella y dejo un tierno beso en la palma de está. La sonrisa de la pelinegra no pudo más que ampliarse ante tal acción, y antes de que el reaccionara lo beso, este beso no lo podria describir como salvaje, más bien era un beso suave, dulce y tierno, eso era lo que querían transmitir.
Dice que no hay nada mejor que una sonrisa en medio de un beso, ambos podían confirmarlo, ese gesto solo hacía más dulce el sabor de un beso. Al separar sus labios y transmitir todo lo que sentía, Amanda decidí por fin hablar.
* Mi lobito, no tienes por qué disculparte, entiendo tu razón, aunque no fue lo mejor ...- Dijo Amanda aún sosteniendo el rostro de su Mate - Pero, tampoco debí haber reaccionado así - Admitió ella, tal vez su reacción había sido un poco dramática.
*Aún así no debía hacerlo, el chico no era de mi manada, pero te estaba mirando y no lo pude evitar - Como lo había dicho Alessa lo que había llevado a Damián a hacer tal acto habían sido los celos, todos sabían que un lobo celoso era peligroso pero lo era más si este era un Alfa. De cierta forma el chico se lo había ganado a pulso, y eso ninguno de los dos lo negaría.
*Esta bien... - Fue lo último que ella pudo decir, no se necesitaron más palabras para que el entendiera que ella no estaba enojada, para que ambos se sintieran tranquilos y en paz.
Ya era media noche, las gotas de lluvia comenzaban a chocar poco a poco en la ventana hasta que estás se volvieron en una fuerte tormenta, era obvio que no iba a dejar la que Damián se fuera así. Lo que iba a proponer jamás lo había hecho, pero tampoco era como que fuera a cometer un delito
*Si quieres puedes quedarte está noche aquí..- Propuso ella al ver lo preocupado que estaba, y su indesicion de salir o no.
Felizmente el había aceptado. Al solo tener una cama, ambos tendrían que dormir juntos, a diferencia de lo que muchos creerian ninguno tuvo pensamientos indecentes o algo por el estilo.
Ambos se encontraban acostados, Damián estaba abrazando a su Luna por la cintura mientras la espalda de está reposaba en el pecho de el, el sueño estaba por apoderarse de ambos y justo antes de que este los venciera él decidio hablar.
*Te amo mi Luna, y confío en ti.... - El quería que ella lo supiera, que el problema del otro día no había sido por tener poca confianza en ella, no, si no era la rabia que se había apoderado de el al ver que ese lobo la miraba con deseo.
*Yo también te amo, y lo se, yo también confío en ti.
Después de esto Damián había depositado un beso en el hombro de ella mientras se aferraban aún más el uno del otro, dejando que el sueño se apoderará de ellos.
........
Ya era de mañana cuando ella se despertó, en ese momento pudo ver a su Mate sentado en la orilla de su cama, pensativo y un poco distante, como si no estuviera allí.
*Buenos días pasa algo?...- Ante la expresión de el ella solo pudo pensar en algo malo.
*Buenos días mi Luna, solo..un pequeño problema.- Se limito a contestar Damián antes de acercarse a ella y darle un pequeño beso en los labios - Amor, me tengo que ir, pero intentaré volver pronto, antes de que el mes termine... Aún te debo una cita - Dijo este consiente de que el almuerzo de hace unos días no o lo podía llamar cita, ya que había terminado mal.
*Si, nos vemos...- Dijo Amanda desde su cama donde pudo ver cómo él saltaba desde el balcón para marcharse a su manada, hubiera deseado que el de quedará un poco más, pero, por su apuro y expresión algo debía haber pasado.
En realidad no estaba equivocada, pero el no la quería preocupar, esto no solo involucraba a su manada, si no a todas a su alrededor.
Había llegado rápidamente a la manada, Aziz era realmente veloz y en poco tiempo habían llegado a pesar de que la manada de ella estuviera lejos de la suya, en cuanto llego busco a Marco para que le contara lo que había sucedido.
*Marco, que paso? - Pregunto Damián una vez que había estado frente a su Beta, en sus rostro se podía reflejar preocupación.
*Asesinaron a la hija de Rebecca- La noticia tenía a toda la manada consternada, era bien sabido que un lobo no era fácil de matar, a excepción de que fuera con plata, este era mortal para ellos. Rebecca era una de las ayudantes de la mansión, su hija era una joven de apenas la edad de los hermanos de Amada, una joven alegre y simpática.
*Pero, como fue?- No sabía cómo explicar tal hecho, quien habría querido matarla, era muy amable, nadie creía que ella pudiera hacerle daño a alguien más.
*Damián, nadie sabe, pero, fue encontrada junto al río y en su cuerpo había residuos de plata - Ambos sabían que eso no era bueno, solo había pocas personas que sabían de su debilidad, esas personas siempre aprovechaban esto para atacarlos y intentar exterminarlos - Además, se han detectado otras irregularidades cerca a la manada, hace poco, uno de los jóvenes al estar en el bosque sintió el olor de un humano. - Eso solo podía significar una cosa, tanto Marco como Damián estaban más que preocupados por la seguridad de su manada, podía ser que se tratara de ellos, "cazadores".