Los Besos del Alfa

Capítulo 14

Amanda estaba muy emocionada, a pesar de ser una mujer independiente siempre había soñado con ese día, el día en el que por fin estaría con su Mate. Nunca había imaginado que sería un Alfa, existiendo tantos rangos justamente había sido uno de ellos, los cuales eran los más celosos entre todos los licantropos, aún así nadie podía evitar que ella estuviera tan Feliz. Por otro lado sus padres estaban igual de felices, sus tres hijos mayores habían encontrado a su otra mitad, su complemento, esto era parte de la vida de ellos, buscar a su alma gemela y jamás separse. 

Ese día ella se había levantado muy temprano a correr, quería estar entre la naturaleza, rodeada de la espesura del bosque y Lía estaba de acuerdo, la gran loba lo que más amaba era correr por los verdes pastos que pertenecían a la manada, mientras el rocío de este chocaba en su pelo. Encontrar a su Mate no sólo la hacía sentir feliz, también la hacía sentir tranquila.

Mientras recorría ese bosque en el que muchas veces ya había estado no podía dejar de pensar en su abuela Emma, como la extrañaba, de ella había heredado el extraordinario color azul de sus ojos, no podía dejar de pensar que ahora ella estaba viviendo esas sensaciones de la que muchas veces su abuela habló. 

Cuando la loba se sintio satisfecha busco la ropa que había llevado para remplazar la que se había destrozado al transformarse, al estar lista se sentó en el verde pasto a la orilla de la laguna que se encontraba en la manada. 

*Abuela... Al fin lo encontré... - Decía mientras veía el cielo, intentado no derramar ni una lagrima aunque sus ojos ya se encontraban muy rojos - Tal como dijiste... Esto es, maravillosos - Por más que lo había intentado no lo había podido evitar, sus ojos se habían llenado de lágrimas - Me hubiera encantado que lo conocieras... Lo hubieras adorado - Y no era mentira, su abuela hubiera amado la personalidad de Damián, su sentido del humor era similar al de ella. 

*Ami, extraño a la abuela, se que estaría feliz por nosotras- Quería reconfortarla su loba quien ahora se encontraba tan feliz como su humana, pero también triste. 

*Lo sé Lía, lo se- Fue lo único que Amanda pudo responder antes de cerrar los ojos y dejar que la brisa chocara en su rostro, desde ese momento su vida cambiaria, había dejado todo resuelto en Luna Llena, su cargo había sido ya ocupado por otro lobo de la manada, así que no tenía más que hacer en Luna Llena. 

Media hora después había decidió volver a la manada, Damián estaba por llegar, si no es que el ya estaba ahí. Esta vez estaba en su forma humana, mientras se dirigía a la manada no dejaba de sonreír, pensando en su abuela y en su Mate. 

*Veo que eres tu... - Escucho de repente Amanda, intentado ver quien era el dueño de esa voz, al no sentir ningún olor la incertidumbre aumentó. 

*Quién eres?.. - Como todo lobo se encontraba alerta, esperando cualquier cosa, tal vez no era nadie de la manada o ni siquiera un lobo, pero este ni siquiera mostraba su rostro. 

*Eres hermosa lo admito, pero, eso no importa - Dijo aquel extraño mientras salía de entre los árboles mostrando su rostro a Amanda, quien se encontraba aún más confundida al no saber quien era - Soy Nicolás, un gusto.- Dijo mostrando una gran sonrisa, cualquiera diría que por esa expresión se encontraba feliz, pero sus ojos mostraban algo distinto, esto hizo que ella no bajara la guardia. 

*Que quieres? - Pregunto nuevamente Amanda, seguro lo menos que ese individuo buscaba era charlar. 

*De ti? Nada.. - Respondió muy seguro Nicolás sin que su escalofriante sonrisa se borrará - Tal vez nos veamos después, pero ahora me tengo que ir, nos vemos- Amanda ni siquiera había podido responder cuando aquel hombre se habia ido muy tranquilo caminando entre el bosque, habia sido extraño... 

*Nicolás- Murmuró ella, por más que lo pensaba no conocía a nadie con ese nombre, y su rostro no le había parecido familiar.. Tal vez era amigo de Damián así que no quiso darle más vueltas al asunto. 

Dejando detrás lo ocurrido siguió su camino a la mansión, seguro Damián la estaba buscando, y no se había equivocado, Su compañero se encontraba preocupado, con una de sus manos en la cabeza intentando pensar donde se encontraba Amanda, le habían dicho que había salido desde muy temprano y no regresaba. 

*Pensé que algo te había pasado.. - Dijo este al ver a su amada llegar, no había esperado mucho, pero nadie sabía dónde se encontraba y eso lo había preocupado. 

*Tranquilo se cuidarme, y solo fui a correr - Respondió ella haciendo que el lobo soltara un gran suspiro de alivio. 

*Lo se, no puedo evitar preocuparme- Afirmó este al recordar lo fuerte que era su Luna, solo que era natural preocuparse por su amada. 

..... 

Antes de partir a Luna Sangrienta, Damián conversó con el padre de Amanda, quien no dudo en hacerle saber al lobo que su hija era muy importante y amada por su familia, Damián estaba más que satisfecho con eso, no podía esperar menos ellos. 

El camino a su manada había sido tranquilo, sentir el aroma tan exquisito de su Luna lo reconfortaba, y le hacia saber que ahora no estaría solo, ahora tendría alguien con quien compartir todo, con quien pasaría el resto de su vida. Amanda por su parte estaba igual de emocionada, pronto llegarían a la manada de su Alfa y no podía dejar de admirar el territorio. 

Al llegar lo primero que pudo ver al frente fue una gran mansión, no era exuberante, pero era hermosa. En la entrada se encontraban Marco y una mujer imaginaba que no pasaba de los 50 años o eso creía ella. 

*llegamos mi Luna... Bienvenida - Dijo Damián al mismo tiempo que apagaba la camioneta. 




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