Damián había sido muy rápido, quería terminar todo su trabajo lo antes posible, pues, ni el ni Aziz podían esperar más para poder estar nuevamente con su Luna. En esos momentos Aziz parecía un cachorrito, ha Damián le parecía gracioso que su lobo se comportará de esa manera, la mayoría le temía ya que era un lobo bastante grande e imponente, pero ahora se comportaba de una forma muy diferente, seguro nadie podría creer su nuevo comportamiento.
Poco a poco comenzaba a atardecer, justo en ese momento el sabía que podía permitirse un respiro, y así podría por fin salir con su Luna, seguro ya lo estaba esperando, eso quería creer, pues esperaba que ella estuviera tan ansioso como el.
Amanda si estaba más que emocionada, todo el día había estado ansiosa y que decir de su Loba, esta no dejaba de ronronear. Todo el día había estado de aquí para allá, Paula no la dejaba hacer nada, había intentado ayudar en la cocina, pero esta la había sacado "Si el Alfa nos ve, sería capaz de arrancarnos la cabeza", había dicho una de las ayudantes de Paula, pues todos sabían como era Damián cuando algo lo hacía enojar.
Por su parte ella no creía que fuera tan malo, bueno eso pensaba, aunque, no podía negar el hecho de que ya le había roto la nariz a alguien.... Bueno, tal vez si era algo excesivo, pero, tanto como para arrancarle la cabeza a alguien? Había dejado que su mente divagara, últimamente lo hacía mucho, y comenzaba a trabajar demasiado rápido, como siempre esto estaba a punto de causarle jaqueca.
*Estas bien mi Luna?... - Ni siquiera se había dado cuenta que su Mate había llegado, y sin pensarlo le preguntó lo que tanto rondaba su cabeza.
*Serias capaz de matar a alguien?.. - Su boca se había abierto sola, últimamente su cabeza estaba llena de cosas vanas y sin razón, o temas absurdos, comenzaba a comportarse como una adolescente con problemas de inseguridad.
*Depende... - Respondió el castaño mientras se cruzaba de brazos y miraba intensamente a Amanda.
*Depende de que?.. - Oh, pero que curiosa era ella, conocía mucho a Damián en tan poco tiempo, pero también quería saber sobre su lado perverso.
*Depende mi Luna, si esto te involucra a ti o a alguien de mi manada, no lo dudaría... - A él no le molestaba dejarle en claro a su adorable pelinegra que ella era su debilidad, amaba a su manada, pero nada podría jamás superar el amor que le tenía a ella, pues todos los días se sentía más que agradecido con la diosa Luna por haber elegido a tan hermosa loba para el.
Y como si ella hubiera leído sus pensamientos había sonreído, pues en los ojos de su lobo podía ver solo genuinos sentimientos, esto hacía que su corazón se alterará al borde de casi desmayarse y que decir de Damián, el pobre a penas lograba contenerse para no tomarla ahí misma, tal vez a Amanda no le molestaría, pues era la naturaleza de su especie pensar así, pero deseaba que ese momento fuera mágico para los dos, ya que, después de eso no habría nada que los separara.
*Vamos mi Luna, tenemos algo pendiente.. - Volvió a decir este después de volver en si y alejar esos pensamientos de su mente, pues un muy enojado Aziz le exigía salir. Había tomado la mano de su Luna para llevarla al corazón del bosque, pues esa era una de las partes más hermosas de todo el territorio.
Todo el camino hasta allá había sido silencioso, aunque ambos tenían una pelea interna con sus lobos, pues ambos estaban ansiosos, Lía quería que su lobo ya la conociera y Aziz no podía esperar para poder ver a su hermosa lobita. Después de un rato al fin habían llegado, Amanda podía ver lo hermoso del bosque, su belleza era cautivadora, como todo lobo su conexión con la naturaleza era fuerte, ninguno podía esperar para poder sentir la hierba bajo sus patas.
Algo en lo que ambos eran más que iguales era en su forma de olvidar cualquier cosa, pues, aunque gracioso, habían olvidado la ropa que usarían después, así que no quedaría más opción que desnudarse. Amanda ya era una mujer de 27 años pero eso no había impedido que al darse cuenta de su situación se pusiera tan roja como un tomate, esto le había parecido tan tierno a él que su corazón no podía con tanta dulzura.
*No te preocupes, tu primero, yo me daré la vuelta.. - Propuso el, pues además de que ella se sentiría más cómoda, el y Aziz ya no podían esperar para poder verlas en su forma lobuna. Ese gesto había hecho sonreír a Amada y desde que lo había encontrado era una de las cosas que más hacía, sonreír.
Le había tomado la palabra, asi que sin pensarlo comenzó a desnudarse y había puesto su ropa en un lugar que no fuera visible, de un momento a otro había dejado su forma humana para ahora en su lugar estar una hermosa loba marrón de ojos grises, su loba y ella eran sumamente diferentes.
*Listo.. - Dijo Amada por su enlace de pareja.
Si no fuera por el estupendo equilibrio de Damián, seguro que hubiera podido caerse, pues se había dado la vuelta tan rápido que Amada por un momento creyó que este terminaría en el suelo.
Al estar frente a la loba los dos se quedaron sin palabras, Amanda y Lía esperaban una reacción por parte de sus compañeros, pero estos parecían ya no estar en este mundo. Sus ojos habían cambiado de color, uno era del ya conocido verde esmeralda, pero el otro era de un extraño pero hermoso color carmesí, ese seguro que era Aziz.
Aún no podían articular palabra, no sabían que decir, sus ojos jamás habían visto algo tan hermoso como lo que estaba frente a ellos, tanto la loba como la humana eran indiscutiblemente hermosas, eran el ser más bello que habían visto.
*Estas bien ? - Preguntó Amanda la ver qué su Alfa no reaccionaba para nada.
Escuchar nuevamente la voz de su luna lo había sacado de su trance, trance en el que ellas mismas los había metido "es hermosa" Pensaron al mismo tiempo.