*Es increíble que haya sobrevivido - Afirmó el doctor mientras revisaba a Amanda, pues ante tal herida hasta a él mismo le había parecido un milagro que el bebé hubiera sobreviviendo.
*Pero está bien? - Preguntó ella muy preocupada pues lo que menos quería era que su cachorro pudiera correr algún riesgo.
*No tiene de qué preocuparse Luna, todo está más que bien -Afirmó haciendo que Amanda se sintiera más aliviada, pues eso significaba que todavía quedaba algo de su compañero con ella. Después de terminar el chequeo el doctor se había retirado dejandola sola en su habitación, imaginado cuál hubiera sido la reacción de su Mate al saber la noticia, le habría encantado saber cómo se hubiera comportado.
Casa día era un suplicio para ella, pues no encontraba alguna forma de traer de vuelta a Damián, aquel destello de confusión en los ojos del lobo el día anterior en ese momento le parecía que había sido una ilusion que su propia mente había creado deseando con toda su fuerza que eso fuera real.
Paula y todos en la mansión no la dejaban sola ni un minuto, todos sabían lo duro que estaba siendo para ella hacerse cargo de la manada sin un compañero a su lado, pero aún así mantenían la esperanza de que él regresará.
Apesar de las amenazas de la pelinegra algunos ancianos seguían con la idea de buscar quien los liderará, ella sabía lo que ellos seguían planeado pero no llegaba más allá de sus amenazas, ya que, sabía que por su bien era mejor no intentar nada más, y en ese momento no le importaba otra cosa que no fuera su bebé, pues no quería poner en peligro a su cachorro.
Esa mañana nuevamente fue a ver al lobo, quien al verla ya no reaccionaba de una forma agresiva, de hecho, la observaba como si hubiera descubierto un diamante.
*Hola mi lobito - Decía mientras se acercaba - Sabes, no estabas equivocado - Volvió a decir mientras se tocaba el vientre y comenzaba a llorar, era lo único que hacía últimamente.
Le había contado cada cosa que había hecho en el día, lo que el doctor había dicho, sobre la manada y el como todos lo extrañaban, pero era inútil, el animal no entendía ni una sola cosa. Como si los problemas nunca terminarán Marco había entrado muy enojado al lugar donde se encontraba Damián.
*Luna, la buscan? - Dijo con un tono más que irritado, pues la presencia de aquella visita le causaba una sensación desagradable.
Amanda no sabía que ese día tendría un invitado, así que dulcemente se había despedido de su lobo para ir a ver a aquel que con tanta insistencia la buscaba.
*Buen día - Dijo lo más amable que su voz le ayudó.
*Eres más hermosa de lo que dicen - Dijo el hombre rubio frente a ella, el cual según la perspectiva de Amanda no pasaba de los 30 años, pero, su forma tan descarada de hablarle le había provocado repulsión.
*Discúlpeme, pero, no se quien es usted? - Dijo ya irritada, Amanda tenía poca paciencia y en ese momento podía sentir como aquel lobo la miraba sin ningún disimulo, parecía que la desnudaba con la mirada.
*Oh, una disculpa, soy Valentino, el primo de Damián - Genial!! decía ella en su mente, pues ya comenzaban a llegar para reclamar la manada, pero no les daría el gusto.
*Lo siento, pero, Damián aún es el Alfa, así que.. - Trato de decir hasta que aquel hombre la tomó del hombro com tanta confianza que esto la había hecho enfurezer empujandolo inmediatamente lejos de ella, Lía le pedía salir, pero eso era imposible pues hubiera podido lastimar al cachorro si lo hacía.
*Lo siento y lo sé, solo estoy aquí de vista... - Dijo mostrando una perfecta sonrisa, la cual Amanda no creyó ni tantito, ya que es sus ojos se podría mostrar otra cosa, pero su repentina vista le parecía extraño, y como dicen, al enemigo hay que tenerlo cercaz, tenía que descubrir lo que ese sujeto planeaba.
*Bien, soy Amanda la Luna de la manda - Se presentó ella, pues a pesar de lo que ese sujeto le provocaba, ella era cortez.
Después de esa conversación tan sosa y llena de una extraña vibra salieron a conocer la manada, no hubo nadie que no se diera cuenta de las malas intenciones de este, más extraño les había parecido aún ver a su Luna con el, pero nadie dijo nada y todos ignoraron al rubio.
Valentino no dejaba de sonreír en cada momento, parecía que le coqueteaba, pero eso sólo provocaba más repulsión en ella, la cual ocultaba con una amable sonrisa. La pelinegra sabía muy bien que aquel sujeto no estaba en buenos términos con Damián, pues este nunca lo había mencionado, esto aumentaba la sensación de que algo estaba planeando.
*Deberiamos cenar - Propuso a Amanda, ya que Valentino no dejaba de parlotear sobre cada viaje que había tenido en toda su vida.
*Claro, una gran oportunidad para contarte sobre mi último viaje - Ante esto a ella le parecía que Valentino solo trataba de demostrar que en algún aspecto era mejor que Damián, pero sus intentos eran inútiles, para ella los viajes como niño de papi no le eran para nada interesantes, así que la cena con el había sido la más aburrida de todas.
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*Es serio no te molesta si me quedo hoy - Pregunto con su ya conocido tono coqueto pues al final se había hecho la víctima logrando que Amanda lo dejara pasar ahí la noche.
*Claro, al final, tu y Damián son familia - Respondió ella para por fin romper la conversación y alejarse lo posible de él.
Cómo cada noche volvió a bajar para ver a su compañero, el cual extrañamente la recibió con un gruñido y sus ojos mostraban odio, algo extraño en él, pues a pesar de que no la reconociera o reflejará un sentimiento real, hasta ese momento no lo había visto a si de enojado.