Los Besos del Alfa

Epílogo~

*No estas cansado? - Pregunto Amanda mientras masajeaba los hombros de su Mate, quien no había salido de su despacho desde la hora de la comida y hasta que vio a su Luna despegó los ojos de su ordenador. 

*Para nada cariño - Había respondido este tomando la mano de la pelinegra para dejar un beso en su palma -Y tú?... Paula me ha dicho que no descansas ni un momento - Había vuelto a hablar mientras la miraba a los ojos y tocaba tiernamente el ya prominente vientre de Amanda. 

*Para nada, es un buen niño, no causa problemas - Dijo ella tocando su vientre. 

*Me alegro.. - Fue lo que dijo él sonriendo mientras abrazaba a su Luna. 

*Seguro que no necesitas a Marco? - Volvió a preguntar ella, pues hacía ya una semana que el beta había obtenido sus merecidas vacaciones, a raíz de esto todo el trabajo solo lo hacía el Alfa de la manada. 

*Él necesita descansar, además, no sería el Alfa si no pudiera con esto y más - Había asegurado él. 

*Cierto... Pero ahora mismo deberíamos ir a cenar - Afirmó ella, pero, también era hora de comer y era una oportunidad de que su Alfa dejara ese solitario despacho. 

*Bien, ya termine, veo que no pueden estar sin mi - Respondió sonriendo para porteriormente besar a su Luna. 

*Jamás!! - Aseguró la pelinegra, ya que tanto ella como él cachorro amaban estar cerca del Alfa y cada oportunidad para tenerlo a su lado era buena, y el no podía resistirse ante esto. 

.................... 

El beta disfrutaba de unas relajantes y merecidas vacaciones en una de las mejores playas, rodeado de hermosos paisajes, alcohol y chicas, si, eso era lo mejor, estar rodeado, de altas, bajas, morenas y rubias, de todo tipo, el descarado de Marco estaba más que encantado con la vista, pero lo hubiera estado más si alguna de ellas fuera la portadora de ese enigmático olor que le indicará que ella era su pareja. 

Era desesperante, pero, aún así pensaba disfrutar sus vacaciones lo mejor posible y ese día tan soleado en lo primero que había pensado había sido en una deliciosa bebida, fresca y fuerte. 

*Dame lo que sea - Pidió el cuando acercándose a la barra, pues en ese momento quería beber algo, pero no sabía que. 

Con el paso de los segundos el olor a mar había sido remplazado por un dulce olor a piña, al principio había creído que el olor provenía de uno de los tragos que eran acompañados por tal fruta, pero entre más tiempo pasaba el olor se intensificaba, se hubiera dado cuenta de la señal mucho antes si no fueran tan distraído. 

*Mate.. - Susurro, pues el olor era absolutamente exquisito y el tal fruta era la favorita del beta. 

Mientras corría, su lobo no dejaba de saltar como si de un cachorro se tratara... No cabía duda la unión de sus líderes había traído muy buena suerte y estaba apuntó de encontrar a su pareja. 

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no había notado el pequeño cuerpo con el cual habia chocado, pero, afortunadamente antes que ella cayera la tomó por la cintura. 

*Que cliché - Dijeron ambos al mismo tiempo, pues esas cosas sólo pasaban en las películas románticas llenas de drama. 

El beta al conectar con tan bellos ojos grises se dio cuenta que había encontrado a su tan anhelada pareja destinada y era ... Era, increíblemente hermosa ante los ojos del chico. Era una rubia de preciosos ojos grises, era pequeña pero al tenerla cerca Marco podia decir que su cuerpo era candente y las pocas pecas en su blanca piel eran perfectas, podría decirles que en ese momento las manos del beta estaban casi temblando, además, otra cosa pudo notar fue que su destinada era una humana. 

*Disculpa, a este paso te cansaras - Hablo la rubia mientras sus mejillas se sonrojaban, pues el chico no dejaba de verla y eso la ponía muy nerviosa pues era guapísimo. Verla así y escucharla lo volvía loco, su voz, su voz!! era hermosa, pensó el beta. 

*Lo siento, estas bien? - Pregunto realmente preocupado, pues había chocado con ella y temía haberla lastimado. 

*Claro, no pasó nada, evitaste que cayera - Respondió ella sonriendo. 

A ese punto el beta estaba a punto de besarla, era simplemente hermosa, pero, al ser una humana ella no lo reconocía, pero por la reacción de ella él podía saber que él también le parecía atractivo. 

*Disculpa por casi tirarte, por cierto soy Marco - Dijo el chico mientras extendía su mano en forma de saludo esperando que ella le correspondiera. 

*Sara.. Un gusto Marco - Había respondido ella sonriendo. 

Hubiera parecido un simple saludo de dos personas que acababan de conocerse, pero, Sara pudo sentir una extraña sensación recorrer todo su cuerpo, logrando asustar la un poco soltando precipitadamente la mano del beta para después verlo detenidamente y darse cuenta como en el rostro de este se había formado una gran sonrisa. 

*El gusto es mío - A la rubia le había parecido desconcertante, pues el beta parecía no haber sentido tal cosa. 

Internamente Marco rezaba por qué ella hubiera sentido lo mismo, pues eso sólo confirmaba lo que ya sabía y al ver la reacción de ella se pida dar cuenta que si, eso lo había vuelto inmensamente feliz. 

*Te puedo invitar un trago? Como disculpa - Era la excusa más usada para invitar a alguien, pero, fue lo único que se le había ocurrido antes de que ella decidiera irse. 

*Claro - No había manera de que se negara, el chico era bastante guapo, y sería una gran mentira si dijera que no le había atraído desde el primer momento que lo vio. 

Esa tarde había descubierto una cantidad increíble de datos sobre ella, le encantaba su forma de hablar, su humor, era bastante divertida. Sara jamás hablaba tanto, a ella misma le había parecido sororendente como era le había dicho tantas cosas sobre ella a un desconocido, pero, en su defensa ella se sentía bastante cómoda con él, así que no había podido evitar hacerlo. 




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