Los besos eternos de Eleanor (bodas desastrosas #1)

Capítulo 17.

Capítulo 17.

TRISTAN HELLIWELL. 

NOVIEMBRE 2, 2018OCHO DÍAS PARA LA BODA.

 

—Ah, entonces no eres de aquí —sentenció la pelirroja frente a él, jugando con la taza entre sus manos.

Nop, lamento decepcionarte —bromeó. 

Se llamaba Elaine. Era la misma chica del café que le había dado su número. Luego de una noche completa cuestionándose qué hacer, Tristan decidió invitarla a tomar un… café. No se le ocurrió otro tipo de actividad, además, sólo quería conocerla un poco de forma casual, no necesariamente como una cita. No se sentía preparado aún.

De todas formas, estaba emocionado. Hace un año no tenía ninguna cita, se sentía genial volver a ello, más cuando se encontraba en otra ciudad de otro país de otro continente.

El lugar donde se encontraban era una cafetería que estaba cerca de donde estaba la cafetería donde se conocieron. Tenía un estilo más bohemio y familiar, y si Tristan era honesto, le gustaba mucho más esa que el lugar de trabajo de Elaine. 

—Sí, es algo decepcionante —dijo ella riendo. Su nariz se arrugaba cuando lo hacía—. ¿Y qué haces por aquí? ¿Sólo para conocer, por trabajo o algo así?

—En realidad vengo a una boda —le contó él apreciando sus pecas y el tenue color rosa del maquillaje que cubría sus párpados. Era una chica muy guapa, no podía negarlo así que la admiraba. 

—¡Me encantan las bodas! —habló con entusiasmo—. Es la excusa perfecta para vestirte bien, ¿quién se casa?

Es muy curiosa, pensó Tristan ocultando sus lamentos internos. 

—De hecho, esa es una historia muy graciosa —mencionó él. Ella elevó sus cejas y apoyó su mentón sobre la palma de su mano. 

—Entonces quiero saberlo.

—Mi ex novia —respondió él. La boca de Elaine formó un círculo perfecto. 

—Eso es lo más raro que he escuchado en mi vida —admitió ella, apoyándose en el respaldo de su silla—. Vaya, pensé que eso de invitar a tus ex se hacía sólo en la realeza.

—Es muy extraño, ni siquiera sé por qué nos invitó.

—Espera, espera… ¿invitó a sus otros ex novios? —Elaine ya no se molestaba en ocultar su sorpresa.

—Sí.

—¿Y cómo lo sabes? ¿Ella te lo dijo?

—Soy amigo del resto, o algo así. Y no, la verdad es que no hablo con ella desde… el 2011 —respondió Tristan antes de reír por la expresión facial de Elaine.

—El mundo está loco… vaya… ¡Vaya! No sé por qué me sorprendo, estamos en el siglo 21 después de todo —murmuró antes de sonreír—. Esta es la mejor historia que he escuchado en mi vida.

—Lo sé. Ahora que se lo cuento a alguien que no sabe nada de mi pasado, me puedo dar cuenta de lo… extraña que es esta situación.

—Sí… apuesto a que tendrás una buena cantidad de anécdotas para contarles a tus nietos —mencionó llevándose la taza a sus labios—. ¿Hasta cuando te quedas?

—Hasta el 12 de Noviembre, la boda es el 10 —le respondió. Se quedó en silencio un par de segundos, sopesando lo que iba a decir—. Podríamos vernos de nuevo si te parece bien —agregó, intentando calmar sus nervios. 

—Me encantaría —admitió ella sonriéndole—. Cuéntame más de ti, sólo sé que eres americano, que tienes veintiocho años y que trabajas como ilustrador.

—Pues… tengo una madre muy odiosa.

—¿En serio? Vaya casualidad, yo tengo un padre que es un grano en el trasero —dijo Elaine, haciéndolo reír—. Él nos crió a mí y a mis tres hermanas.

—¿De verdad? Mi madre es madre soltera, y nos crió a mí y mis dos hermanas… que también son odiosas. Las adoro, no me malinterpretes, pero son peores que las hermanastras de Cenicienta —fue el turno de Elaine de reír. 

Una hora después, Elaine se tuvo que retirar, debía ir a buscar a sus sobrinos a la escuela. Se despidieron torpemente, compartiendo un abrazo prolongado. Tristan la acompañó hasta su auto, Elaine poseía una camioneta roja, y la despidió sacudiendo su mano. Cuando perdió la camioneta de vista, suspiró. Era una chica genial, entonces, ¿por qué quería tanto que Celestine lo llamara?

Culpó a su curiosidad. Luego de encontrarse con Celestine el otro día, ella animadamente lo abrazó y le expresó su emoción por verlo, a pesar de no haber sido tan cercanos. Intercambiaron números, con ella aclamando que lo llamaría apenas se desocupara de sus deberes como “falsa dama de honor”, porque Eleanor no tendría, pero aún así contaba con ella, Birdie y otras amigas para que la ayudaran con pequeñas cosas antes de la boda. Tristan aceptó, y desde entonces, anhelaba su llamada. 

 

Tristan la miró, pensando en cómo era posible que, a pesar de llevar juntos sólo nueve meses, ya podía ver su futuro con ella. Sus hermanas le decían que era un romanticón come-flores, él creía que ese era el peor apodo, pero sus hermanas no se caracterizaban por ser muy inteligentes de todas formas. ¿Come-flores? ¿A qué demonios se referían?

—La semana pasada leí dos libros completos sobre la historia de Francia, ¿cuál crees que podría ser el próximo país? —le preguntó ella mientras ataba su cabello. 




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