Los besos eternos de Eleanor (bodas desastrosas #1)

Capítulo 22.

Capítulo 22.

TRISTAN HELLIWELL.

NOVIEMBRE 6, 2018CUATRO DÍAS PARA LA BODA.

 

Ella era Eleanor. Pero no la universitaria que Tristan recordaba, ahora era una mujer adulta con su vida organizada. Se veía hermosa, y su sonrisa lo hacía sonreír en todo momento.

Ella tomó asiento en uno de los sillones individuales, los seis formando un círculo para poder conversar. Celestine había decidido dejarlos solos, diciendo que iría a buscar algunos vinilos de su artista favorito, Kendrick Lamar, hasta que se desocuparan. 

Tristan no podía quitar sus ojos de ella mientras una sensación extraña se apoderaba de su pecho. Era un sentimiento ajeno, algo que nunca había experimentado antes. Era como si un ser místico estuviera frente a él.

Eleanor estaba sentada a su lado, por lo que podía ver su perfil detalladamente. Ella tomó su cabello y lo ató en un pequeño rodete bajo, con algunos mechones cayendo sobre su rostro de todas formas. Los miró con curiosidad y una pequeña sonrisa.

—Estaba muy emocionada por verlos de nuevo —les dijo—. También de que estuvieran presentes en mi boda.

—Fue muy dulce de tu parte invitarnos —le dijo Nicholas.

—¿De verdad? Pensé que se espantarían… digo, son mis ex novios después de todo —ella rió, con ellos siguiéndola, aunque Aiden y Blake no se veían tan entusiasmados—. ¿No fue extraño para ustedes? Quiero disculparme si los incomodé.

—Fue sorpresivo —le dijo Tristan, pensativo—. Creo que todos nos preguntamos por qué nos invitaste.

Después de un breve silencio, Eleanor respondió.

—Fue una conversación que tuvimos con Federico cuando estábamos escribiendo la lista de invitados —explicó ella—. Decidimos hacer una boda pequeña, de hecho, tenemos sólo cincuenta invitados. La mayoría son familiares de él que viajaron desde Italia. Y, mientras anotábamos a nuestros amigos cercanos, en algún punto, comenzamos a rememorar nuestro pasado, antes de conocernos. Aunque nosotros sabemos sobre nuestros ex novios, nunca habíamos hablado sobre como ustedes afectaron nuestras vidas. Ahí nos dimos cuenta de que son personas importantes, aún cuando no tenemos contacto ahora.

—Entonces tu prometido también invitó a sus ex parejas —comentó Nolan. Eleanor asintió—. Es lo más ridículo e ingenioso que he escuchado en mi vida.

—¡Lo sé!, cuando le contamos a nuestras familias pensaron que nos habíamos vuelto locos, pero después comprendieron. Y, honestamente, ha sido una decisión maravillosa. No puedo esperar para que ustedes conozcan a Federico.

Tristan podía ver en los ojos de Eleanor el amor que sentía por su futuro esposo. Era un brillo diferente al que él veía cuando estaban juntos. Se veía feliz, y eso, de alguna forma, le provocaba felicidad a él también.

—Estoy muy feliz por ti —le dijo Tristan, sonriendo de lado.

—Gracias… —le dijo ella, dándole un apretón amistoso a su mano—. Pero suficiente de esto, ¡quiero saber sobre ustedes! Quiero saber sobre sus trabajos, sobre sus familias, sobre sus planes futuros…

—Estoy pensando en publicar mi propia novela gráfica —mencionó Tristan, tomando la iniciativa.

—¡¿De verdad?! Tristan, eso es asombroso… —le dijo Eleanor. Se podía sentir su genuina emoción—. ¿De qué trata?

Sus ojos azules lo miraron con curiosidad, pero no podía decirle que la trama estaba inspirada en cómo finalmente la había dejado ir. Sin embargo, estaba seguro de que quería que, algún día, ella viera y leyera su trabajo.

—Es una sorpresa, pero ten por seguro que cuando esté publicada, tendrás una copia en tus manos.

—Es una promesa —indicó ella, mirándolo a los ojos.

—Por supuesto.


 




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