Los besos eternos de Eleanor (bodas desastrosas #1)

Capítulo 23.

Capítulo 23.

NOLAN ROEBOOK.

NOVIEMBRE 6, 2018CUATRO DÍAS PARA LA BODA.

 

Para Nolan, Eleanor se veía más hermosa de lo que recordaba. Ya no usaba glitter en sus párpados y su cabello era mucho más largo, tampoco vestía prendas negras o botines brillantes. Pero de todas formas podía verla, a la misma chica que había conocido hace tantos años.

—¡Sí! Soy profesora de historia en una secundaria del centro de Londres, tuve que cambiarme cuando nos mudamos con Federico. Él trabaja como profesor también, pero enseñando en una universidad,— comentó ella respondiendo a la pregunta de Aiden.

—Ah, es profesor —mencionó Nolan—. Pensé que era de los míos: hijo de papá y desempleado.

Eleanor se carcajeó. 

—No, no —soltó otra risa—. Es verdad que la familia de Federico tiene una muy buena posición económica, pero ese dinero es de sus padres. Federico no recibe nada de ellos desde que comenzó a trabajar, a pesar de que insisten —explicó—. Oigan, ¿cómo saben que su familia tiene dinero? —entrecerró sus ojos.

—Lo googleé —admitió Nolan, encogiéndose de hombros.

—Debí haberlo esperado —admitió ella, riendo otra vez—. Ah, no saben lo contenta que estoy de saber que están bien… Sé que… bueno, ha sido mucho tiempo y quizás ustedes lo olvidaron, pero sé que quizás la forma en que… Probablemente no debería estar diciendo esto al mismo tiempo para todos ustedes.—

—Claro que puedes, El, no hay un mejor momento que este —la alentó Nolan.

—Tienes razón… Bueno, creo que ya saben que nunca fui buena con las despedidas, ni tampoco con las relaciones a distancia —dijo haciéndolos reír—. Y les debo una disculpa por eso. También por dejarlos de esa forma, no fue apropiado.

—Eleanor, no es necesario —le dijo Tristan.

—Sí que lo es. Ustedes cinco han sido una parte muy importante de mi vida y nuestra despedida, las cinco despedidas, no fueron como hubiese querido. Ustedes significan mucho para mí, más de lo que se los demostré, porque me enseñaron tantas lecciones que no hubiese aprendido nunca sin ustedes.

Ese fue el momento en el que el corazón de Nolan se rompió. Porque fue él quien creó un grupo de odio hacia ella y quemó la invitación de su boda por despecho. Verla sonreír con tanta esperanza de que ellos aceptaran sus disculpas le provocó una angustia que nunca antes había sentido, así que debía decirle, porque si no, no sería capaz de vivir una vida plena.

—El, no tienes porqué disculparte, de hecho, el que debe disculparse soy yo —le dijo, con el corazón en su propia boca, a punto de vomitarlo.

—¿Por qué? —le preguntó ella, mirándolo con sus ojos risueños.

—Porque algunos meses después de nuestro término, cuando el rencor comenzó a carcomerme, creé un grupo de Facebook llamado… —cerró los ojos, lleno de una vergüenza burbujeante—. Odio a Eleanor Armitt.

La pequeña sala se mantuvo en silencio por varios segundos. Los cuatro hombres que alguna vez lo atormentaron lo miraban sorprendidos, y al mismo tiempo con cansancio, como si lo que dijo fuese lo peor de la existencia. Eleanor tenía su ceño levemente fruncido, pero no parecía enojada. 

—¿Qué? —preguntó sin ocultar una pequeña sonrisa.

—Lo sé, es realmente estúpido. De hecho, diciéndolo en voz alta, es mucho más patético. Pero con el pasar de los años, cuatro personas más se unieron y el nombre cambió a plural. Coincidentemente, esas personas están justo aquí.

Cuando los echó al agua, sintió sus miradas intentando matarlo, aumentando la pesada atmósfera que parecía crecer. Nolan no lidiaba bien con la culpa, así que la verdad saldría tarde o temprano. Y era mejor temprano, porque no tenían mucho tiempo.

Pero la tensión se rompió por la ruidosa carcajada de Eleanor. Ninguno de ellos recordaba lo chillona que era su risa cuando era tan fuerte, así que al mismo tiempo, disimuladamente, se llevaron sus manos al oído para aplacar el leve dolor.

—¿De verdad? Pero ya no me odian, ¿cierto? Digo, los entiendo, como dije antes, no fue correcto lo que hice, pero ¿ese odio era de verdad? ¿O fue de broma?... No fue broma, ¿cierto?

—Al principio no —dijo Nolan, atando sus rizos en un pequeño bollo—. Sólo lo usamos para contarnos nuestras historias y sacar el terrible rencor que teníamos, pero luego nos conocimos y, de una forma muy extraña, nos volvimos algo así como amigos… —Nolan miró a Blake brevemente, porque él no era alguien que considerara un amigo aún.

—Entonces formaron una amistad por mí… no creo que eso fuese odio, así que realmente no me importa lo que pasó, si no lo que está sucediendo ahora. Y quiero que sepan que estoy muy feliz y satisfecha de saber que están bien y que tienen las vidas que siempre quisieron, que cumplieron sus sueños.


 




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