_ ¡Hey espera! -Corro detrás de él, Deimon se adelanta dándonos espacio-
Habíamos estado caminando por mucho tiempo sin descanso y Lucien nos ignoró todo el tiempo, aunque ambos caminan rápido, él me mira de reojo para ver si estoy detrás y puedo continuar con el ritmo que mantienen. Ahora estoy muy exhausto, agitado, casi no puedo mantenerme en pie, el cuerpo me pesa como durante la pelea y mi visión se vuelve indefinida, los sonidos comienzan a escucharse como en un túnel a lo lejos, cuando mis rodillas fallan por fin me da su atención.
_ ¡Ian, ¿Qué pasa?! –Pregunta con preocupación-
_ Dijiste que dijera cuando ya no podía seguir… Bueno, no puedo seguir. –Cedo ante mi propio peso, me toma en brazos antes de que toque el suelo-
_ ¿Qué está mal? -Esta vez es Deimon-
_ Es como en la pelea del lago, no sé qué me pasa, -respiro profundamente- mi cuerpo se siente pesado, tengo nauseas y me cuesta enfocarme en sonidos o imágenes.
_ ¿Tienes idea de porque puede ser? –Interroga-
_ La única vez que me paso algo así fue cuando cree el escudo sobre la ciudad, pero ahora ya no está, no entiendo que me está pasando -Tomo otra bocanada de aire- también me paso cuando Lucien me curo antes.
_ ¿Cómo me llamaste? –Inquiere luciendo sorprendido-
_ Eso no importa, continúa -Ordena Deimon- ¿Qué paso cuando te curo?
_ No estoy seguro, me faltaba el aire, me quemaba el pecho… donde está la marca… y una fuerza me arrastro, es más o menos lo mismo que ahora, excepto porque no puedo enfocarme bien.
_ ¿Hiciste algo diferente?, algo que pueda haberte alterado o hacerte sentir diferente, lo que sea. -Pregunta Lucien con preocupación en la voz-
_ Creo… puse un escudo en ustedes, por eso desactive el que estaba en la ciudad… -Ahora que lo pienso- Cuando apague ese escudo me sentí muy ligero, y luego los cubrí a ustedes con algo que solo puedo describir como un manto de protección, hizo que los ataques de ese sujeto le rebotaran -Digo mirando a Deimon- luego te busque a través de la ciudad –Esta vez le hablo directamente a Lucien- y te cubrí, me sentí muy tranquilo, se me relajo el cuerpo y empecé a sentirme muy cansado primero y luego muy mal, como ahora, hasta que perdí el conocimiento.
_ ¿Habías hecho algo así antes? –Inquiere-
_ No, apenas estoy descubriendo mis dones, nunca nadie me dijo nada de ellos, ni siquiera sabía que los tenía hasta que Madelen murió.
_ ¿Madelen? –Pregunta Deimon confundido-
Volteo el rostro hasta esconderlo en el cuerpo de Lucien.
_ No quiero hablar de eso. –Lo siento tensarse a mí alrededor- Estoy bien –Le aseguro- sólo es doloroso recordarla aun.
_ Está bien. –Me presiona más contra él- No tienes que decir o hacer nada que no quieras.
_ ¿Podemos descansar? De verdad no puedo seguir.
Le dice algo a Deimon que no puedo entender, la oscuridad me arrastraba, lo escucho llamarme o eso creo. Abro los ojos pero no veo nada definido, trato de enfocar la vista pero termino cerrando los ojos por un fuerte dolor de cabeza. Las voces vuelven, debieron de encontrar algún lugar porque Lucien me levanta en sus brazos, puedo sentirme flotar, quise protestar pero no soy capaz de encontrar mi voz, luego de un rato me recuesta en el suelo, extiendo mi mano y dentro de mi seminconsciencia lo sujete
_ No te vayas “Lu”, no me sueltes. –Murmuro balbuceante-
Luego de un momento de duda él vuelve a sentarse junto a mí descansándome la cabeza en su regazo.
_ Estoy aquí… siempre. –Afirma-
Puedo sentirlo acariciándome el pelo muy suavemente, pese a estar preocupado trata de calmarme, me siento cálido y cómodo en sus brazos, se siente correcto, como si ese fuera el lugar al que pertenezco. Sin querer suspiro feliz al sentirme mal por primera vez, me gusta tener toda su atención, sus caricias tiernas y dulces, me gusta su piel y su tacto sobre la mía, no recuerdo haberme sentido tan bien en mi vida antes de conocer a Lucien.
_ Mmmm… “Lu”- Siento una pequeña risa a lo lejos y a Lucien temblar bajo mi cuerpo-
Qué raro, cuando por fin abro los ojos puedo ver la claridad afuera, debajo de mí Lu duerme, me pongo de pie muy lento y salgo a tomar aire, en la entrada a la cueva Deimon vigila.
_ ¿Te sientes mejor? –Pregunta al verme salir-
Le sonreí_ Necesito caminar un poco.
_ Ian no puedes alejarte. –Se pone en pie frente a mí-