Los Caídos: El alado

CAPITULO 1

Gerous estaba en una clase de matemática, se sentaba en la última fila y en ocasiones se dormía y cuando no lo hacía se iba en sus pensamientos de los cuales no volvía hasta el fin de la lección, Mariza se preocupaba por Gerous ya que había cambiado mucho en unos meses ahora él pasaba mucho solo y casi no hablaba con ella ni Jeffrey, no sabía que le pasaba, pero esa actitud empezaba a molestar a Jetz, Jetz en ocasiones deseaba golpear a Gerous para que se le quitaran esas cosas raras que pasaban por su mente, pero Mariza y Nicole no lo permitían, Nicole también quería saber que pasaba con Gerous, pero él no le hablaba a ninguno y ya no sabían que hacer, al sonar la campana de salida Gerous se levantó a toda prisa, tomó todas sus cosas y salió, ese día la clase de matemática era la última así que Gerous se dirigía a su casa, Jeffrey y Mariza lo siguieron para talvez poder averiguar algo y lo único que vieron fue que Gerous no se dirigía a su casa, él se dirigía al parque de la ciudad y una vez allí se sentó en una banca, se puso su gabardina negra y el gorro de la misma para solamente observar el lago del parque

- ¿Estás seguro que aquí sabremos algo Jeffrey?

- Eso es un hecho y no susurres, no creo que nos escuche desde esta distancia

- Lo sé, pero seguirlo hace que me dé por susurrar

- Pues no lo hagas que eso me pone los pelos de punta

- ¿Y qué crees que él hace? – preguntó Mariza sin despegar la mirada de Gerous sin saber qué era lo que tenía que esperar

- No lo sé, pero seguro tiene que ver con drogas – dijo Jeffrey serio mirando fijamente a Gerous

- ¿Por qué todo contigo tiene que ver con drogas? – Mariza apartó la mirada de Gerous para clavarla en Jeffrey con una expresión de aburrimiento

- Porque eso sería emocionante

- ¡Estás loco! eso sería peligroso

- Después preguntas por qué Gerous no habla contigo

- Es igual contigo

- No, conmigo es diferente

- ¿En qué?

- En que es diferente y ya ¡no molestes que Gerous se está yendo!

- Entonces muévete gordo

- Ya voy, ya voy enana

- Parece que ahora se va para la casa – dijo Mariza después de que siguieran a Gerous por un largo tiempo

- Sí, que aburrido

- Ya lo hemos seguido durante tres horas, ya estoy cansada de caminar

- Pues ya lo ves, entra a su casa

- Por fin

- ¿Vamos por un helado? yo invito – dijo Jeffrey poniendo su mano sobre la cabeza de Mariza

- Esta bien vamos

Gerous había tomado la ruta más larga para llegar a su casa, Mariza y Jeffrey estaban agotados de tanto caminar e ir por un helado y hablar les despejaría la mente o talvez darían con alguna idea para ayudar a Gerous.

 

Vier

Vier preparaba el almuerzo para su querido hijo Gerous, últimamente Gerous casi no comía y dormía mucho sin contar que llegaba tarde y sin razón algún, algo extraño pasaba en él, pero no le decía nada, Vier escuchó el chillido de la puerta de alguien entrando en la casa, debía de ser Gerous que por fin había llegado, Gerous se acercó a la cocina, Vier se volteó para ver a su hijo, Gerous tenía lágrimas en los ojos estaba de pie en la entrada de la cocina sin decir nada

- ¡¿Gerous que pasa?! – Vier se preocupó al instante al ver a su hijo en esas condiciones

- ¡Mamá! ¿quién es mi padre?

La voz quebrantada y al borde del llanto de su hijo destrozaba a Vier, pero también era extraño que Gerous preguntara por su padre cuando él solo lo había hecho en una ocasión y Vier lo ignoró discretamente, aunque después de eso Gerous no había preguntado nunca más sobre su padre

- ¿Por qué preguntas eso? – Vier quería saber la razón de que Gerous lo hiciera hasta ahora

- ! Solo dime quien es ¡– Gerous nunca le levantaba la voz a Vier y para que lo hiciera algo muy malo debía de estar pasando

- Bájame el tono Gerous – Vier se molestó por el irrespeto de Gerous

- Entonces solo dime que era él – eso era, esa pregunta, algo debía de saber Gerous sobre su padre de otra forma nunca habría hecho esa pegunta

- ¿Qué clase de pregunta es esa? Gerous es obvio que un humano

-! Entonces explica esto ¡– Gerous se quitó la gabardina y la camisa con una gran furia y gran torpeza, pero al hacerlo dos alas negras saltaron a la vista, eran pequeñas pero sus plumas eran muy negras, tanto que se camuflarían en la oscuridad de la noche

- ¿Cuándo te pasó eso? – Vier estaba en shock no sabía que hacer o decir, lo que tenía frente a ella era increíble, pero ahí estaba

- Unos meses después de mi cumpleaños – Gerous llevaba casi un año con eso y no se atrevía a decírselo a su madre

- Hijo lo lamento nunca me imaginé...

- ¡Dime! ¿quién es mi padre?

- Es mi ex esposo Wiriel, pero en quince años de casados nunca le vi nada como eso




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