Era hora de la prueba en el bosque de la muerte. Cada equipo estaba en posición, listos para partir desde la puerta asignada. El equipo 13 tenía entre sus filas a Koko Uchiha, una prima lejana de Sasuke. En el equipo también estaba Hotaka Shimura y como tercer miembro Ryoshi, un miembro del casi extinto clan Senju. Estaban nerviosos. Era verdad que Koko había sido la segunda mejor de la clase, pero tanto Hotaka como Ryoshi terminaron entre los últimos. En resumidas cuentas, el equipo 11 era mediocre cuando menos. Por esa razón habían decidido esperar un año para estar mejor preparados.
Entraron al bosque cautelosos, tomando en cuenta todas las lecciones de supervivencia que habían aprendido en la academia. Llegaron a la noche sin encontrarse con ningún otro equipo y se escondieron junto al tronco de un gran árbol.
—Mañana tendremos que comenzar a buscar el otro pergamino.
Dijo Koko haciéndose cargo de la situación.
—¿Cómo vamos a hacer eso?
Preguntó Hotaka escéptico.
—Ninguno de nosotros tiene jutzus de espionaje.
—Yo tengo un jutzu de espionaje. —Declaró Ryoshi ofendido. Como miembro del clan Senju tenía un chacra perfecto para los jutzu curativos, pero además, extendiendo su chacra como brisa en el aire podía sentir presencias en un radio de 200 metros. Sin embargo, no le era fácil distinguir entre animales y humanos. La cantidad era una referencia pero generalmente no era suficiente como para confiar en eso.
—Esa cosa no es ni parecido a un jutzu de espionaje, Senju.
A Hotaka no le gustaba el Senju por el simple hecho de pertenecer a tal clan.
—Al menos aporto algo a el equipo, "aliento de perro". —Alegó Ryoshi con ganas de pelear.
—Pues hasta ahora no te he visto hacer nada, "banditas".
—Yo llevo el pergamino.
—Gran cosa, inútil.
Ambos genin se miraron fijamente, con fuego saliendo de sus ojos.
A Koko le brotó una gota de sudor en la frente, harta de tener que separarlos por enésima vez.
—Porque no nos concentramos en pasar la noche. —Dijo la kunoichi interponiéndose entre ambos y apartándolos con las manos.
—Hay que asignar guardias y encender una fogata...
—Nada de fuego.
Sentenciaron los dos ninjas al unísono. Enseguida, irritados por lo parecidos que eran, volvieron ha lanzarse miradas asesinas. Los dientes de ambos chirriaban con furia. Como si se tratara de una coreografía, los dos voltearon sus cabezas aparentando indiferencia.
—Yo haré la primera guardia!
Volvieron a hablar los dos. Una vez más, se miraron enojados. Koko estaba acostumbrada a este espectáculo pues llevaba viéndolo desde la academia, aún así no pudo evitar suspirar con fastidio. Luego, como siempre, ayudó a terminar con el conflicto.
—¿Qué les parece si yo hago la primera guardia?
—Bien. —Dijo de inmediato Ryoshi. Luego, adelantándose a su compañero declaró.
—Yo haré la segunda. —Tenía una sonrisa de victoria. Hotaka intentó alegar pero una mirada de la kunoichi lo persuadió de ello.
—Bien. —Aceptó a regañadientes. Luego agregó.
—Pero yo llevaré el pergamino a partir de ahora.
Ahora era Hotaka quién tenía una sonrisa y Ryoshi quien quería alegar.
Uchiha lo cortó en seco con una mano frente a su cara. Luego la extendió pidiéndole el artículo.
—Bien. —Aceptó Senju y comenzó a buscar. Shimura tenia una expresión de felicidad mientras Ryoshi contrastaba con una de ira. Solamente Koko se mantenía seria, dispuesta a detenerlos si volvían a explotar.
La furia de Ryoshi se apagó de golpe dando paso al terror. Seguía rebuscando por todos los bolsillos que tenía. Incluso vació su porta shuriken sin obtener resultados. Sus compañeros comprendieron lo que ocurría y reaccionaron. La kunoichi cerro los ojos tratando de no mostrar su enojo. Shimura volvió a su cara de pocos amigos.
—Sabía que tenía que llevarlo yo. Solo tenías que hacer una cosa Senju. Una sola.
El aludido estaba devastado a cuatro patas en el suelo. Como era posible que fuera tan idiota como para perder el pergamino.
—¿Ahora que hacemos? Ya era difícil conseguir un pergamino, dos será imposible. —Hotaka seguía quejándose.
—Podemos volver y buscar el nuestro. —Sugirió Koko sin perder la calma.
—El que perdió Senju. —Hotaka no estaba dispuesto a olvidar la torpeza de su compañero.
—Lo siento. —Era apenas un hilo de voz pero sus compañeros pudieron escuchar a Ryoshi.
—¿Qué dijiste? —Preguntó Shimura echando sal en la herida.
—Lo siento ¿está bien? —Gritó Ryoshi levantándose del suelo.
—Me disculpo por ser tan idiota. Contento.
Esta vez su cara no reflejaba ira, si no algo más parecido a la culpa. Soltó un suspiro, luego dio la vuelta y comenzó a andar.
—¿A donde vas?