Ryoshi estaba recargado del tronco de un árbol. Se sentía asqueado por haber participado en algo tan sucio. La banda que llevaba en la frente le apretaba más allá de la incomodidad. Estaba furioso por haber sido arrastrado a ésta situación.
Levantó la vista cuando Koko salió de entre las ramas, quedando frente a frente. Después de un momento Koko apartó la mirada, entonces llegó Hotaka.
—Tenemos que seguir moviéndonos. —Dijo antes de darse cuenta de lo que ocurría. Ryoshi tenía la mirada fija sobre él—. No tenemos tiempo para tus estupideces Ryoshi.
—Lo tenemos. —Aseguró Senju—. De hecho, creo que tenemos que arreglarlo justo ahora, Hotaka.
Ninguno de los dos tenía pensado ceder, en medio, Koko intentaba no mirar a ninguno. Estaba justo en la situación que quería evitar. Peor aún, pues esta vez ella no era neutral. ¿Cómo podía mediar este enfrentamiento, si se inclinaba por una de las partes?
—No hay nada que arreglar. —Sentenció Hotaka pero no dejo de mirar a Ryoshi.
—No estoy de acuerdo con tus métodos Hotaka. —Declaro Ryoshi ignorando el comentario.
—En serio. Pues yo no estoy de acuerdo con dejar que nos maten.
—Había otras maneras.
—No, no había. ¿Es que no recuerdas lo que firmamos. El papel que nos dieron al inicio, donde aceptamos arriesgar nuestras vidas? ¿O es que ni siquiera lo leíste? —Preguntó Hotaka en tono burlón.
—Eso no tiene nada que ver. —Respondió Ryoshi aún más enojado.
—No había necesidad de atacar a un ninja fuera de combate.
—Jajaja. —Se carcajeo Hotaka, aunque era una risa vacía, falsa—. ¿Qué no ves donde estamos? Esto no es una historia, Ryoshi. No eres el héroe que salva el día. Esto es la vida real. Son ellos o nosotros.
—No estas escuchando Hotaka. Se perfectamente que estamos arriesgando nuestras vidas. Pero enfrentándonos cara a cara. No como buitres, alimentándonos de carroña. —Declaró Ryoshi casi con calma, pero se notaba que hacía un gran esfuerzo para contenerse. Era la primera vez que lo veían en ese estado.
—Ryoshi. —Lo llamó Uchiha, intentando apaciguar su ira. Senju la miró con los labios apretados en una fina línea. Al ver a Koko comprendió en seguida lo que ella pensaba.
—No puede ser. ¿De verdad crees en la basura de este?
—Éste mundo es así.
—Pues no es como debería ser... —La voz de Ryoshi se quebró mientras decía ésto. Por un momento parecía que se echaría a llorar, pero cerro los ojos, tragó saliva y se calmó un poco. Hotaka siguió hablando, harto de los argumentos de su compañero.
—Somos ninjas Ryoshi. Usamos el engaño. Nos escondemos en la obscuridad. Matamos antes de que nos vean llegar. El confrontamiento directo es una deficiencia en la estrategia.
Ryoshi volvió a mirarlo, ésta vez no podía contener su ira.
—Estas describiendo a un asesino, no a un ninja. —Gritó desesperado. Hotaka recargó el peso de su cuerpo sobre un pie, como si estuviera dando por terminada la discusión.
—¿A caso crees que son conceptos diferentes? —Preguntó cruelmente. La ira sobrepaso a Ryoshi, sacándolo de sus casillas. Sus ojos miraron fijamente a los de Hotaka. Éste retrocedió un paso por puro instinto. Ryoshi se lanzó hacia él rodeándolo con los brazos y ambos cayeron del árbol.
—¿Qué...? —Comenzó Koko, pero algo interrumpió sus palabras. Un kunai paso justo por donde un momento antes se encontraba la cabeza de Hotaka.
—Koko, al suelo. —Gritó Hotaka mientras caía abrazado a Ryoshi. El kunai se clavó en un tronco cercano y los genin cayeron al suelo con un ruido sordo. Durante el trayecto Ryoshi giró, quedando debajo de Hotaka. Koko seguía parada en el mismo lugar, pasmada por lo imprevisto de la situación. Una lluvia de papeles la rodeo. Caían lentamente, como hojas marchitas. Sus ojos se abrieron como platos, sabía que era su fin.
—Fūton: Kiryū. —Anuncio la voz de Hotaka que ya miraba en dirección de Koko. Mientras caían, este pudo ver lo que ocurría y preparo el jutzu para soltarlo en el momento oportuno. Una ráfaga de viento salio de su boca, lanzando los papeles explosivos lejos de su compañera. Aun así, las bombas detonaron antes de que Koko estuviera completamente a salvo. La explosión la mandó al suelo, donde Hotaka la atrapó intentando que el daño fuera mínimo pero la explosión ya había hecho de las suyas.
—Jajaja. —Era una risa que parecía provenir de todos lados. Los tres se levantaron con dificultad, a su alrededor varios ninjas comenzaron a brotar de la tierra.
—Estamos rodeados. —Exclamó Ryoshi mirando a su alrededor. En su rostro aún se notaban los rastros del dolor provocado por la caída.
—¡En serio, no los había visto! —Comentó Hotaka irónicamente. Ryoshi agitó la cabeza.
—No éstos. Éstos no puedo sentirlos. Están alrededor.
—Un genjutzu. —Concluyó Koko jadeando, por un lado de su cabeza escurría sangre. Su ropa tenía agujeros medio chamuscados por la explosión y su piel, quemaduras de primer grado.
—¿Dónde están los responsables? —Preguntó Hotaka, claramente era el menos afectado por el ataque inicial. Apenas terminó de hablar la risa volvió a escucharse a su alrededor.