El bosque estaba lleno de presencias. Donde quiera que ponía su atención sentía al menos una veintena de chacras pequeños y un puñado de otros que fácilmente pasarían por los de un humano. Habían salido de su improvisado escondite muy temprano y con muchas ganas de terminar el examen. Ahora era casi medio día y aún no se encontraban con ningún equipo. Los tres se estaban comenzando a impacientar, Ryoshi el que más. Su jutzu era más apropiado para detectar enemigos que el de Koko o el de Hotaka. Aún así, no estaba dando resultados.
Hotaka hizo una señal y los tres se detuvieron en un árbol. —¿Aún nada? —Preguntó con impaciencia. Ryoshi no estaba seguro de si alguno de los chacras que había percibido eran de ninjas pero no lo demostró.
—Nada. Deben de estar más cerca de la torre. —Contestó intentando mostrar seguridad. Hotaka no parecía muy convencido.
—Solo quedan 2 kilómetros para la torre.
—Sólo puedo abarcar 200 metros a mi alrededor. Aún tenemos más de kilómetro y medio. Además, solo hemos estado en la parte este del bosque.
—Bien, bien. —Dijo Hotaka, suspiró y agregó—. Deberíamos parar a comer.
—¡Oye! yo soy el que esta al mando. ¿Recuerdas? —Se quejó Ryoshi. Shimura suspiró de nuevo y Koko solo los miraba sin más.
—Bien. ¿Qué haremos entonces?
—Pues... Nos detendremos a comer. —Ryoshi sonreía como un bobo.
Hotaka giró los ojos y Koko se limitó a asentir como si ya esperase aquello. Luego sacaron de sus bolsillos los restos de pescado que les quedaban. No eran más que tres paquetes de pescado ahumado. Fue una comida fugaz, apenas se le podía llamar comida. No más de cinco minutos en los qué ninguno bajó la guardia. Ryoshi incluso mantuvo su jutzu de sensor activo. En cuanto terminó con su ligero alimento, sacó una caña de bambú de su porta shuriken. Era pequeña, apenas le cabía un cuarto de litro de agua pero calmó su sed, de momento.
Hotaka terminó su propio pescado con una expresión pensativa. Luego, escogiendo las palabras dijo. —Sugiero que intentemos llegar a la torre y busquemos por el perímetro antes de que llegue la noche. —Se le quedó mirando a Ryoshi, esperando que dijera algo. Koko también lo observaba muy seria.
Ryoshi miró a uno y otra por turnos como si buscara algo en ellos. Hizo ésto varias veces mientras sus compañeros ponían miradas cada vez más impacientes.
—Estaba pensando...
—¿En serio?
—Hotaka.
—Bien, bien. Sigue Senju.
Ryoshi miró a Hotaka durante un momento, intentando ver si volvería a interrumpir. No se convenció del todo pero volvió a tomar la palabra.
—¿Estaba pensando...? —Hizo una pausa esperando la burla.
—No lo volverá a hacer. —Lo tranquilizó Koko haciendo un ademán para que siguiera ablando. Ryoshi asintió y continúo.
—Pensaba que deberíamos descansar aquí un tiempo.
—¿¡QUÉ!? —Hotaka reaccionó de inmediato, ansioso por terminar el examen lo antes posible.
—No nos serviría de nada llegar cansados a la pelea. Tu mismo lo dijiste.
—Estamos contra el tiempo, "banditas".
—Lo se, lo se. No será mucho tiempo. Solo liberare el jutzu para recuperarme.
Hotaka murmuró algo entre dientes que ninguno entendió. Enseguida se levantó y se puso a dar vueltas por el escaso lugar que le permitía la rama en la que estaba parado. Ryoshi por su parte buscó la mirada de Koko. La kunoichi se notaba consternada. Ella también quería terminar lo más rápido posible, pero en cuanto se dio cuenta de que Ryoshi la miraba, cambio su actitud.
—Si lo consideras necesario eso haremos. —Dijo muy seria. Hotaka no pensaba igual.
—Solo lo dice para llevarme la contraria. —Se dirigió a Koko señalando a Ryoshi. Luego lo miró—. Se acaba el tiempo Ryoshi. No podemos esperar a tus caprichos.
Koko esperaba que la pelea comenzara y ya se preparaba para ejercer de mediadora pero Ryoshi no respondió.
—Ryoshi. —Lo llamó preocupada. Éste estaba ensimismado, con la mirada perdida, algo muy raro en el Senju. Pero tanto Koko como Hotaka sabían que estaba recordando, y sabían exactamente que...