Devuélvemelo todo.
Los ciento ochenta días.
Las risas de antaño.
Mi alegría.
Mis sueños.
Mi vida y la que no era mía.
Devuélveme las ganas.
La suerte.
La ilusión por nada.
El miedo a la muerte.
Devuélveme lo que te llevaste.
La opción de elegirte.
La pasión por arriesgarse.
La mirada que no es triste.
Devuélveme el paso adelante
que siempre di.
La soledad fértil
y no esta pegajosa.
Los deseos de no escribir.
Mi Luna del mes de abril,
que ya es de otro.
Que no es porque me tengas,
sino porque yo no me tengo.
Que no es porque te busque,
sino porque yo no me encuentro.
Que no es que por ti me muera,
sino que sin mí no vivo.
Que no es porque aún importes,
sino porque no sé
hasta qué punto me importo.
Que sí, que es porque te odio.
Así que devuelve lo que no es tuyo.
Quédate algo,
si es por tu egoísmo,
puro y duro.
Lo vital para funcionar,
dame,
que es solo mío.