Quien te coja de la mano,
que sepa que va a perder el brazo.
Por tirones,
mordiscos y patadas,
escondidas tras un falso abrazo.
Dulces palabras
de desesperación y dolor.
De ir por la vida
siendo la que se queja de todo.
Cordero degollado ante el público,
loba de dientes feroces en privado.
De conversaciones gentiles y educadas
que se convierten
en pensamientos maquiavélicos
de un cerebro trastornado.
Que el mundo no va contra ti,
que eres tú quien va contra el mundo.
Que por mucho que te lo comas,
él te comerá a ti.
Pero no importa,
siempre habrá otro al que mentir,
explotar
y que te satisfaga.
Otro de la lista,
que se tacha.
Llegará el día
en que eso no te sepa a nada.
O puede que no llegue.
Y que seas la que se coma todo
y que te lo echen en la cara.