Los cazadores y el cetro de Oriol

Capítulo 1

Narra Megan

La luz de la luna se cuela entre las copas de los árboles haciendo que mi camino sea un poco más visible, corro más deprisa hasta que tropiezo con una rama y caigo de bruces contra el suelo, aturdida por el golpe trato de recomponerme rápido, me analizo detalladamente mientras me pongo de pie y al ver que solo tengo algunos raspones sigo mi camino pero esta vez camino más deprisa y atenta a mi alrededor.

Luego de unos minutos siento como algo vibrar en mi bolso, al abrirlo observó la extraña piedra vibrar y desprender una tenue luz, sin pensarlo mucho la tomo y esta parece querer escaparse de mis manos, confundida sigo el camino que me indica hasta que choco estrepitosamente con alguien.

_ Daniel_ digo al reconocer al susodicho.

_ Megan_ dice este

_ Danna_ le respondo enojada

_ Megan_ repite su acompañante.

_ ¿Qué hacen aquí?_ les pregunto muy enojada.

_ Supongo que lo mismo que nosotros _ me responde una voz muy conocida.

_ Esto es una broma cierto _ dice Danna con cierta nota de humor al ver a los recién llegados.

_ Para nada _ le responde Victor de igual forma.

_  Esto es una clase de emboscada _ pregunta ahora Armando.

_ Chicos tenemos visitas _ agrega Gabriel observando algo entre las penumbras del bosque.

De inmediato todos sacamos nuestras armas y nos apuntamos entre nosotros, mas ni siquiera tenemos tiempo de hablar cuando de las sombras salen unos hombres vestidos de negro y sin mucho exfuerzos nos desarman e inmovilizan.

_ ¿Quienes son ustedes y que hacen en nuestros territorios?_ pregunta uno de ellos el cual parece ser el líder.

_ Nosotros 3 estábamos explorando el bosque y nos perdimos, ellos 3 no se_ dice Victor rápidamente.

El líder al escuchar su respuesta lo mira muy enojado dando a entender que no le cree ni una palabra.

_Revisenlos.

Antes de que toquen mi bolso le doy un cabezazo al hombre que me tiene sujeta y después lo pateó logrando liberarme, al girar la vista noto que los demás están peleando con los hombres por lo que aprovechó la distracción y corro lejos de ahí; sin embargo, no doy ni dos pasos cuando siento algo que se clava en mi cuello, al quitarlo caigo inconsciente en el suelo mientras que lo último que observo es que los demás están inconscientes y se los llevan cargados. 

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Siento mis parpados pesados y tengo un fuerte dolor de cabeza, trato de abrir los ojos pero esto parece una tarea imposible, escucho algunas voces pero no logro entender nada, luego de unos minutos por fin logro abrir los ojos y lo primero que noto es que estoy en una especie de prisión y tengo los brazos esposados a la pared, de frente a mi se encuentra el trío de idiotas susurrando entre ellos y en una esquina al fondo están Danna y Daniel con la mirada perdida en la puerta frente a ellos.

Mientras me logro acomodar escucho pasos provenientes de afuera que se acercan a la  puerta, los demás al notar esto hacen silencio y observan fijamente la puerta, al está abrirse entran dos hombres el primero de unos 40, alto, fornido, de cabello negro y ojos azules, el otro es muy parecido al primero, solo los distingue que este es más joven, un poco más pequeño y es rubio.

_ Buenas tardes _ dice el rubio sorprendiendonos a todos pues nos capturaron en la noche por lo que según mis cálculos llevamos tal vez unas 19 horas aquí.

_ Bien iré al punto, ¿Que hacen en mi territorio?_ nos pregunta el pelinegro con rostro serio.

_ Ya le respondí, nos perdimos _ dice Victor con fastidio.

_ Bien si no quieren colaborar los haré colaborar _ le responde mientras lo mira con una mirada asesina.

_ Asi y como lo harás_ habla ahora Daniel, lo que hace que su hermana lo mire mal.

El pelinegro camina hacia él y lo observa fijamente provocando que Daniel comience a gritar pidiéndole que pare, su hermana también desesperada comienza a gritar pidiéndole que lo deje.

_ Es una de esas cosas _ susurra Gabriel a sus compañeros lo que los hace temblar de miedo.

El rubio quien ha estado todo el tiempo en silencio y no se ha movido de su lugar observa todo la escena imperturbable lo que me hace dudar de si saldremos vivos de aquí, de pronto el susodicho se acerca a mi y me sujeta la cabeza mientras me observa fijamente, con el pasar de los segundos comienzo a sentir un leve dolor de cabeza que va aumentado rápidamente, luego de unos minutos cuando el dolor ya se ha vuelto insoportable él me suelta.

_ Está bien te diré lo que quieras pero suéltalo _ logró escuchar a  Danna gritar desesperada para segundos después dejar de escuchar los gritos de su hermano.

_ Padre, ya tengo lo que necesitamos_ dice el rubio para acto seguido los dos salir dejándonos a algunos con dolor otros con miedo, pero a todos pensando en cómo llegamos a esto.

 




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