Maraton Nº1.
Lyn: Treat You Better
Mi cuerpo percibe el frío de la noche colándose por la pequeña ventana de la puerta, pero a la vez siento cálido aliento de una persona en particular que está chocando en mi cara. Sus manos están alrededor de mi cintura estrechándome en su pecho, su cuerpo es caliente comparado con el mío que está frío por el aire que corre.
Abro los ojos encontrándome con él, su cara está frente a mi con el ceño ligeramente fruncido se le nota que está durmiendo plácidamente y que el frío no le afecta para nada a su cuerpo.
Las luces de la casa están apagadas menos la luz de la lámpara que nos alumbra ligeramente. Decido levantarme pero sus brazos no me dejan hacerlo, rió sin que me escuche trato de que me suelte moviendome un poco más lográndolo.
La sabana que nos cubre está tirada en el piso y decidió levantarla y taparlo.
Reviso la hora de mi celular son las 5:00 am me asomo por la ventanas de la sala aún está oscuro no ha amanecido. Sobo mis manos en mi cuerpo para darme calor, escucho un quejido de bebe en la planta de arriba me sobresalto pero me calmo al saber que es Maddy.
Subo las escaleras dirección a mi cuarto para ir a ver a la bebe.
Abro la puerta lo más despacio para no despertar a Sabrina que duerme plácidamente envolviendo con sus brazos en una almohada pequeña pero lo que me sorprende es la manera extraña en que lo hace; una pierna alzada y la otra estirada contra la pared.
Bueno duerme mejor que yo, al menos.
Paso de revisar a Sabrina a revisar a Maddy quien ya está despierta con sus ojitos verdes muy abiertos, bostezando cuando me ve extiende sus manitos y hace un puchero con sus labios rosados dándome la señal que va a llorar en cualquier momento.
— Hola, pequeña.
La tomó en brazos y la acurrucó en estos dando pequeños saltitos para que no empiece a llorar y despierte a sus hermanos que duermen.
— ¿Quieres seguir durmiendo o ya estás con más energías de las necesarias? — sí suena absurdo preguntarle eso a una bebe de un año que se que no me va a responder.
Parpadea y sus ojitos se le cristalizan.
No llores, por favor.
— Lo tomare como un estoy fastidiada.
La acomodo mejor pero ahora dejando su cabeza en mi pecho. Le echó un vistazo más a Brina y me devuelvo a la primera planta de la casa.
Maddy gorgotea en mi pecho mojándome los senos de su saliva no le tomo importancia ya que es un bebe. Prendo la luz de la cocina para hacerle una mamila a la pequeña y así no llore.
Me las arreglo para hacerla con una mano ya que con la otra la sostengo a ella no quiero que se me caiga Danilo me mataría y yo me moriría en el instante en que ella estuviera en el suelo, sacudo el biberón para dárselo a Maddy quien ahora está chupando la piel de mi pecho.
— Maddy… — la llamó teniendo toda su atención al instante — Aqui esta tu mamila, no es necesario chupar mi piel.
— Abushh — trata de balbucear.
No se que significa en idioma bebe, pero asiento dandole la razon.
— Pensé que me habías dejado solo en el sillón ofreciendo como sacrificio al coco — me sobresalto cuando escucho que me hablan a mis espaldas.
Me tranquilizo cuando es Danilo quien está a unos cuantos pasosde mi. Juro que estaba a punto de lanzar un vaso.
— ¿Se despertó mi princesa? — imita la voz de un niño.
Quiero reirme pero me parece adorable.
El bichito del amor, el bichito del amor
¡Cállate conciencia!
Se acerca a su hermana agachando un poco la cabeza dándole un beso en la frente ella lo recibe gustosa ya que sonrie y por inercia me agarra la cara con cuidado con sus grandes manos dándome a mi tambien un beso en la frente.
Se da cuenta de su error y se le tiñen las mejillas de rojo creo que debo estar igual de roja.
— Eh… — soba su nuca.
— No hay problema ¿Quieres alimentarla tú? — le extendí la mamima pero la rechazó.
— Te doy el honor, ya que vas a ser niñera de mis hermanas.
Mira a Maddy.
— De acuerdo — sacudo la mamila y pongo un poco de leche en mi mano para ver si está caliente o tibia no quiero que le den gases.
Está a su punto.
Llevo el biberón hacia su boca, esta se abre inmediatamente, me sorprendo por la fuerza que hace al chupar el plástico por donde la fórmula sale sus ojos en todo momento me miran y yo la miro a ella y de vez en cuando le doy vistazos a él.
— Despacio, Maddy. Da la sensación de que mamá no te alimentará todos los días.
— Eso parece — le doy la razón.
Riéndonos los dos.
— ¿Has dormido bien? — pregunta.
Dudo si en responderle ya que no se a quien le pregunta a la bebe o a mi. Se da cuenta de mi duda por que ríe y me señala.
— Tu, te digo a ti.
— Bien, he dormido cómoda ya que me has servido como colchón y almohada y estás caliente, osea, tu temperatura — sonó como si quisiera decirlo en doble sentido.
— Si, Sara dice que es normal — baja la mirada y la vuelve a subir — ¿Y babeas cuando estés dormida? Ya que me he levantado con mi polo lleno de saliva en varias partes — me señala donde están las manchas de mi saliva.
Dios, que verguensa
— No es mía — suelto haciéndolo reír .
— ¿Me estás diciendo que es mía? — achina los ojos — ¿No te habre babeado entonces?
— Está bien, lo siento.
— ¿No es mía entonces? Me has engañado. Eres una mentirosa, Lynsi.
— ¡Ay, callate!
Nos quedamos en silencio lo único que se escucha es el sonido que hace Maddison al jalar el chupón de la mamila. Repaso su carita viendo sus ojos verdes con unos cuantos tonos grises, su naricita pequeña, su pocas hebras castañas que tiene en su cabecita, sus cejas están muy bien formadas y de un color claro dando a entender de que fueran rubias.
Editado: 31.12.2022