Narrador Omnisciente:
PRIMER MES:
Quien iba a pensar que la pequeña saliera rubia.
Si, como lo escuchan. Rubia y de ojos verdes.
Todos querían cagar al bebé de un mes de nacida. Nació con cuatro quilos doscientos gramos y midiendo cincuenta centímetros. ¡Que bebé para más grande!
La pequeña Lynsi, miraban todos a su alrededor. Fruncia el ceño de manera adorable al ver todo un tumulto de personas mirándola con una sonrisa. Daban a entender que se la querían robar.
Aquellas miradas la incomodaron haciendo que su boquita rosada formara un bonito puchero, todos soltaron un: Aww, que mona es.
Sara cargó a los pequeños gemelos D. quienes ya se quejaban del alboroto alrededor de la cuna. No sabían que era lo que pasaba y si era algo verdaderamente asombrante querían verlo por sus propios ojos.
—¡Bebé! —exclamaron los dos juntos— Ma… ¿de lle esha bebé?
Sara sonrió y procedió a explicarles —Ella, es Lynsi.
Lynsi miro con ojos muy grandes a esos dos cabezas castañas. Los dos ladearon la cabeza al escuchar ese nombre.
—¿Miya? —preguntó, Daemon— Llynshi, ¿milla?
—Oh, no lo sé —Renata, veía desde la cama a los gemelos y su mejor amiga— Aun están pequeños para…
—¡Ño! —Danilo, exclamó, con el entrecejo fruncido— Lynshi, milla.
Renata dio una pequeña carcajada al igual que todos en el cuarto menos Sara, quien, miró con terror a sus hijos. Eran muy pequeños para discutir por una chica o mejor dicho una bebé de un mes.
Ya se imaginaba el alboroto que causaran ellos dos cuando vean a Lyn a la edad de catorce o quince años. Parecerían perros y gatos que compiten por comida.
En algún momento Sara se hiso una idea de que cualquiera de sus hijos se aria novio de Lynsi. Bueno, básicamente, la idea de Sara era emparejar desde ya a la hija de su mejor amiga a alguno de sus hijos. Pero, ahora, se retractaba.
—¡Ma! —exclamaron— ¿Ye shien es Lynshi? ¡Maa!
Su esposo trataba de aguantar la risa. La disimulaba con el vaso de agua.
—¡Maaaaa! —volvieron a exclamar.
Fue una mala idea. Malísima.
—De ninguno de los dos —los bajó enseguida.
Daemon y Danilo formaron un puchero, sus ojos se llenaron de lágrimas y en un abrir y cerrar de ojos rompieron en llanto. Sara puso los ojos en blanco al ver a sus hijos llorar por ver de quien era Lynsi.
Si así son con un solo año, ni se imaginan cuando serán de grandes.
SEGUNDO MES:
Daemon y Lynsi se veían fijamente, el uno al otro.
¿Por qué tanto alboroto por esta niña? Se preguntaba Dae. Ladeo la cabeza a la izquierda, la rubia copio su acción.
Lynsi miraba al castaño con curiosidad ¿Qué es lo que quería? Frunció su naricita y Dae la imitó.
Sara y Renata miraban con mucha atención a los niños desde el umbral, Danilo, también se encontraba mirando con muchísima atención a los dos. ¿Qué hacia su gemelo con SU Lynsi? Los gemelos D. no se hablaban desde hace dos días, aunque comparte cama, no se hablaban. Se evitaba y no les apetecía jugar con el otro.
En cierta manera las dos mejores amigas lo vieron de forma graciosa al ver como dos hermanos se peleaban por una bebé, de una manera inocente. Pero al ver como se fueron a los jalones del pelo cuando Lynsi se rio. Todo se volvió un caos.
Lynsi con tan solo dos meses de nacida era muy, pero muy despierta. No le gustaba dormir como todo bebé de esa edad, siempre hacia muecas de risa y los ojos vedes se mantenían abiertos observando todo.
—Lynshi —la llamó Daemon— ¿elles miya?
Lynsi en respuesta pataleo e hiso un gorgoteo. Daemon lo tomo como un sí. Sonrió. Danilo no se lo tomo con mucha gracia. En su mente gritaba: Ño esh tuya ¡Esh miya! Tuvo la acción de ir a darle un golpe a su gemelo. Renata al darse cuenta de la posible acción, cargó de manera rápida a Danilo.
Lynsi le respondió con un claro: No soy tuya, eres raro. Vete. La patada era señal de vete Daemon.
Daemon le alcanzo el chupón a Lyn, frunció el ceño al ver su acción. Dios mas patadas. Dae lo tomo como si fuese un juego.
Danilo estaba dispuesto a tirarlo de la cama de Cars de una patada antes de dormir.
TRES MESES:
Los gritos de Lynsi se escuchaban por toooda la casa. En definitiva, el agua y ella no serían mejores amigas.
Renata miraba con terror a su hija cuando el grito se volvía más fuerte. Parecía que su hija se moriría si le caía una gota de agua más. Su primer baño.
Los dos primeros meses fueron fáciles ya que Lyn solo recibía baños de esponja como su pediatra le había aconsejado. Los gemelos no entendían a la rubia ¿Cómo no le va a gustar el agua? Si era lo mejor del día. No entendían, la tomaron como una rarita.
—¡Sara! —Renata ya no podía ver a su hija llorar, necesitaba ayuda.
—¡¿Qué paso?!
Sara casi tira a sus hijos al suelo al entrar a toda velocidad. Sus hijos le sacaron la lengua.
—Es Lynsi… ella, no para de llorar. Ayúdame, Sara.
Sara toco su pecho dándose tranquilidad.
‘’Nadie había muerto’’
—Renata —dijo con firmeza— Dame a la niña.
Las horas transcurrieron de forma lenta pero tranquilas. Oh, eso pensaban las mejores amigas.
El agotamiento de las dos madres hizo que durmieran por varias horas. los gemelos también dormían plácidamente, hasta que un ruido levanto al pequeño Danilo.
Sobo sus ojitos, aun adormilado, se bajo de la cama. Volteo a ver como su hermano abrazaba el brazo de su madre. Dani odiaba compartir a su madre con su hermano.
Ojalá se lo hubiera comido aun cuando estaban en el estomago de Sara. Vaya suerte que tuvo su hermano de no ser comido.
A pasos lentos camino hasta donde se encontraba la pequeña rubia de ojos verdes.
Editado: 31.12.2022