Los Chicos del Escuadrón (saga Escuadrón)

Capítulo 22

4 de Julio.

—No me siento bien, Dani.

Me siento en la silla afelpada.

Estos últimos días han sido desastrosos.

—¿Sigues con el dolor de estómago? —pregunta—. Me dijiste que ayer estabas mejor.

—Era así, y ahora no.

Acomoda las maletas. Saca y pone ropa de ambos. Con este virus jode nuestro 4 de Julio. Teníamos planeado bastantes cosas en el almuerzo, en la tarde y en la noche.

—Ayer me había pasado por completo —afirmo—. En la noche me entraron ganas de vomitar y el estómago me volvió a doler con intensidad.

—Con eso son cinco días de vómito, mareo intenso y no hueles nada.

—Odio sentirme así

—Tranquila.

Se sienta en la otra silla, me acerca a él y me abraza. Se siente caliente, como el cuerpo de un gatito. Besa mi cabeza y nos quedamos en esa posición por tres minutos.

Dije: Julio, ven a mí.

Y el desgraciado me tira un virus de casi una semana. ¡Te odio Julio!

—Lyn…

—¿Mmm?

—¿No estarás…?

Ni que lo mencione. No. Espíritu de lo que sea y Dios todo poderoso no hagas esa voluntad. Los síntomas que experimento son similares a los de un embarazo. Pero no puede ser posible.

¿Cómo lose?

Porque tengo la regla. Bueno, tenía la regla.

Ayer acaba de irse. Solo han sido dos días y medio que el maldito de Andrés bajó.

Ese hijo de su madre me desgració. Vergüenza total.

Para mí, muy vergonzoso. Para Danilo, muy gracioso.

Me dijo que había ‘’perdido’’ la virginidad por segunda vez.

—No.

—Puede ser una…

—Ni que lo digas, Dan —le señalo— Tuve la regla hasta ayer. No puede ser.

Asiente.

—Si no es eso ¿Qué?

—No tengo la menor idea.

Acomodo mi traje de baño en la maleta negra. La manera en que ha separado mi ropa con la suya me gusta.

Hoy tenemos un cronograma interesante.

La maleta que preparamos es para la noche. Mañana vamos a salir de Florida, solos. Los chicos van a ser lo mismo, pero ellos lo van a ser en grupo. Dani va a faltar.

Algo que me entristece bastante.

Se me paso la cabeza dejarlo ir con ellos para que disfrutara de su cinco de mayo. O, mejor dicho, disfrutara de su resaca. Porque esos hijos de sus papás beben como si el alcohol fuera agua.

—Los pechos te han crecido —dice.

Levanto la cabeza.

—¿Eh?

—Que tus pechos han crecido.

Viene y me levanta su playera. Los pezones se me endurecen por la briza y Dani los ojea con mucha atención.

—Te han crecido los pechos.

—Mis bubis no han crecido.

—Si lo han hecho.

Jala su espejo. Le implemento rueditas a ambas patas. No sé ni para que lo hizo.

—Si es una excusa para desnudarme y meterme a la cama. Funciona.

—En parte sí.

Me carcajeo. Idiota. Los aprieta, me habla como todo un experto de bubis. Ladea la cabeza para ‘’estudiarlos’’ mejor y sin más terminamos muy excitados. Más yo.

Es todo un concierto de besos, gemidos y muchos gritos.

Grito bastante cuando su boquita baja y sus mejillas con un poco de barba me rozan los muslos.

Por tercera vez en la mañana terminamos desnudos, sudorosos, agitados y envueltos en la sabana de su cama. Menuda pareja somos.

Ni sé que parecemos porque paramos haciendo el amor en todos los lugares de su cuarto.

Piso, baño, cama, ventana, repisa. No hay ningún lugar que nos falta por estrenar.

—Te dije.

—Gracias, doctor Danilo, por hacérmelo saber —le sigo el juego.

—No hay nada que agradecer —me muerde el cuello— Mi trabajo es ayudarla con esos pequeños problemas.

—Pues creo que… —otra vez no.

Siento el vómito subir por mi garganta ¡Te odio estómago!

Me le paro de encima a Danilo. Agarro la camiseta más cercana para ponérmela, bajar y correr directo al baño para descargar todo. Vomito el desayuno.

Adiós tostadas con mermelada, zumo de naranja y huevos revueltos, fue un gusto deleitarme con ustedes por un debido de horas. Nos vemos en la otra vida.

—¡Lyn…!

Danilo se aparece con un bóxer puesto. Recoge mi cabello para no ensuciármelo.

—Sácalo todo —acaricia mi espalda— Tu sácalo nomas.

Arrojo todo por retrete. Al no sentir ya más ganas me siento a un costado del retrete. Mi novio me seca las lágrimas de mis ojos, me pasa papel y abre la llave para humedecerme la cara.

:/:/:

Ambos dejamos las maletas en casa de Andrew.

—¿Seguro que no quieres pasar tu 5 de Julio con ellos? No hay problema por mí.

—¡Hermano! —recibe un golpe proveniente de Andrew, Apolo y Lucas— Bella dama —me besan la mejilla.

—No me golpeen, idiotas —los regaña— Me sigue doliendo el hombro.

—Marica —se mofan.

—Supéralo de una buena vez, chiquito.

—Si, supéralo —le doy un leve golpe el brazo izquierdo.

Danilo se dió un buen golpe en el hombro. Fue divertido. Pero en el fondo de mi ser si me dolió, como buena novia fui auxiliarlo, aunque me estuve riendo como loca.

Resulta que el detergente líquido, mezclado con aceite es una buena forma de darse un golpe. Yo me caí de culo y los demás también, Danilo no corrió con la misma suerte.

—Eres la primera que me dice que me valla y la abandone el día siguiente del 4 de Julio.

Me sombro. ¿La única? Merezco un premio por ser la novia que no agobia a su novio o lo obliga a quedarse luego de sexo increíble, cena, discursos, o alguna que otra actividad extra curricular.

Y, también agradezco, que él no sea de los que agobian. Danilo perfectamente entiende el termino >>estoy ocupada<<, >>se me acabó la batería<<, >>disculpas, te llamo más tarde<<. Al igual que yo.

—No me abandonas, solo que no quiero que dejes algo que haces siempre.



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En el texto hay: amor, chicos, fuck boys

Editado: 31.12.2022

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