—¿Es tu primera vez yendo a un ginecólogo, Lynsi?
—Llameme, Lyn.
La ginecóloga me sonríe con amabilidad. Me acuesto en la camilla y abro las piernas. Las palmas me sudan y mi corazón bombea sangre de más.
—Dolerá un poco, pero es necesario para saber si en verdad estas embarazada —respiro hondo antes de sentir esa presión allí abajo— ¿El de afuera es tu novio?
—Es mi mejor amigo.
La pantalla del ultrasonido se prende, mostrando una imagen en banco y negro. La doctora hace unos movimientos y sonríe al ver algo dentro de mí. Los ojos se me empañan, ella me señala un punto en la pantalla.
—Ahí está tu bebé, Lyn.
—Es… ¿Es mi bebé?
—Sí, el pequeño punto es tu bebé, Lyn. Tienes, aproximadamente, cuatro semanas de embarazo. Felicidades. Tu mejor amigo y el padre de tu bebé deben de estar felices por esto.
Limpio las lágrimas que resbalaron por mis mejillas.
***
La semana pasa y el juicio está a la vuelta de la esquina. Mis nervios aumentan, Renata no sale de su habitación y eso a Sara la preocupa. Todos nos sentimos ansiosos por lo que va a pasar el día de mañana en la tarde.
Trago grueso al ver, nuevamente, la ecografía de mi hijo o hija.
Me da nostalgia al saber que esto está dentro de mí, creciendo en mi vientre y que, dentro de unos meses, lo tendré en mis brazos.
Escondo la ecografía debajo del colchón al sentir aquellos pasos que anhelaba escuchar hace ya varias semanas atrás. Danilo entra despacio a mi habitación, cauteloso, me mira antes de venir a mí. Ambos nos fundimos en un abrazo.
Huelo su aroma una última vez.
—Lyn —besó mi cabello—, me tenías preocupado. Pensé que…
—Danilo, cariño, necesitamos hablar.
—Sí, claro, pero dejame sentirte una vez más —aguanto el sollozo y me dejo abrazar por él. Solo una última vez. Nuestro último abrazo hasta que yo… Hasta que yo me aleje de su lado.
Me aclaro la garganta antes de hablar.
—Has sido el chico más asombroso que he conocido en mi vida —empiezo—. Has sido el mejor novio que he tenido, Dani. Te quiero mucho, pero… —se me forma un nudo en la garganta y su cara toma un aspecto confundido.
Esto es tan difícil y doloroso, para mi y para él. Para ambos. Pero es mejor así. Tomé esta decisión hace dos noches y me pareció lo mejor para él. No quiero amarrarlo y arruinar su futuro por este bebé.
Es por su bien.
—¿Pero qué, Lyn?
—No quiero ser más tu novia —digo al fin.
Sus ojos se empañan en segundos, mi labio tiembla y las lágrimas por fin caen. Su agarre en mi mano se afloja, separándose como si mi tacto quemara de derrepente.
—No hablas…
—Lo siento.
Un ‘’lo siento’’ no bastará para que me perdone en esta vida y en la otra.
—Dame una buena razón para aceptar tu ‘’lo siento’’, Lynsi —habla frío.
—No tiene porque darte una razón para eso, hermano.
Y ahí va mi segunda decisión y la más dolorosa. Que Danilo vea a Daemon parado frente a nosotros lo destrozó por completo. Sus lágrimas rompieron mi corazón en pedazos. Dani me miró, incrédulo. Vi en sus ojos el sufrimiento, el dolor y la traición.
Es por su bien, me repito.
—Solo lo aceptas y ya.
—Vete a la mierda, Daemon.
—Esta vez no, hermano.
Secó sus lágrimas con furia, empujó a su gemelo contra la pared, y, antes de irse, se giró a mí.
—Vete tú también a la mierda, Morgan.
Dio un portazo cuando salió. Me quebré en esos momentos y sollocé tan fuerte que me dolieron las cuerdas vocales.
Daemon me abrazó, ahogué mis sollozos en su pecho. Me sostuvo fuerte y no se movió hasta que yo dejara de llorar a viva voz.
—Espero que tengas un buen motivo para que hicieras creer a mi hermano que no lo querías.
—Es… es p-por su b-bien.
—Pero explícame el porqué —dijo serio.
—Porque estoy embarazada.
Danilo:
El ciclo se había repetido.
Primero fue ella y ahora Lynsi. Dos chicas me habían visto la cara con mi maldito hermano. Todo lo que me dijo era mentira y yo de imbécil le creí. Le creí que me quería.
Busque entre mis contactos el número de ella.
—¿Diga?
—Soy Danilo —ahogó una exclamación— En diez minutos estoy en tu casa.
.
.
.
Hola!
Volví y es para quedarme y acabar, por su puesto, Los Chicos del Escuadrón.
Ya solo nos quedan 3 o 4 capítulos y un epílogo. Oh, también unos cuantos extras que me faltan terminar y corregir.
También n. 2: Vayan pensando que chico sigue de esta bonita saga.
Nos vemos en una 1 hora o dos
Ana.
Editado: 31.12.2022