Todas las miradas caían sobre ella. Los rumores siempre corrían rápido y hasta se lo modificaban con un único objetivo que era hacer daño.
Y eso había pasado. Sus ojos estaban fijos en el suelo mientras recorría aquel pasillo lleno de estudiantes.
Emily sentía una fuerte presión en el pecho. Luego del desmayo se despertó en su cama con tres pares de ojos observando con preocupación.
Pero no les dijo nada. No quería que supieran, se sentía culpable de todo y decepcionada de ella misma no quería decepcionar a sus amigos también.
Había una mancha de sangre en su cama pero su argumento fue que se lastimó y simplemente se asustó. Pero ella sabía perfectamente que Hanna y Noah no le habían creído.
Lo primero que Sam les dijo fue que mostraba algunos signos de abuso pero nada era concreto y con eso bastó para levantar sospecha en los dos chicos.
<<Emily fue abusada>>
Ese fue el rumor que hizo que su vida cambiara por completo, llegó a los oídos de todos.
Pero ella no respondió simplemente decidió guardar silencio. Nadie tenía derecho a saber nada de su vida.
—¡Miren a quien tenemos aquí! —una voz chillona se hizo presente, a la vez deteniendo su paso.
En frente de ella se encontraba aquella chica de cabellos largos color negro, de piernas largas que solo las cubrían una corta falda, que ni siquiera le llegaba a la mitad del muslo. De pronunciadas curvas, esa chica que alguna vez fue su amiga, se encontraba ahí mirándola con desprecio.
—No jodas Alison —soltó Hanna mirando con fastidio a la morena.
—¡No te metas en lo que no te incumbe rara! —la pelirroja no contestó solo se limito a bajar la cabeza— Así que andas de regalona y luego te quejas —dijo Alison entre risas— ¡La zorra de Emily salió de la cueva! —exclamó llamando la atención de muchos que reían de ello.
—¡Cállate! —soltó Emily intentando no llorar —tu no sabes nada.
Sentía una fuerte presión en el pecho y le dolía el hecho de saber que ahora todos pensaría eso de ella.
Todos allí dijeron que lo que le había sucedido a Emily era solo una mentira para llamar la atención y como una forma para encubrir que ella se acostaba con cualquiera.
—¿Acaso me vas a decir que abusaron de ti? —dijo entre risas— si todos aquí sabemos que sólo quieres llamar la atención con eso zorra.
—¡Déjame en paz! —y eso basto para que saliera corriendo de allí.
¿Por qué las personas eran tan malas?¿Acaso ella merecía todo eso?
A lo lejos él observaba atento toda la situación.
Una horrible sensación en el pecho se presentó en él.
—Hola bebé —Alison depósito un beso en su mejilla.
—Hola —respondió fríamente mirando aún hacía otro lado.
Aunque era de esperarse aquella actitud por parte de Ethan Jensen.
—¡No saben lo que ocurrió! —dijo Clarie una de las amigas de Alison.
Allí en la mesa del centro de la cafetería se encontraban todos los jugadores del equipo y algunas porristas. Ellos eran el centro de atención y a la vez tenían a todos a sus pies, tanto que a los directivos de la institución también por eso hacían lo que querían.
—Mmm... Déjame pensar... ¡Ya lo sé! —dijo entre risas Connor, el capitán del equipo de fútbol— ¡Lo de la zorra de Emily Miller! —todos los que se encontraban ahí reían, menos una persona que se encontraba sumergida en sus pensamientos.
—Esa zorra siempre se hacía la mosquita muerta —comentó Alison cruzándose de brazos recordando lo ocurrido minutos antes.
—¿Quién se la habrá tirado a esa rara? —preguntó otro.
—¡No lo sé pero seguro algún imbécil que se dejo seducir por esa ramera! —continuó Connor en tono de burla.
—¡Cállate imbécil no hables si no sabes! –habló el pelirrubio que se encontraba a su lado con una mueca de enojo.
—¡No defiendas a esa zorra Dave! —continuo Connor provocando en Dave molestia y enojo.
El chico no dijo más nada simplemente hizo silencio, guardando toda la ira. Él conocía a la chica, era su amiga y sabía como era ella.
¿Acaso era verdad aquello de que solo se le había tirado a alguien?¿o de verdad le habían hecho algo?
—¡Pero eso no es todo chicos! —interrumpió Alison— ¡la muy zorra salió diciendo que abusaron de ella! —dijo entre risas.
Ethan sólo miraba y escuchaba cada comentario. Sentía un gran nudo en la garganta.
—¿Y tú Ethan?¿A donde rayos te fuiste anoche? —la pregunta hizo sobresaltar al chico quien aún tenía el ceño fruncido a partir de que comenzaron a hablar de lo ocurrido.
¿Qué había sucedido?
—Yo... —su mente trato de hacer memoria— ... me sentía cansado —mintió tratando de convencer a los demás chicos.
—Mientes hermano te vi llegar medio raro anoche —dijo Zack, su primo.
(...)
Si, él se había ido de la fiesta que realizaron luego del partido de futbol ganado. Se encontró en un lugar que en su vida se hubiera imaginado ir allí. Bebió y se drogo, ningún conocido se encontraba con el, por lo tanto nadie sabría de eso.
Aún en su estado volvió al complejo, mareado por los efectos de los estupefacientes.
Se dirigió hacía aquella casa apenas la iluminaba una tenue luz en el porche. A lo lejos se escuchaba la música, no había nadie allí. Probablemente se hallaban festejando.
Necesitaba ir al baño, y tenía sed, mucha sed.
Entró a la casa, que se encontraba sin seguro, y subió los escalones no estaba consciente aún pero de repente comenzó a sentir mucho sueño.
Una dulce voz se escuchaba del otro lado de una de las puertas de las habitaciones.
Se acercó, la abrió y vio a una hermosa chica de cabellos castaños mirándose en el espejo. Pasaba el peine sobre su cabello mojado, en su muñeca brillaba una reluciente pulsera tan brillante que llamaba mucho la atención.