Habían pasado dos semanas de aquella noche que había cambiado su vida por completo.
Su rendimiento académico había empeorado y las burlas cada día eran peores.
Trataba de pasar desapercibida entre todos y no llamar la atención. Llegaba minutos antes a los salones para no llegar tarde. Almorzaba temprano cuando no había nadie en la cafetería.
Evitando encontrarse con personas que no desearía hablar.
Alison era una de esas personas que aprovechaba cualquier momento para burlarse de ella haciendo horribles comentarios hacía su persona.
Se sentía indefensa y sola a pesar de tener la compañía de Hanna y Noah pero como su suerte no era de las mejores, Hanna tuvo que viajar para cuidar a su abuela que se encontraba enferma y Noah tenía demasiados problemas y pocas veces lo había visto pero el siempre aprovechaba algún momento para estar con ella, a pesar de que vivieran juntos.
Tenía un examen importante y está vez tendría que almorzar más tarde.
Sabia que estarían aquellas personas desagradables. Pero ella no les dirigió la mirada.
Pidió su comida, ensalada de lechuga y una ensalada de frutas.
Se dirigió a una mesa donde se sentó sola.
Los días pasaban y él no había encontrado el momento adecuado para hablar con la chica, tampoco se había cruzado con ella.
Se encontraba sentado en la mesa de siempre con la mirada fija en un libro. Mientras sus compañeros hablaban de lo de siempre los campeonatos, fiestas y zorras.
Hasta que su mirada se dirigió a la castaña que se encontraba sola en una mesa con la mirada fija en su bandeja.
—Amor te extraño —una chillona voz le habló a su oído, que últimamente ya no soportaba tanto.
—¿Qué quieres? —contestó frio y dándole poca importancia aún con la vista fija en la chica solitaria.
—Hace tanto no tenemos unos de nuestros encuentros —dijo la chica dejando pequeños besos en su cuello.
—¿Qué ya terminaste con Seth? —interrumpió Connor entre risas mirando a la morena.
—A ti que te importa —le respondió para seguir con lo suyo.
—Alison eres una zorra —la chica se separó del azabache y se dirigió al pelinegro para luego darle una cachetada.
—¡Tu no te metas en mis asuntos! —dijo mirándolo con el ceño fruncido.
—¿Viste a Emily? —comentó otro del equipo.
—¿Van a volver a hablar de ella? —se quejó Dave.
—Asúmelo hermano esa chica tiene un buen trasero y es una zorra —continuo Connor entre risas- siempre lo fue.
—Aun no sabemos quien fue su "abusador" —dijo Alison en tono de burla llamando la atención de Ethan.
Y ahí volvía de nuevo esa molestia en su pecho y esas pequeñas puntadas en su cabeza.
—Esa perra no deja de mentir —dijo está vez la morena cruzándose de brazos— le gusta llamar la atención... Yo voy a hacer que esa zorra hable —sin decir más nada busco con la mirada a la castaña hasta que la encontró y comenzó acercarse hasta ella.
Todos los chicos quedaron en silencio siguiendo los firmes pasos de la chica.
—¡Deja de hacerte la mosquita muerta! —dijo golpeando la mesa haciendo sobresaltar a Emily.
—¿Cuándo vas a dejarme en paz? —contesto sin mirarla.
—¡Cuando dejes de mentir! —dijo escupiendo cada una de sus palabras.
Emily siguió comiendo su ensalada de frutas.
—¡CONTÉSTAME! —gritó está vez corriendo la bandeja y tirandola al suelo provocando un ruido que llamo la atención de todos los chicos allí presentes.
La castaña termino la ensalada y dejó el vaso en la mesa tomo su mochila dispuesta a salir de allí.
—TÚ NO TE VAS A NINGÚN LADO —dijo la morena tomándola del brazo— ¡ERES UNA MENTIROSA!¿TE ABUSARON? —el gritó de la chica llamó la atención de todos incluso del azabache que miraba atento la escena.
—¡Suéltame estúpida! —dijo zafando de su agarre.
Los recuerdos en su cabeza volvían a reproducirse en su mente causándole una horrible sensación en el pecho.
—¿VAS A LLORAR? —siguió gritando Alison— ¡DINOS ENTONCES!¿QUIEN TE HIZO DAÑO?.
El corazón de Emily latía rápidamente y las lágrimas amenazaban con salir. Sintió su estómago revuelto y unas ganas de vomitar aparecieron.
—Yy-o... fu-e... —su mirada se dirigió al azabache que se encontraba mirándola.
Ambos conectaron sus miradas el miedo recorrió el cuerpo de Ethan.
¿Ella lo iba a decir?
Sabía que unas simples palabras le traería grandes problemas y el sabía porque, y no tenía justificación.
La presión en su pecho y las horribles ganas de vomitar provocaron que actuará rápido y saliera corriendo de allí.
Se dirigió al baño y tiro toda la ensalada de frutas, se enjuago la boca y lavó la cara.
Necesitaba un abrazo ya no podía guardar tanto.
(...)
Tenía miedo esa era la verdad, por un mal acto por un error que había cometido su vida peligraba en todos los sentidos.
Tenía que evitar que hablará poco le importaban las disculpas debía encontrarla si ella hablaba todo estaría mal.
—¿Hermano? —la voz de su primo lo interrumpió— ¿Te encuentras bien? Hace días te noto raro, más malhumorado de lo normal.
—Estoy bien Zack —contestó mientras se ataba los cordones.
—¿Tuviste algún problema con tu madre o tu padrastro? —continuó insistiendo el ruludo.
—No, y no lo nombres a ese idiota —Zack decidió no insistir y se fue con todos los demás dejando a Ethan solo, aun sumergido en sus pensamientos.
Tenía que buscar una solución por las buenas o por las malas.
Estaba a punto de salir de allí pero escucho unos murmullos y un sollozo.
—Noah ya no puedo más con esto... —reconocía aquella voz aunque pocas veces la hubiera escuchado.
—Tienes que hablar linda... —dijo aquel chico de cabello morado que era el encargado de limpiar los vestidores.
—Yo...no puedo —la chica contesto entre sollozos— tengo miedo...