Los Colores de la Vida

7# Errores

—¡Corre Emily! —gritaba Hanna a sus espaldas.

La castaña corría por los pasillos chocando a algunos estudiantes.

—¡Nos vemos en casa! —apenas se escuchó el grito de su amiga.

Seguía corriendo y no podía detenerse porque sabía que si lo hacía probablemente Alison y sus amigas le harían algo.

Corrió hasta que llegó a la cancha de fútbol donde los chicos estaban entrenando y entre ellos estaba Dave.

—¡Dave! —gritó llamando la atención de todos allí.

Por poco casi rodaba por las escaleras.

El chico rápidamente se sacó el casco y se dirigió a ella.

—¡¿Qué sucedió?! —el chico tomó con sus dos manos el rostro de la chica.

—Yo...yo —dijo con la respiración agitada.

—¿Qué hace ella aquí? —una voz los interrumpió.

La mirada de ambos chicos se dirigieron al dueño de aquella voz. Un chico de cabello color azabache miraba con el ceño fruncido.

—Ethan no te... —Dave intento responderle pero Emily se adelantó.

—Tu no te metas en lo que no te importa —respondió mirándolo seriamente— a ti no te incumbe esto —dijo aún tratando de recuperar el aliento.

—Mira estúpida estamos entrenando y tu no tienes que interrumpir con tus idioteces —Dave se quedó en silencio por la respuesta, y Emily miraba sorprendida.

¿Ese imbécil le había dicho estúpida?¿Quien se creía?

—¡Tu no tienes derecho a llamarme así pedazo de mierda con forma humana! —se acercó hacía el chico que estaba de brazos cruzados.

Algo que ella había soñado con hacer en mucho tiempo, levantó su mano con el objetivo de que chocara contra la mejilla de esa persona detestable.

Pero la mano de Ethan fue más rápida y la tomó antes de que se provocara el impacto.

—¡Nunca te atrevas a hacer eso! —exclamó enojado y apretando más el agarre.

Los demás chicos se habían ido y sólo quedaban ellos tres. Dave se encontraba inmóvil.

Conocía a Ethan desde hacía mucho tiempo y sabía que era una persona que le costaba controlar su ira.

—¡Suéltame! —el quejido de Emily bastó para que los tres reaccionaran.

Ethan soltó su mano bruscamente y Dave se ubicó en frente de Emily.

—Ya vete Ethan... —dijo Dave tranquilo, el azabache no dijo más nada y salió de allí corriendo.

(...)

Esa chica definitivamente comenzaba a molestarle.

Había estado practicando casi toda la mañana tratando de distraerse un poco, y la noche estaba cayendo.

Estaba sólo porque su primo se encontraba en su casa estudiando para un examen.

Se dirigió hacía el vestuario a buscar sus pertenencias pero unos gritos se escuchaban en el cuarto donde se guardaban las pelotas y otras cosas.

Salió de allí y se dirigió al lugar.

Su vista cayó en el chico que se encontraba en el suelo siendo golpeado por sus compañeros del equipo.

Lo había visto en algún lado pero no recordaba.

—¡Marica! —gritaba Connor a la vez que le pateaba justo en las costillas.

Ese chico era amigo de la castaña, tenia el pelo teñido de color morado. Se encontraba agarrándose la cabeza.

—¿Te gusta el pene marica? —gritó otro.

El chico sollozaba y pedía que se detuvieran.

Ethan reaccionó y apartó bruscamente a Connor que lo miro sorprendido por su aparición.

—¿Qué rayos haces Jensen? —miró sorprendido al azabache, quien se acercó al chico comprobando de que aún siguiera consciente.

—¡Largo de aquí! —todos miraban con curiosidad al chico ya que pocas veces había reaccionado de esa manera.

...

¡Emily respira!... No entiendo lo que dices mujer!.

Noah... —respondió con la respiración agitada mientras corría por los pasillos del hospital— a él... Le pegaron... ¡Olivia!.

¡Si te escucho!... Tranquilízate... En unos días estaré ahí contigo.

Nos vemos Olivia... Cuídate

¡Te quiero Unnie nos vemos!¡Llámame y cuéntame como se encuentra Noah!

Apenas finalizó la llamada con su hermana, Hanna llegó. Ambas se dirigieron hacia la habitación de su amigo.

—¿Qué haces aquí? —pronunció mirando sorprendida al sujeto que se encontraba sentado en las sillas fuera de la habitación de Noah.

—Yo simplemente... —Emily lo miraba con enojo, no podía creerlo.

—¿Qué diablos le hiciste? —ella se acercó a él con el ceño fruncido, la furia corría por sus venas.

Ethan no estaba solo, su primo Zack lo había acompañado. Él y la pelirroja miraban a ambos sin saber que hacer.

—Yo no le hice nada niña el chico se levantó de su asiento era un poco mas alto que la chica y poseía un cuerpo bien formado su mirada fría, su labios perfectamente delineados y su ojos color grises.

Emily se quedó estática mirando cada detalle del rostro del contrario. Sus ojos le transmitían miedo e inseguridad.

¿Cómo podía estar cerca de alguien como él? ¿Qué hacía ella ahí? Después de todo eran desconocidos, pero el había marcado su vida un error tan estúpido que ella pudo haberlo evitado.

Tenia que alejarse de allí y de todo lo que se relacionará con él.

El chico dio un paso mas al frente quedando mas cerca de Emily quien comenzaba a sentirse intimidada.

Sentía que cada vez se hacia mas pequeña, la valiente Emily se estaba dejando intimidar.

—Ethan... —el llamado del otro chico hizo que ambos apartaran la mirada.

—Emily vamos a ver a Noah... —sin decir más nada siguió a Hanna.

El chico de cabello morado se encontraba sentado sobre aquella camilla de hospital con una aguja en su brazo que estaba conectada a una bolsita con agua.

—¡Noah! —la castaña se acercó apresurada hacia el chico.

—Eres un idiota Noah —Hanna lo miraba de brazos cruzados— ¡no mames pensamos que te había matado!

—¡Hanna no exageres! —dijo Emily acercándose a su amigo.

—¿Tenias miedo de perder a tu muy fabuloso amigo? —contestó Noah con la voz rasposa.




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