Los Colores de la Vida

10# Recuerdos

Al día siguiente...

—¡Hanna! —Zack se acercó sonriente hacia la mesa donde se encontraban la pelirroja y la castaña— ¿Cómo estas Emily?

Ambas chicas saludaron amablemente, el simpático chico se sentó enfrente y colocó sobre la mesa unas revistas.

—¿Y esto? —preguntó Hanna curiosa.

—Lo sé no me preguntes como lo conseguí —Emily miro curiosa al chico.

Apenas se habían conocido y ya se llevaban bien, Zack parecía buena persona y no parecía ser familiar de Ethan.

Pero si tenían rasgos familiares.

—¡Va a realizarse la comicon! —dijo de repente Zack.

—¿¡QUÉ!? —Hanna se levantó de su asiento y con una gran sonrisa en el rostro— ¡tengo que ir!.

—¡Yo las invito! —el miro sonriente.

Era la una de las pocas veces que Emily veía tan emocionada a la pelirroja.

—¡Claro que si! —contestó eufórica pasando uno de sus brazos por los hombros de Emily.

—¡Tengo que irme! —sin mas el chico sonriente tomo su mochila y guardo sus cosas y salió corriendo.

—Emily... —dijo ya mas tranquila Hanna.

—No digas nada —Emily sonrió y volvió su mirada a la mesa.

—¡Se lo olvidó! —su amiga tomó la revista y salió corriendo de allí.

Emily tomó sus cosas y siguió a Hanna.

Llegaron a la cancha de fútbol y todos estaban reunidos con el entrenador.

Emily y Hanna bajaron las gradas sin llamar mucho la atención.

—Entonces debido a lo ocurrido hace unos días con el jovencito Anderson tendré que quitarte el puesto de capitán señor Wilson —la voz del entrenador era lo único que se escuchaba.

—¿Qué? —respondió el recién nombrado— ¿Solo por golpear a un marica?

—Respeto es lo que te hace falta, por eso he decido que el señor Jensen ocupe el puesto de capitán —todos dirigieron su mirada a Ethan que mostraba una tímida sonrisa.

Estaba feliz por la noticia y muchos estaban dentro de todo conformes ya que Ethan era una persona muy comprometida con el juego aunque su forma de ser fuera la peor.

—¡Te felicito hermano! —Zack se acercó y le dio un abrazo.

—Felicitaciones Jensen —Dave le dio unas leves palmadas en el hombro.

Emily y Hanna se quedaron calladas pero les alegró que le hayan quitado el puesto a Connor.

—¡Zack! —gritó Hanna de repente llamando la atención de algunos.

El simpático chico se acerco hacia donde ellas se encontraban.

—Te lo olvidaste —Hanna le entregó la revista.

—Oh que bue...

—¡TODO ESTO ES CULPA DE SU MALDITO AMIGO MARICA ZORRAS! —gritó Connor arrojando su casco bruscamente.

—¡Tu eres el bastardo asqueroso! —gritó Emily acercándose.

—¡Maldita zorra! —grito y levantó su manos pero Ethan se paro en frente de el.

—¿Qué mierda pasa contigo? —dijo molesto el azabache.

—¡Déjame que le de su merecido a esa perra! —gritó tratando de apartarlo del camino.

Ethan fue más rápido y estrelló su puño en su rostro. Y Connor se lo devolvió pegándole justo en la nariz.

—¡Déjalo Ethan! —Zack lo tomó de los brazos.

La nariz de Ethan comenzó a sangrar, Emily miró sorprendida aún por toda la situación.

Se dirigieron a los vestuarios y Emily se sentía culpable de alguna forma pero sentía enojo a la vez.

—Necesitamos vendas —dijo Zack mientras observaba el rostro de Ethan.

—¿Para qué? Si solo le sangra la nariz —Hanna miró nuevamente el rostro del chico que aun seguía con el ceño fruncido.

—Algodón por si le sigue sangrando y creo que tu remera se arruinó —señaló la remera blanca y con letras azules.

—Yo buscare el algodón y tu ve a buscarle ropa —dijo Hanna y ambos chicos salieron de allí.

Emily trago saliva, no sabia que hacer. Irse de allí o darle las gracias. Pero el no se merecía nada aunque el las había defendido de alguna forma.

Cuando estuvo apunto de hablar Ethan se levantó de su lugar y se quito la remera dejando ver su torso desnudo.

—Yo conozco una receta para quitarle esa mancha si quieres... —dijo Emily posando su mirada en el suelo

—Te recuerdo que esto no fue por ti... fue por el equipo —Ethan se acercó a ella y le entregó la remera.

Emily levantó la mirada y sus ojos se encontraron con aquellos ojos grises, su nariz estaba colorada y tenía el ceño fruncido.

Bajo lentamente la mirada hacia su torso. Pequeños recuerdos se hicieron presentes en su cabeza.

Inicio de Flashback

¿Por qué no quieres ir a la fiesta? —Hanna llevaba un tiempo largo tratando de convencerla

—Yo me daré un baño y me voy a recostar en mi cama a ver televisión —dijo saliendo del closet con ropa en sus manos.

—¡VAMOS HANNA! —gritó desde la planta baja Noah.

Hanna sabia que era inútil seguir insistiendo y se despidió de ella.

No quería ir a esa fiesta simplemente quería relajarse por su agotadora semana.

Se despojó de su ropa, abrió la regadera y se metió. Las gotas comenzaron a empapar todo su cuerpo.

¿Qué estaba haciendo de su vida?

Todo era aburrido. No tenía novio, solo le gustaba un chico que era un mujeriego pero ella veía algo en él que llamaba su atención.

Cada pensamiento hacia que su estrés aumentará. Se envolvió en la toalla y salió de allí.

Se dirigió a el espejo de pie que tenia en su habitación tomó el peine y comenzó a cepillar su cabello.

Sus ojos se toparon en su fina pulsera dorada.

Aquella tenía un significado muy importante. Su padre se la había obsequiado antes de irse a vivir a otro país con su hermana.

Una sonrisa apareció en su rostro recordando a su hermana.

Empezó a cantar unas de sus canciones favoritas. Mientras se observaba, en el espejo vio como la puerta de su habitación se abría lentamente.




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