—¡Ya están aquí! —un sonriente Zack las saludo sonriente.
—¿Pensaste que nos perderíamos el gran estreno? —dijo Hanna con una gran sonrisa.
—Ahí vienen Noah y Felix —ambos chicos llegaban tomados de la mano.
—¡Emily te dije que me esperaras! —detrás de ellos venia una jovencita de quince años pelirrubia.
—¡Te dije que vendríamos al cine así pudieras arreglarte a tiempo! —respondió su hermana mayor— Chicos ella es Olivia...mi hermana —dijo pasando un brazo por los hombros de la más joven.
Todos los presentes sonrieron amablemente pero ante que Olivia pudiera responder aparecieron otras dos personas que ella hubiera deseado que no estuvieran.
—¡Primo vaya sorpresa! —soltó Zack— menos mal que te invite a ti que vinieras... SOLO... No que trajeras a una zorra.
—¿Por que no cierras tu puta boca Zack? Encima ese corte ridículo que te hiciste das lástima —dijo Alison con desagrado— y yo vine para estar con mi amorcito no con ustedes.
—Que tipa más desagradable —comentó la joven pelirrubia que miraba con descontento a la morena.
—¿Y está mocosa? —Alison miró con desagrado.
—¡Ah no sabes con quien te estás metiendo morena estúpida! —y antes que se abalanzará sobre la detestable chica, Emily la agarró.
En el ambiente se percibía una fuerte tensión sus miradas cruzaban pero ella trataba de evitarlo.
Siempre sucedía algo que la hacía sentir incómoda. ¿Por que tenía tanta mala suerte? Pensó.
La mirada de Ethan transmitía un cierto enojo y su ceño fruncido confirmaba aquello.
No debía dejar que el arruinará su noche u otras personas, la ignorar era lo mejor que podía hacer.
Todos se dirigieron al pasillos con las salas e ingresaron a una. La película por partes era entretenida pero sólo se limitó a comer. Detrás de ella se sentaron Ethan y Alison.
Sabia lo que estaban haciendo.
¿Qué pretendía Ethan con eso?
No iba a dejarse llevar por sus emociones y continuó disfrutando sus palomitas, hasta que el estómago comenzó a revolverse.
—Tengo que ir al baño —le dijo a su hermana que se encontraba al lado, ella solo asintió.
Se levantó de su lugar y dirigió una mirada fulminante a Ethan quien tenía el labio hinchado y su acompañante el labial corrido.
Salió de allí y fue directo al baño, entro a uno de los cubículos y devolvió todo aquello que había comido.
Enjuago su boca y se miró al espejo. Pero antes de decir o pensar algo, un estruendo seguido de un grito se escucho a lo lejos.
¿Qué había sido eso?
Sin pensarlo se dirigió a la salida del lugar, todo estaba desolado ni los empleados del cine se veían.
Otro pequeño grito se escucho y el aire proveniente de afuera le choco en el rostro.
Unas pequeñas gotas se podían apreciar justo en la puerta que llevaba hacia la salida. Y a un callejón, sus latidos eran rápidos y al ver aquello pego un grito.
Solo a metros de ella...
(...)
<<A una semana del asesinato, el cuerpo de la joven había sido encontrado sin vida en un callejón al lado del cine de la ciudad...>>
Rápidamente apagó la televisión. Se levantó a buscar comida a la cocina, por la ventana vio como el sol se ocultaba en el horizonte.
—Hermana ya llevas una semana encerrada sin hablar con nadie —a sus espaldas apareció Olivia.
—Oli, ¿entiendes que estuve a metros? ¿ y si hubiera sido yo? —Emily respondió con lo ojos llenos de lágrimas.
—Lo se aún recuerdo la cara que tenías —la joven pelirrubia se acercó a ella para envolverla con su brazos— pero estas aquí viva. Hay que seguir adelante y ser fuerte unnie.
Y el timbre sonó.
—Por eso invite a alguien para distraerte —la menor salió de la cocina.
—¿Qué? —al decir esto por la puerta cruzó su prima con un pequeño niño en brazos— ¡Ashley!
Su prima le había dejado a su hijo para que ella lo cuidara. Olivia sin decir más nada se fue de la casa dejándola sola con el pequeño Joe.
—¡Joe pequeñín!¿que quieres hacer? —dijo acercándose al niño de solo dos años.
Y antes que él respondiera el timbre sonó de nuevo.
—¿Qué haces aquí? —dijo mirando con sorpresa al azabache.
—¡Hola eztraño! —una pequeña vocecita apareció detrás de la pierna de Emily.
Ethan se quedó inmóvil y con la mirada fija en el pequeño.
—¿Y este niño? —el preguntó fríamente casi ignorando al saludo del pequeño.
—¡Oye!...—volvió a decir el pequeñín— ¿podemos ir al lugar de diversión?
Preguntó esta vez mirando a Emily.
Compartir y salir con el pequeño le iba a hacer bien y la mejor forma de distraerse y divertirse era ir a un parque de diversiones.
—Esta bien iremos al parque iré a llamar un taxi —al decir esto se volvió adentro a buscar su teléfono.
—Yo puedo llevarlos —dijo el, se quedó pensativa un momento.
—Ya que te ofreces...por lo menos no gastare en taxi —contestó dejando un lado el teléfono.
Rápidamente subió las escaleras a cambiarse de ropa. Una vez lista se asomó desde la escalera observando como Ethan hablaba animadamente con Joe.
¿Acaso ese tipo podía ser amable con los niños?
Trato de no pensar más e ignorarlo ese día debía pasarlo bien con el pequeño Joe.
—Vamos —Ethan se puso de pie y la miró de pies a cabeza—¿te debo algo?
El negó y volvió a fruncir el ceño.
(...)
—¡Ethan dile a Emily que subamos a los paragüitas! —gritó el pequeño tirando de las manos de él.
—Eres pequeño para subir ahí —ella miró al pequeño quien hacia puchero.
—¡Vamos Emily! —Ethan tomó a Joe en brazos e imitó la cara del niño.
Ella no dijo nada y solo se dirigieron a la atracción.
—¡Bienvenidos!¡El pequeño puede subir con sus papis si quiere! —invitó el señor.
Las mejillas de Emily se enrojecieron y Ethan trataba de mantenerse serio.
Era la tercera vez desde que estaban en el parque que los trataban como los padres del pequeño Joe.