—¡Tengo una idea también es por mi hermana! —dijo mirando a todos los que estaban presentes en el comedor de la casa de su hermana mayor.
—¿Qué tienes en mente pequeña? —preguntó Noah mirando con una sonrisa en el rostro.
—Hace mucho que Emily no ve a papá debido a que él trabaja todo el tiempo y la mejor idea sería viajar a Italia para visitar a papá y que todos ustedes nos acompañen —todos se quedaron boquiabiertos por la rapidez con la que habló la joven rubia.
—Estem... —Dave se quedó pensativo.
—¡Es una idea fabulosa! —gritó emocionado Noah— ¡imagínate amor en la hermosas playas italianas!
—Los museos de arte... —respondió el mirando con una sonrisa.
—A mi también me gusta la idea —comentó Hanna sonriente.
La puerta se abrió y por ella cruzó una muy seria Emily.
—¿Qué hacen todos aquí? —mirando con el ceño fruncido.
—Se contagió de mister ceño fruncido —comentó Zack entre risas.
Su cara cambio y era verdad no tenia humor para reuniones tenia un trabajo pendiente que ponía sus pelos de puntas.
—Tengo que hacer un trabajo así que necesito que se vayan —sin darle mucha importancia dejó su mochila en una silla y fue a buscar comida.
—Vaya humor Emibu —comentó Hanna.
Sin decir más nada tomó un paquete de sus snacks y una botella con jugo.
—Estoy esperando a alguien Olivia —seriamente y sin dar mas explicaciones se fue a su habitación.
(...)
—Duermes mucho... —dijo una voz gruesa.
Alguien estaba sentado mirándola desde su silla.
—¡¿QUÉ HACES AQUÍ?! —se levantó rápidamente mirando con enojo a Ethan.
—Empecemos con el trabajo princesa durmiente —el se giró y volvió la vista a los papeles sobre el escritorio.
—¿Cómo entraste aquí imbécil? —dijo mientras observaba lo que había hecho su compañero de trabajo.
—Se trata de las adicciones y sus consecuencias —habló mientras seguía escribiendo en la laptop— y la juventud, el acoholismo...
—Tú eres experto en el alcohol y en meterte en casa ajenas —ella se sentó en su cama aún recapacitando— no puedes estar aquí idiota.
—Emily quiero que sepas algo —dijo él de repente— nunca quise hacerte daño a ti... esa noche no sólo estaba borracho... estaba drogado.
La expresión de Emily cambió pero esta vez lo dejó hablar.
—Lo siento y se que no es excusa... —esta vez se paró en su lugar mirándola a los ojos— si te lastime te pido perdón Emily —con cada palabra se iba acercando más a ella— todo este tiempo te estuve observando y conociendo —tomó aire y tragó.
El corazón de Emily se aceleró.
¿Era Ethan o estaba soñando?
—Tú no te merecías nada de esto —y se arrodilló en frente de ella— perdón Emily, nunca quise que tú tuvieras miedo...yo antes de que sucediera esto te conocía... —los ojos de Ethan se llenaron de lagrimas— eras tan sencilla la de buenas notas y después tú cambiaste... y yo a ti...
Y por primera vez en mucho tiempo el se rompía en llanto, rendido lloraba en el regazo de ella.
Emily con las mejillas húmedas no decía nada sólo se quedó inmóvil mientras el lloraba desconsoladamente en sus piernas.
—Ethan... —finalmente hablo pero entrecortadamente— mírame...
—Lo siento Emily, lo siento —dijo sin levantar la cabeza.
—Mírame por favor —tomó su rostro entre sus manos.
Aquellos ojos de un extraño pero hermoso color estaban húmedos. Sus miradas se conectaron, él estaba diciendo la verdad. O eso decían sus ojos.
—Me hiciste daño Ethan... —tomó aire y sin despegar la mirada siguió— y la pase muy mal...pero todo eso ya pasó hay que seguir hacía delante y tienes que buscar ayuda si no puedes con eso...
—Emily yo...hay algo que también tengo que decirte —dijo entrecortadamente.
Ella sonriente junto sus cabezas.
—Ya no digas mas nada...no te odio Ethan si es lo que piensas —y solo se quedó callada.
Estuvieron así un rato más hasta que por la ventana el sol se veía en un hermoso atardecer.
(...)
—Emily Miller y Ethan Jensen —la profesora los nombró.
—Escúchame si te olvidas de algo o te sientes mal mírame —dijo el.
Era su turno. Luego de aquel momento con Ethan el no volvió a fruncir el ceño, hablaron y terminaron su trabajo, el cuál tenían que defender.
—¡Impresionante! —comentó la profesora al ver el informe.
Y así empezó Ethan, los nervios la consumían era la primera vez que algo así le ocurría su mirada se dirigió al frente y en uno de los bancos se encontraba su amiga sonriente.
Ethan hizo silencio era su turno, había olvidado desayunar, no podía tener náuseas, pensó.
Pero su vista comenzó a nublarse, se iba a caer. Su mirada se dirigió a Ethan quien le sonría desde su lugar.
¿Ethan sonriendo? ¡Ethan estaba sonriendo!
—¿Señorita Miller? —habló la profesora quién sonreía porque era una buena exposición.
—Yo... —su garganta se cerró— Ethan...
Y todo se volvió negro.
(...)
Luego de una fallida exposición la profesora le dio otra oportunidad. Los días siguieron tranquilos e Ethan comenzó a comportarse de forma distinta con ella en particular.
—¿Emily?¿Tú qué quieres tomar? —preguntó Dave con una sonrisa en el rostro.
—Un batido de frutilla —respondió y volvió su mirada afuera del lugar.
—Em tengo que confesarte algo —soltó de repente su acompañante.
Ethan
Tenía que invitarla a una cita o eso le había recomendado Zack. Luego de haberse sincerado con ella había decidido cambiar. Emily tenía algo que él quería, después de seguirla y conocerla, supo que sentía hacía aquella chica de cabellos rubios.
Estaba aprendiendo a controlar su ira y su mal humor.
—¿Dónde esta tu hermana? —preguntó mirando a Olivia, que parecía que recién se despertaba.
—Salió a una cita con Dave —aquellas palabras provocaron enojo en el.
—¿A dónde? —las venas de sus brazos amenazaban con salirse.