—Ethan está en terapia igual discutí con él —dijo mientras intentaba prender el botón del pantalón.
—Como que tu pantalón no prende hermanita —soltó Olivia entre risas— que bueno que no volviste a desmayarte y vomitar.
—Ya deja de molestarme —contesté sin darle importancia.
—Vaya síntomas hermana —la pelirubia se recostó en su cama— y... ¿Ya te vino?
Al escuchar esto se quedó inmóvil y a la vez sin palabras.
Su mente empezó a hacer memoria.
—Tu silencio me dijo todo...
Sin esperar más ambas salieron a buscar una farmacia por suerte cerca de la universidad había una.
—¿Qué buscan señoritas? —preguntó la señora del otro lado del mostrador.
A esta señora la conocía de algún lugar.
— Un tes... —al observar bien quién era hizo silencio.
—¿Eres hija de Sarah Miller? —preguntó la mujer nuevamente.
—Si... estem —definitivamente no compraría eso allí— ¡Mucho gusto!
La señora quiso decir otra cosa y ambas hermanas salieron del lugar.
—¡Tengo hambre Emily! —se quejó su hermana.
Antes de ir a comprar aquello que tanto le costaba decir, fueron por unas hamburguesas.
-.-.-.
—Ya... —dijo mirando la cajita entre sus manos.
No podía creer lo que iba a hacer.
—¿Cuándo la harás? —preguntó Olivia pero antes de responder se percataron de algo.
Desde la farmacia donde se encontraron a la amiga de su madre, hasta cuando comieron las hamburguesas tenía la sensación que alguien las seguía.
—Ese tipo estaba en la farmacia —soltó sin despegar la mirada del hombre que observaba una vidriera pero que tenía la capucha puesta— ¡vamos!.
(...)
—¡Conoceremos Italia! —gritó de emoción Noah.
—¡Es una hermosa ciudad a la que iremos! —continuó Hanna.
—Sam ¿Vendrás con nosotros? —el pelimorado preguntó mirando a la sonriente chica.
—¡Claro que si! Además son vacaciones que las tenemos merecidas —respondió de la misma forma.
Mientras sus amigos hablaban su mente estaba en otro lado, los nervios la consumían por dentro y su mirada iba a la mochila donde estaba aquello que marcaría su vida.
A lo lejos observó a Ethan junto a Zack que se acercaban animadamente a donde todos ellos se encontraban.
Se levantó de su lugar y sin decir nada se fue al baño.
Espero a que el timbre sonara y así podría estar completamente sola en el baño.
Leyó las instrucciones y lo hizo. Los minutos y segundo se hacían eternos, y llegó la hora del resultado.
Una rayita negativo.
Dos rayitas positivo.
Una mezcla de emociones se hicieron presentes en su pecho.
¿Confusión?¿Temor?¿Qué haría?¿y si no es así?