Los Colores de la Vida

29# ¿Paz?

La desesperación por abrir la puerta se hacía cada vez más intensa, hasta que por fin la cadena de la puerta se rompió a lo lejos escuchó el ruido de una puerta cerrándose. 

El túnel poseía de una luces tenues con las pocas  fuerzas que tenía empezó a correr, dobló y siguió corriendo.

¿A donde la llevaría?

No lo sabía pero no perdería las esperanzas.

¡¿Dónde te metiste maldita?!

A lo lejos se escuchaba los gritos del tipo, intentó aumentar la velocidad pero su gran panza no se lo permitía. No iba a detenerse, el túnel parecía que no acababa más.

No irás tan lejos maldita

Lo lejano ya no era tan lejano, hasta que se topo con una pequeñas escaleras y una puerta. 

¿A dónde te vas estúpida?

Cada vez se sentía más cercana la voz.

Y otro golpe abrió la puerta, la fría noche y el campo oscuro, solo la luna alumbraba el extenso bosque. 

No tenía que detenerse y siguió corriendo. A lo lejos divisó una vieja y abandonada casa. 

Un estruendo provocó que se tropezara. Unos autos se estacionaron en frente de la casa. 

—¡Ayuda! —gritó giró su cabeza y el tipo estaba a unos metros.

Tomó fuerzas y se aferró a su barriga, y volvió a correr. Antes había participado de competencias para correr pero ahora estando embarazada no era lo mismo.

—¡Ayuda! —y otro estruendo. 

Estaba disparando. La parte trasera de la casa se acercaba más y más.

—¡Ayúdenme... por... favor! —dijo con la voz entrecortada.

Las personas que se encontraban en frente de la casa se percataron de lo que estaba ocurriendo.

—¡Auxilio!  —y sintió que algo le lastimó la pierna— ¡AYUDA! 

Ahora ya no podía correr no podía apoyar el pie, su mano seguía haciendo presión sobre su vientre empezó arrastrarse.

—¿Pensaste que te ibas a salvar? —John comenzó a reírse mientras  le apuntaba su pistola— no pude disfrutarte.

—¡Déjame cerdo! —gritó y le dio una patada en la cara.

—¡Emily! —gritaron unas voces al unísono mientras corrían.

Todos se quedaron inmóviles.

—¡Un paso más y le disparo! —gritó él mirando a todos los presentes.

—¡Hijo de perra! —Ethan gritó enojado— ¡sabía que eras de lo peor!

—Ahora ninguno de ustedes podrá hacer nada —la tomó del cabello e intento levantarla.

—¡Ethan por favor! —sin despegar sus manos intento mantenerse de pie.

Ellos eran más pero no estaban armados. Desde dentro de la casa salió el perro negro ladrando. Y empezó a atacarlo provocando que la soltará. Zack se abalanzó sobre él y tomó la pistola.

—¡Emily! —el rápidamente la tomó de los brazos.

—Ethan —entre sollozos, a lo lejos se escuchaba las sirenas de los policías.

—Que raro la policía llegando luego de que sucede todo —comentó Hanna.

Ambos cayeron rendidos en el césped, sus brazos eran acogedores, al fin estaba segura y ya se sabía toda la verdad.

(...)

Días después...

—Aún no puedo creer todo lo que pasó —comentó Hanna.

—Yo no puedo creer que me hayas pedido venir aquí —dijo Ethan envolviendo entre sus brazos a Emily.

—Es que me aburro y si yo me aburro ellos también —señalo sonriente su pancita.

—Al fin esta pesadilla se acabó tienes que decir amada mía —Zack abrazó a Hanna y le dio un beso en la mejilla.

—¡Hay que preparar un baby shower! —soltó Noah que llevaba puesto unos lentes de sol— solo digo es por mis sobris

—Creo que es depende de lo que diga la mamá de los bebes —respondió Felix.

—¡Hay que celebrar que tenemos al mejor detective del mundo, a la amiga más fuerte, los sobris más lindos, el simio rebelde, Cosmo y Wanda, y yo mas diva del mundo, y la gruñoncita pelirrubia! —exclamó sonriente Noah.

—Faltan unas pocas semanas para que nazcan tendría que pensarlo —respondió ella.

—Bueno este es mi último entrenamiento así que hay que irnos Zack —él depósito un beso en sus labios y se levantó— los amo.

Todos los estudiantes se fueron a sus aulas.

—Emily te acompañaré —la pelirroja se paró  a su lado.

—Puedes irte pronto vendrá Olivia le dije que podríamos hacer ese viaje en autobús por la ciudad —ella le sonrió a su amiga.

A lo lejos divisó un auto que conocía muy bien.

—¡Mamá!¡No la molestes! —gritó su hermana tratando de detener a la mujer que caminaba con pasos firmes.

—¿Qué sucede? —preguntó mirando a su madre.

—¿Por qué dejas que Olivia haga lo que quiera? —la mujer se cruzó de brazos.

—Olivia no hace lo que quiere mamá deja de decir estupideces —tan solo dirigirle palabras a su madre hacía que el enojo corriera por las venas— soy su tutora mamá.

—¡Tú eres cualquier cosa!¡Mírate! —gritó señalándola— ¡una cualquiera!

—¡Cállate me tienes harta con tus mierdas! —por fin sintió que era el momento para descargarse— ¡me dices cualquiera a mi pero di cual fue la verdad detrás de la separación con mi padre! —tomó aire y continuó— ¿¡TÚ LO DEJASTE O ÉL TE DEJÓ A TI?! ¡PORQUE AQUÍ LA CUALQUIERA ERES TÚ !

E inmediatamente dos bofetadas le propino haciendo que su labio sangrara.

—¡Déjame en paz! —al decir esto sintió una fuerte puntada en el vientre pero esta vez era distinta— ¡largo!...¡Ah!

Y un líquido mezclado con sangre se deslizó por su pierna.

—¡Mira lo que hiciste mamá! —gritó la joven pelirrubia— ¡Hanna ve a buscar a Ethan rápido!

-..-.

Ese sería su último entrenamiento ya que pronto solo se dedicaría al estudio y el trabajo, más su nueva responsabilidad había cosas que ya no podría hacer. 

A lo lejos una pelirroja bajaba las gradas corriendo.

—¿Hanna qué sucede? —su primo corrió hacia la chica que al parecer no venía por él.

—¡Ethan rápido!¡Emily! —al decir eso no pensó en más nada y salió corriendo de allí.




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