—así que... ¿ese imbécil es tu jefe? —dice frunciendo el ceño.
—sí, Nick— digo poniendo los ojos en blanco.
Cuando llegamos a su departamento no dejo de preguntar de donde lo conocía y pues le dije que es el nuevo jefe de la empresa. No deje que continuara hasta que no curara sus heridas, ya al terminar fuimos a su habitación y nos sentamos como indios sobre la cama.
—como que andan muy juntitos ¿no? — dice entre cerrando los ojos.
— ¿que? no... claro que no —lo miro incrédula.
—pues no parece—se queja. A veces pienso que se comporta como un niño—¿de que hablaban? — cuestiona curioso.
—Nada interesante— digo cansada de su actitud— tengo mucho sueño —me acomodo sobre la cama—mañana es un nuevo día—digo cerrando los ojos—que descanses— doy por terminada la conversación y el refunfuña, pero no dice nada. Antes de caer dormida oigo un teléfono sonar es el de Nick se aleja y contesta de ahí no supe más por que caí rendida.
Todo es oscuro y se oye unos gritos a lo lejos de pronto todo se ilumina y estoy en casa, distingo los gritos y es mi niño. Él está en peligro, corro hacia su habitación y cuando voy a sostener el plomo de la puerta se escucha un disparo que viene de adentro.
El pánico inunda mi sistema entro sin pensarlo dos veces y veo a mi pequeño en el suelo en un charco de sangre, corro hacia él y lo tomo en mis brazos. No respira. Mi llanto es lo único que se escucha en la habitación.
Noooo... mi Noah... porque...Noah... mamá está aquí...abre los ojitos... perdón por dejarte solo...vamos Noah...
No se movía, mi bebe está muerto.
De pronto aparece una silueta en la habitación se encuentra de espalda cuando se gira camina hacia mí y tiene una pistola en la mano.
—tu mataste a Noah— le grito a la persona, está estalla en carcajada.
—vamos Karen te hice un favor—dice siniestro—me deshice de ese bastardo— esa voz. Es papá. Papá, él lo hizo. No.…no.
—pa...pa—digo sin poder creerlo— no...tú no...nooooooo— ríe más fuerte.
—pero no te preocupes tú te iras con el —dice apuntándome con el arma.
—maldito...MALDITOOOOO... —grito de coraje, en eso suena el arma siendo disparada.
Mi respiración es acelerada, seco las lágrimas con el dorso de mi brazo y me siento en la cama. Era solo una pesadilla.
Miro la hora en el reloj que está en la mesita marca las 3:25 am. observo al lado de la cama y no veo a Nick, lo busco con la mirada dentro de la habitación con la poca luz que entra por la ventana y nada. Voy al baño y busco el botiquín, saco una pastilla para el dolor de cabeza, me dirijo a la mesita de noche y tomo un vaso con agua.
Salgo de la habitación media somnolienta y lo encuentro sentado en el sofá mirando a la nada en su mano tiene una botella de licor, nunca he visto tomando a Nick y es irónico ya que trabaja en un bar. Se ve deprimido o enojado.
—Nick— le llamo y me siento a su lado —¿estás bien? —le quito la botella y lo dejo sobre la pequeña mesa.
—bien —ríe sin gracia—me despidieron de mi trabajo—lo miro asombrada—pero sigo vivo es lo que cuenta—dice y me mira a los ojos —ahora tendré que trabajar con el estirado de mi padre —dice con ira— y ¿tú que cuentas?
—yo...no sé qué decir—se me nubla la vista por las lagrima que amenazan con salir— esto es...mi culpa.
Nick me contó que su padre siempre lo ha tenido bajo presión o como Nick dice un grano en el culo. Por eso se alejó de él, su padre no permite margen de errores y Nick no es perfecto no pudo aguantar más y se fue. El trabajo de barman lo consiguió a duras penas su padre le cerro todas las posibilidades de trabajo y ahora que lo perdió su único recurso es su padre. El padre de Nick lo quiere a él manejando sus empresas y como Nick se negó ya sabrán, se volvió loco.
— vamos Karen—lleva su mano derecha al puente de su nariz— por una vez en tu vida, deja de echarte la culpa de algo que allá pasado—dice frustrado y cansado.
—¿y qué quieres que haga? — pregunto incrédula— si el mundo se empeña en dañar lo que está a mi alrededor y para rematar yo siempre tengo que ver en algo—sollozo—y-yo no sé
—por el amor de dios Karen ¡para! —estalla Nick. Me sobresalto en mi lugar—hasta cuando Karen—se levanta y comienza a dar vuelta a la pequeña sala. Se pasa las manos por el cabello enojado— ¡maldita sea! —comienza a romper y tirar lo que este a su alcance. Sin darme cuando me he vuelto una bola en el sofá y estoy temblando por la repentina actitud de Nick.
Nick me mira sus ojos estas inyectados de ira. Trata de acercarse y yo por reflejo me encojo más en mi lugar si es posible. Pasan unos minutos en un tenso silencio, me atrevo a mirar a Nick y sus ojos reflejan asombro que cambia por culpa.
—yo...lo siento...lo siento Karen—dice en tono bajo. Se deja caer al piso y pasa la mano por su cara varias veces —no debí de... hablarte así— su voz se quiebra.
Me mira. Tiene los ojos lagrimosos y me parte verlo así nunca he visto a Nick llorar y siento una opresión en el pecho sabiendo que la culpable de sus lágrimas sea yo.
Voy donde él y lo envuelvo en un abrazo que es correspondido de inmediato, le acaricio la espalda mientras dejo que se desahogue. Nunca lo he visto así en lo que llevo conociéndolo, siempre se mostraba como un mujeriego, egocéntrico y un buen amigo que sabe escuchar. Y esta faceta de él tan vulnerable hace que sientas una pequeña presión en el pecho. Si culpa. Sé que no le gusta que me sienta culpable por todo, pero me duele ver que yo sea la causante de su sufrimiento.
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