"si rompiéndome dices que me amas, mejor no lo hagas... no me ames"
Despierto desconcertada y con un fuerte dolor de cabeza hace que jadee de dolor.
Mis manos y piernas están atadas a una silla. Solo una pequeña vela alumbra el lugar con aspecto desagradable. Al verme en esta posición, la impotencia y el coraje invade mi ser.
Camila llega a mis pensamientos.
Lágrimas y la opresión en mi pecho se hacen presentes.
Estoy rodeada de malas personas que solo buscan dañarme, sin darme cuenta he vivido engañada todo este maldito tiempo, nada nunca fue real.
Su amistad, su comprensión, los momentos de risa, tristeza, sus brazos que una vez me consolaron son los mismos que hoy me traicionan. Todo fue una puta mentira.
Sus palabras estaban llenas de odio y rencor, cosa que supo ocultar todo este maldito tiempo y me pregunto si una maldita cosa que hizo por mí fue real. Al fin y al cabo, sigue siendo mi hermana.
El sonido de una puerta siendo abierta capta mi atención, solo veo una sombra asomarse por esta. La poca luz que desprende la vela no me deja ver el rostro del sujeto.
—pensé en hacerte muchas cosas—dice caminando de un lado a otro lentamente, reconozco su asquerosa voz—bastantes diría yo— deja ver su rostro. Sonríe sin gracia—pero no aguantarías ni siquiera la primera—mira directamente a mis ojos, su mirada tétrica hace que el miedo se expanda hasta la última hebra de cabello—te amo Karen, te amo tanto que duele, no sabes cuánto —se limpia una lagrima que salía de su ojo— pero basta de sentimentalismo—dice volviendo a su postura anterior.
—déjame ir por favor—digo para luego sentir su puño impactar contra mi rostro. Jadeo de dolor.
—no te he dado la palabra—dice tosco— busque muchas cosas para hacerte, pero ya han pasado de moda, no me decidí por ninguna—se encoje de hombros—asi que, comencé a pensar, que ama mi hermosa mujer más que a su vida—toca su mentón como si de un enigma a resolver se tratara —Noah—sonríe mirándome directamente a mis ojos. El miedo de lo que sería capaz de hacerle ese desgraciado a mi hijo, me espanta de sobre manera.
—no le hagas dañ...—trato de decir, pero su puño vuelve a impactar en mi rostro.
—no te he dado la palabra—sentencia de nuevo. Gruesas lagrimas se desbordan por mis mejillas— solo te daré una lección, ¿estás de acuerdo? —pregunto severo. No respondo.
—que ¡¿si estás de acuerdo?!—llega hasta mi presionando su mano en mi barbilla. Asiento repetidas veces. Sonríe y besa mi frente —así me gusta.
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Sin salir de estas cuatro paredes que se convirtieron en las que escuchan mis gritos de lamentos y lo acallan, las mismas que me ven sufrir en esa cama, que aborrezco de sobremanera. Mi cuerpo pide a gritos un buen descanso, pero tengo miedo de dormir y despertar con su figura encima de mi tomándome a la fuerza. Tengo miedo hasta de respirar, eso se ha vuelto mi condena.
Hace unos días me saco de ese horrible lugar, todos los días iba solamente a golpearme. Sin comer o beber algo, mi desnutrido cuerpo lo decía todo. No podía seguir soportando más. Nada ha salido como he pensado, todo va peor, con el tiempo que llevo aquí creo que se han olvidado de mí.
Una idea retorcida se pasa por mi cabeza.
Esta vez no me amarro a la cama, así que me puedo mover libremente en la habitación.
Entro al baño y observo mi reflejo en el espejo. Jadeo de la impresión ¿qué diablos me paso? mi piel pálida, mi pelo revuelto, estoy casi en los huesos, levanto mi blusa con cuidado y mis costillas se ven a simple vista adornadas por múltiples moretones.
Lágrimas brotan de mis ojos y lloro amargamente. Busco algo sólido y lo tiro al espejo haciendo que se rompa en cientos de fragmentos, tomo un pedazo filoso y observo mis muñecas. Por fin dejare de sufrir, ya no veré su rostro, podre ser libre otra vez, ya no me atormentará, no podrá tocarme, me liberare y al fin podre sentir paz.
Sin más, paso el filoso objeto clavándolo profundo por mi brazo, jadeo por el pequeño picor que se forma en el área que ahora sangra a mares. Veo como brota cayendo al piso y haciendo su propio camino por el suelo, recordé ese día en la lluvia, cuando Nick me contó sobre su hermano, lo difícil que fue su infancia, su familia destructiva, su perdida ligada a la mía, su mentira, todo en un solo momento, el dolor de ese entonces vuelve a mí.
La traición de Camila como me miraba con desprecio, sus palabras dichas para dañarme. Las violaciones y maltratos todas causada por Mark.
¿por qué tienen que ser así? ¿por qué me daño a sus nombres? ¿por qué el dolor de mi pecho no se va? ¿por qué sigo viva? si me querían ver derrotada, aquí estoy, ya no me sigan lastimando por favor, me duele.
Hago la misma acción con mi otro brazo, esta vez no arde, solo siento cansancio, me deslizo lentamente por la pared hasta llegar al suelo. Sonrió, por fin ya se acabará, por fin seré libre.
Mi vista se vuelve borrosa, soy alzada por unos fuertes brazos, gritan, pero se escucha como murmullos, distingo el rostro que me atormenta, su desesperación hace que una pequeña sonrisa se forme en mi rostro, ya no lo volvería a ver jamás.
No aguanto más y me dejo consumir por la oscuridad.
.....
—¿mi mamá está bien?
—sí, ya pronto abrirá los ojos y estaremos los tres juntos.
—¡si!... mi papá y mi mamá por fin estarán juntos.
—pronto hijo.
—papá, ¿porque mamá lo hizo?
—¿qué cosa, campeón?
—¿por qué quiere morir?
Escucho voces y un insoportable pitido. Llevo mi mano a mi cabeza, siento que en cualquier momento explotara. Abro mis ojos y trato de acostumbrarme a la luz.
—amor ¿estás bien? —dice Mark preocupado. Lo ignoro y miro a mi alrededor, al parecer ya me sacaron de la habitación donde me tenían encerrada.