Los colores del alma|lg(b)tq+

Capítulo 12: ¡Tú sólo amas herirme, Alex!

Después de un delicioso café y una hora de plática me despedí para que ellos durmieran, mañana tendríamos clase, así que debíamos descansar bien.

—¿Por qué no te quedas a dormir, hijito? —Pregunta la abuela de Jackson— Ya casi son las dos de la madrugada, puedes quedarte esta noche aquí, ya es muy tarde para que te vayas.

Sobé mi nuca en nerviosismo.

—Me encantaría quedarme señora Lean, pero mi padre estará preocupado si no llego a dormir—Mentí, a mi padre nunca le ha importado si llego o no a la casa a dormir, si ya comí o estoy pasando por algo, vive tomando como si fuera la única cosa que le importara. —Pero nos vemos mañana en la tarde para ayudarle con las cajas de la mudanza ¿Qué dice? —Sonreí.

Sus ojos brillaban con un atisbo de... ¿Preocupación? Nunca antes alguien se había preocupado por mí, bueno, no desde...mamá. Me hacía sentir diferente.

Ella asiente y me dice. —Entonces, te acompañaremos hasta tu casa, como forma de agradecimiento ¿Qué dices?

Apenado negué.

—No se preocupen, en verdad, vivo cerca de aquí—La verdad es que no quería decirle que vivía a diez cuadras de su casa o se preocuparía más— No tardo nada—Sonreí. —Muchas gracias por el café, me la pasé muy bien esta noche.

—Cuídate mucho, hijo. —Dice el abuelo de Joanne abriendo la puerta para mí.

—Así será, señor. —Le sonreí y salí.

—¡Jackson! —Grita desde la cocina, Joanne. —¡Tu chaqueta! —Sale sin abrigarse, entregándome la chaqueta.

—Joanne, ve adentro. ¡Te congelaras! —Me daba frío sólo de verla. —Gracias. —Le sonreí.

—¿Mañana irás por mí? —Pregunta sonriente.

—Como todos los días anteriores—Le sonreí.

—Entonces, no olvides tu pijama. —Sonríe. —Yo llevaré la mía. —Se sume de hombros.

—¿Irás a trabajar en pijama? —Reí leve.

Ella comenzó a reír. —¡No seas tonto! —Joanne me mira con una sonrisa y gira sus ojos. —Me la pondré en la salida, así seremos dos locos con pijamas.

Reí.

—Está bien, loca del pijama. Te veo mañana en la noche. —Me despedí de los abuelos de Joanne y seguí mi camino a casa.

Desde que salí de casa de Joanne, sentí una pequeña sensación de nostalgia, caminaba con la cabeza agachada. Hacía mucho tiempo que no sentía el amor de un hogar desde que mamá...

Suspiré.

...Mamá...

Estaría avergonzada de todo lo que estoy haciendo. Ella no hubiera aceptado el trato que hice con Jimmy de Joanne. Me sentía mal el haberme acercado por interés a Joanne, pero de verdad, deseaba con todo mi ser irme de casa. Pero hay sólo una razón por la que no me arrepiento...Joanne es un ser increíble.

Una silueta moviéndose a todos lados y sus gritos adoloridos me alarman.

—¡¡¡JACKSON, SAL MALDITA SEA!!! —Grita en un doloroso llanto.

Pero ¿qué... demonios?. Fruncí el ceño y corrí hasta él.

Alex sostenía una botella de alcohol a casi terminar en su mano izquierda, tomaba un gran sorbo y miraba hacia mi casa. —¡¡NO PUEDES HACER ME ESTO!! ¡TE AMO! —Gritó—¡Te amo, Jackson! ¡¿Me oyes?!

Me acerqué a él y le cubrí la boca y lo atraje a mí fuertemente, arrastrándolo lo más lejos posible de mi casa.

Alex comenzó a querer quitar mis manos de su boca, comenzó a forcejear y cuando sentí que estábamos lejos de casa, lo empujé a una barda de madera y lo aprisioné.

—¡¿QUÉ MIERDA TE SUCEDE?! —Lo miré con coraje y sobresaltó sus ojos, sentí su pulso acelerado.

—Mi amor, estás aquí. —Dice susurrando con una sonrisa y acariciando mi mejilla.

El aliento de Alex me golpea, me hace entrar en calor, me hace querer estar así por el resto de mi vida, que hasta me marea de tanto alcohol.

—Mi amor...—Susurra y sigue acariciando mi mejilla con su mano desocupada.

—¡¿Qué mierda, Alex?! —Lo miré retirando mi rostro de su alcance.

—Te necesito...—Dice con dolor su mirada. Intenta abrazarme.

—No comencemos. —Dije cansado.

—¡Yo te amo, Jackson! —Grita—¡Te necesito!

—Por favor, vete. —Lo miro— Ya te dije que no habrá terceras oportunidades—sentí mi corazón acelerarse. —Te quiero lejos de mí.

Su rostro refleja dolor ante mis palabras, siento una enorme carga en mis hombros, de verdad no quería herirlo, pero ya no quería vivir así, temiendo que me haga de nuevo lo que ya me ha hecho dos veces, desconfiando de él y de sus palabras, esto no es sano.

—¡Tú no puedes hacerme esto, Jackson! —Dice con los ojos inundados de dolor. Y sus lágrimas empapan más sus mejillas. —¡No puedes! ¡Yo te amo y muero por ti!

—¡NO! ¡NO! Y ¡NO! —Grité arto de escucharlo decir que me amaba— ¡TÚ NO ME AMAS! ¡TÚ NO AMAS A NADIE! ¡TÚ SÓLO AMAS EL PLACER QUE TODOS TUS AMANTES TE DAN! ¡TÚ SÓLO AMAS HERIRME! —Grité y mi voz se partía. —¡ES LO ÚNICO QUE SABES HACER BIEN, MALDITA SEA, ¡ALEX! —Jalé mi cabello y lo fulminé.

Él se queda paralizado frente a mí y sus lágrimas caen una vez más.

—Perdóname, por favor. —Dice con la voz rasposa— ¡Lo hice, porque tú ya no me tocas! ¡No me besas, Jackson! ¡Te necesito! ¡Por el amor de Dios, sólo soy un hombre!

Reí absurdo, mi nudo comenzaba asfixiarme.

—¿Tratarás de echarme la culpa de nuevo? —Reí con dolor— No me sorprende. Siempre que te acuestas con alguien, lo haces, porque sabes muy bien que te creo cada maldita palabra—Lo señalé y mis ojos delatan mi dolor—Pero ya no, Alex. Ya no vas a conseguir que esto sea mi culpa, porque ya llevo demasiada mierda junta. No vengas a echarme más de la que necesito.

Él se acerca lento y me toma las mejillas.

—Te amo, enserio, te amo. —Me dice en un susurro y sus lágrimas caen— Me duele tu ausencia, me duele que te hayas distanciado, me muero lentamente cada vez que vas caminando con alguien más, me muero cada vez que miras a Joanne, con la misma mirada que lo haces conmigo. Me hierve la sangre, de sólo imaginarlo—Dice cerrando sus ojos y pegando su frente a la mía, deja caer sus lágrimas y me mira con sus ojos marrones dilatados. —Te amo, Jackson. De verdad lo hago, pero me había sentido tan solo...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.