Los colores del alma|lg(b)tq+

Capítulo 19: Fiesta de...¡¿Disfraces?!

Giro los ojos y camino hasta su coche y subo. Él acelera y yo no digo nada, sólo lo miro. Su mirada está en el camino y me mira al notar que lo he estado mirando.

—¿Tienes algo que decirme? O ¿Ya soy un extraño?

Suspiré.

—Robert...

—Jackson, está bien—Dice con una sonrisa—Yo no te juzgo, ni te juzgaré, tenía mis sospechas ¿Sabes? —Me mira y sigue conduciendo—Y está bien. No porque la sociedad crea que es malo, signifique que están en lo correcto.

—¿N-No estás decepcionado de mí? —Le pregunto con un nudo en la garganta.

Él comienza a reír. —Jackson, nunca lo haría. —Me mira.

Asentí—Gracias.

—No tienes que hacerlo, somos amigos y casi hermanos, por no decir que sólo nos falta la sangre. —Ríe.

Sonreí y él estaciona su auto frente a la cafetería donde trabaja Joanne.

—¿Qué hacemos aquí? —Le digo.

—¿Lo olvidaste? Quedamos en que pagarías los cafés. —Sonríe y sale del auto.

Reí y también salí.

Juntos entramos a la cafetería y enseguida la temperatura tibia nos abraza.

—Hola, mesa para dos, por favor. —Dice Robert.

—Por aquí, síganme. —Dice la chica y nos dirige a una mesa. Ambos nos sentamos y ella nos sonríe.

—¿Qué les ofrezco de tomar? —Dice sacando su libreta y una pluma.

—Un espresso y un cappuccino, por favor— Ordeno por Robert, ya que conozco lo que tomará.

—¿Sería todo? —Nos pregunta y ambos asentimos. —Bien, con permiso—Me dice y Robert la detiene.

—¿Disculpa? ¿Aún no llega Joanne Lean? —Pregunta Robert.

—Hoy es su día de descanso—Ella sonríe— La estoy cubriendo el día de hoy.

—Bien, gracias.

La chica se va y nos quedamos en un rincón hablando.

—Robert, ¿podemos hablar sobre lo que paso hoy?

—¿Qué es lo que te preocupa, hermano?

—Nada. Sé que me guardarás el secreto, pero quiero contarte todo.

—Sabes, que no es necesario, yo lo respeto.

—Es que lo de Alex y yo, terminó hace tiempo. Lo que viste hoy fue algo que no estaba en mis planes. —Le digo y suelto el aire caliente que tenía. —Cuando mamá murió, comencé a sentirme tan solo, mi padre comenzó a beber y no paraba de culparme por lo que pasó—Él asiente—Necesitaba que alguien me quisiera. Y la vida me puso enfrente a Alex, una noche que mi padre me sacó a golpes de casa, pasaba por mi casa y me vio llorando en la banqueta, me ofreció su suéter y ahí comenzó todo, no le conté nunca sobre el maltrato que me daba mi padre, nunca lo conoció, siempre se lo oculté porque él era...

—Era muy liberal, Alex siempre lo ha sido. —Me miró y yo asentí.

—Sí, él siempre ha creído que la sociedad nos aceptará, pero sé que no es así. Comencé a sentir una atracción hacía él, lo besé y el me correspondió, me dijo que también la sentía por mí, estuvimos un par de años juntos, todo marchaba bien... hasta que el año pasado, lo encontré en el baño besándose con otro, creí que todo cambiaría y que volveríamos a ser felices como siempre, y lo perdoné.

—Aquí tienen sus cafés. —Dice la chica y los pone en la mesa. —¿Se les ofrece algo más?

—No, por el momento estamos bien—Dice Robert y ella se va.

Tragué el nudo en mi garganta.

—Desde esa vez no dormí igual, siempre amanecía con la duda si él me estaba engañando una vez más. —Lo miré con los ojos cristalinos—Hace poco lo volvió hacer, pero esta vez lo encontré en la cama con él. —Suspiré—Y lo comprendí todo, Robert. Comprendí que no merecía estar sufriendo por él, no merecía estar en casa pensando si estaba con alguien más, o si ya se había metido con dos o tres más, merecía paz, merecía estar en mi cama durmiendo tranquilamente, por que merezco algo mejor, merecía buena compañía. —Sonreí—Como la compañía que me das tú y los chicos, la compañía que me brinda Joanne y su familia, de eso era lo que necesitaba. No te mentiré, lo sigo queriendo, y hay algo que me impide avanzar del todo, pero cada día que pasa soy más libre, y poco a poco el cariño que le tengo se va, y está bien.

Robert asiente con una sonrisa.

—¿Sabes? Ahora creo que mi relación con Alex, fue muy apresurada y una locura, si es verdad que pasé momentos inolvidables, pero también fue verdad que me enamoré de él por falta de cariño y el sentimiento de tener a alguien que me quisiera. —Tomo de mi café—Traté de evitarlo todo este tiempo, le he llorado antes de dormir, pero ya no hay más lágrimas, ya no hay más dolor por el momento, supongo. Él me sigue buscando, me sigue induciendo a sus caricias y besos, y he caído. Hoy después del receso, Joanne me enseñó a maquillarme el golpe que traía, no podría pasar esta noche por ella y que su abuelo me viera golpeado o me prohibiría acercarme a ella. Me dijo como y después me metió al baño y me dijera que lo hiciera.

—¡Ay, Joanne! —Comenzó a reír. —Tan encantadora como siempre.

Reí. —Es una locura vivir siendo su amigo.

—¿Y bien lo hiciste? —Ríe.

Asentí: —Fue un desastre—Abrí los ojos riendo—Antes de maquillarme, si es acaso que se le puede llamar así, me quité el suéter y la camisa blanca, me dejé una de tirantes que traigo, después ella me preguntó qué tal iba, y le respondí que era un desastre.

Robert se ríe a carcajadas: —La honestidad antes de todo.

Reí: —¡Sí! —Lo miré limpiándose las lágrimas que habían salido de sus ojos por la risa—Luego ella entró al baño de hombres y me ayudó a maquillarme.

—¡Nooo! —Dice sorpresivo.

—¡Te lo juro! —Reí por su sorpresa.

—Dios, supongo que varios chicos la vieron.

Negué: —Bueno, el baño estaba vacío, pero después escuché que alguien gritó que entraría al baño, y...la agarré encerrándola entre mi cuerpo y la pared—Cubrí mi rostro de pena.

—¡Joder! —Comenzó a reír.

—Me moría de vergüenza, debió haber pensado lo peor, ella se puso toda roja y me miraba con confusión—Robert seguía riendo.

—¿Y quién fue el que los vio? ¿Un maestro? ¿El decano?




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