Los colores del alma|lg(b)tq+

Capítulo 40. Una fecha sin sentido y un corazón herido.

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Me reuní  con los chicos, quiénes estaban en el estacionamiento de la universidad. Me acerqué y en cuánto llegué todos cambiaron de tema.

—¿Que pasa? ¿Estaban hablando mal de mí?—Comencé a reír y Robert me rodea por los hombros.

—Comentábamos que hace tiempo que no te bañas.—Dice y despeina mi cabello, me alejo y escucho a Joanne reírse.

—No te avergüences, es algo normal olerte.—Se ríe y los miro a todos, ellos tramaban algo lo sabía.

—Vaya, es raro que vengan a quejarse ahora, ya que somos amigos desde hace tiempo y nunca me he bañado.—Me reí y ellos me empujaron jugando.

—Es hora de irnos.—Dice Joanne y nos mira a todos.—No quiero que nos descuenten el día.

Asentí.—Nos vemos mañana.—Me despedí.

Joanne y yo, continuamos nuestro camino a la cafetería.

—¿De verdad no piensas decirme?—Le digo, mientras que mi mano le sujeta la suya.

—Nou.—Dice y se ríe.

—Vamos, dime de qué hablaban.—Insistí.

—¿Me dirás en donde estuviste en el receso?

—Ya te dije, fui hacer algo.—Le dije y ella niega.

—No te creo, Williams.—Se ríe.

—En verdad yo...—Me contuve y miré que el local estaba cerrado.

Joanne suelta mi mano un instante para acercarse a leer el letrero que venía en la puerta.

—Vaya, después de todo Frank no mentía.—Dije.

—“Estimados clientes y trabajadores, debido a una auditoría la cafetería estará cerrada esta semana y abrirá hasta el próximo lunes con su nuevo horario.”—Ella lee, sorprendida y me mira.—“Estimados trabajadores, habrá una junta el día de 5-7 pm. Donde se les comunicará los cambios propuestos por la organización, sin más que decir, presentarse de favor el lunes 27 de mayo”—Termina de leer y nuevamente toma mi mano.

—Me suenan que son vacaciones.—Ella se ríe.

—¿Que quieres hacer?—Me dice y mis labios la besan.

—Mejor pregúntame que no quiero hacer contigo.—Sus mejillas se tornan rojizas y ella se ríe. Sus labios llegan a mis labios una vez más.

Juntos caminando por la banqueta, la miré.—Estaba pensando...que ya casi es el mes desde que estamos juntos y....—Dije— como no hay trabajo...—Me sumí de hombros y ella sonríe.—Pensé que podríamos adelantarlo.

—Seguro que sí. ¿Tienes algunas cosas en mente?—me mira—Yo pensaba planearlo estos días, ya que nos hemos adelantado, pensaba en que sería muy buena idea pasarla juntos este fin de semana.

Mis manos rodean su rostro helado y le sonrío.

—¿que tienes en mente?—Ella niega y se ríe.—No te voy a decir, hasta que lo termine.

Mis labios la besan y le sonrío.—Me parece justo.—Le digo.—¿Que opinas de la idea de que toda la semana sea nuestro mesiaversario?

Ella se ríe.—No parece mala idea.—Me dice y da un último beso.

—Ya que lo hemos inaugurado, sugiero que empecemos hoy. ¿Que dices de una salida al cine?

—Me parece excelente, ¿que dices si vamos a casa a dejar todo esto y nos vemos a las 8? A demás que tengo que ir a casa para terminar algo.

—Uy, son muchas horas sin verte.—Le digo.—Pero, está bien.

Continuamos a casa de Joanne, la dejé y llegué a casa. El tibio aroma de la casa me abraza, veo a mi padre leyendo el periódico, al verme entrar me mira y observa su muñeca para ver el reloj.

—¿No deberías estar en la cafetería?—pregunta. Me acerco.

—Está cerrada, al parecer van a hacer algunos cambios, y nos dijeron que nos presentáramos el lunes.

Él asiente. —¿Tienes planes hoy?—Pregunta, mientras me dirijo a la cocina.

—Si, Joanne y yo aprovecharemos estos días para salir, ya que el primero de Junio cumplimos un mes de novios. ¿Porqué?

Él niega y se levanta.—No estaré el viernes y quería que festejáramos tu cumpleaños, hijo.

Un nudo se me atraviesa en la garganta y me detengo, mirándolo algo adolorido por escuchar sus palabras. Sabía que iban a ser días nostálgicos, cada año era así.

—Yo...no celebro ese día papá.—Le digo y sirvo el café en mi taza.—Creí que lo sabías.

Él exhala.—Sí, lo sé. Sólo quería que este año fuera diferente, Jackson. A ella le hubiese encantado hijo.

 

Mis ojos se cristalizan y no quiero llorar frente a él, por que es un tema que aún no he superado, y esa herida aún duele y mucho.

—No ella... no me perdona ese día.—Le digo y trago el nudo.—Y sé que tú tampoco lo haces, muy adentro de ti, sigue ese pensamiento papá.–Sigo tragando el nudo dentro de mí.
 

Me giro a mirarlo. Él niega un poco y habla.

—Jackson.

—NO.—Dije tragando saliva.—No porque estés cambiando, significa que todo está bien entre nosotros.Porque fueron 6 años de dolor, culpa e impotencia.—Dije molesto, con las lágrimas al borde.—No planeo que este año sea diferente ¿entiendes? —Hubo un silencio entre los dos.—Por que eso no me va a regresar a mamá.—Siento como las lágrimas están por salir, dejo todo en la mesa y me giro para que no me vea llorar.—No, va a ser diferente, aún así si este año quieras repararlo todo.
 

Dije y pase por un lado de él, subí las escaleras y me encerré, recargándome en la puerta, mientras las escenas de ese día me consumen, mi pecho se ahoga en un profundo dolor y la culpa me carcome.
 

—¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUE,MALDITA SEA?!!—Grité desesperado y cayendo al suelo, iba a llorar como un niño chiquito como cada año, por que me dolía tanto, porque cada año crecía este dolor dentro de mí.
 

Las horas pasan y la puerta es tocada.—¿Jackson?—dice mi padre.—Hijo, abajo está Joanne, esperándote. ¿Quieres que le diga que  no te sientes muy bien?
 

Mi pecho es abrazado por el frío cuando me destapo. Cansado, abro la puerta y lo miro. Él parece preocupado y no le digo nada. Regreso por una sudadera y la coloco en mi cuerpo.
 

—¿Quieres hablar, hijo?—Me pregunta, y niego.

—Sólo quiero que esta semana termine.—Siento mi rostro pesado, lo paso de largo y bajo las escaleras. Ella estaba sentada en el sofá y al verme se levanta, corre y me abraza.




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