Los colores del alma|lg(b)tq+

Capítulo 57. Un Williams diferente.

JACKSON POV’S.

Tardé algunos segundos en darme cuenta, entonces tomo sus hombros y lo alejo lentamente. Su rostro muestra confusión y negué.

—No, Alex. —Le susurré. —No te hagas esto a ti mismo. Amo a Joanne…y en verdad deseo que funcione con ella.

Sus ojos parecen adoloridos y asiente. —Lo lamento. Me dejé llevar. —Él se acomoda en su lugar y mira hacia al frente.

Asentí, y agaché la cabeza.

Un silencio está ahora en nosotros y no sé que más decir, en realidad ¿tenía que decir algo? Algunos minutos pasan y no me importa cuan mojado estoy ahora, sólo estoy ahí, presenciándole mi apoyo de alguna manera, quizá por que fue alguien a quien amé tanto…quizá por qué sé como se siente perder a una madre.

El campo está completamente cubierto ahora, algunos relámpagos están presentes y lo miro.

—¿Necesitas algo? —Le susurré. Sé que le sorprende mi ahora comportamiento, pero quería que no sintiera todo eso que sentí cuando perdí a mi madre, aun así, tenga que dejar a un lado todos nuestros problemas.

Él me mira, parece algo nervioso y niega. —No.

Asentí.

Y luego mira hacia un costado de mí, parece preocupado y pensativo a la vez. No lograba entender el por qué. —J-Joanne. —Sus labios pronuncian y luego me mira, indicándome que quizá ella nos ha visto anteriormente. Me giré y efectivamente ahí estaba la chica de mejillas rojizas, empapada completamente y entonces el miedo llega a mí.

Trago saliva y ella se acerca.

—Hola, chicos. —Dice subiendo las gradas y sentándose en una, Alex agacha la mirada y yo no sé qué decir. —¿Nos vamos? —Pregunta con una sonrisa amplia y entonces sé que no ha visto nada.

No podía hablar, tragué nuevamente saliva y asentí.

—Estaba pensando en que Alex podría acompañarnos. —Dice Joanne y le sonríe. —¿Por qué no vas? Iremos a cenar para celebrar que el equipo de Jackson ganó. —Le dice a Alex y él al igual que yo, no ha dicho nada.

Él niega. —En realidad, tengo que irme ahora. —Dice y puedo ver su manzana de Adán subir y bajar repetidas veces. Y luego se levanta, le sonríe levemente a Joanne. —Gracias…Joanne. Por todo. —Dice, y entonces me quedo pensativo, parece ser sincero y entonces pasa por enfrente de nosotros y baja las gradas.

Ambos vimos a Alex alejarse, cruzando la cancha en dirección opuesta. Me quedé pensativo, en la actitud de Alex, en su disculpa, en la manera en que me besó y…cómo le agradeció a Joanne.

“¿Lo había estado juzgando mucho por nuestro pasado?” o ¿En realidad él ahora está cambiando?

Y entonces ahí seguía, viéndolo alejarse entre la distancia, Joanne toma mi rostro y besa mis labios rápidamente. —¿Nos vamos, campeón? Los demás siguen esperándonos. — Le mostré una sonrisa media y asentí.

La culpa de haber dejado que Alex me besara está en mí, no podía mirarla a los ojos aún. Aunque ella no supiera, siento que todo esto va a perjudicarnos más adelante.

Ella se levanta y me toma de las manos para que sigamos.

-

Los chicos hablaban de diferentes temas, mientras esperábamos por la pizza que habíamos pedido, seguía aún perdido en Alex.

Pensando en su dolor, recordando cuando nos conocimos fuera de casa ese 22 de diciembre, recordando en esa sonrisa blanca, su mano ofreciéndome un suéter y diciéndome. —Mierda, chico. Te vas a congelar el trasero. ¿O acaso estás tan caliente que no sientes el frío aquí?

Recuerdo haber limpiado mis lágrimas y haber reído un poco.

Bien, quizá si estés tan loco como creí. Te reíste de uno de mis peores chistes. —Se ríe. —¿Me dirás como te llamas?

Sin saberlo en ese momento, con esa sonrisa grande y esos ojos oscuros, él ya me había salvado la vida, haciéndome enamorar como un loco de él. Aquella noche en la que mi padre me sacó de casa sin ropa, pasaron tantas personas por ahí y el único que se contuvo a ayudarme fue él.

Ese chico alegre, apuesto y con un buen sentido del humor, el chico que salvó mi vida en el momento exacto, eliminando por completo la idea de tirarme del big ben y acabar con mi vida.

Joanne rodea mi brazo en los suyos y me susurra al oído. —¿Estás bien? —Me dice, haciéndome regresar. —¿Quieres hablar de algo?

La miré, lo pensé por algunos segundos y negué. No tenía caso, ahora que Alex y yo no estábamos juntos, sentí que esta noche sería la última en que él insistiría y sé que me dejará ser feliz con la chica que ahora amo.

—No. —Susurré con una media sonrisa y besé su nariz. —¿Sabes que te amo? —Le susurré y ella muestra una sonrisa grande y asiente.

—Sí, lo sé. —Dice y me besa en los labios.

Los chicos comienzan a molestar. Haciendo ruidos de vomito. —¿Podrían irse a otro lado? ¡Por Dios, aquí no! —Dice Frank y comienzo a reír.

Joanne gira los ojos y se separa. —Qué exagerado, Frank. —Exclama Joanne, riendo.

Jimmy suelta una pequeña risa. —Oigan, ¿están seguros de que no se fueron a un motel los diez minutos que los esperamos? —Pregunta, haciendo referencia a que somos los únicos con cabello mojado.




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