Los colores del alma|lg(b)tq+

Capítulo 69. Una enemistad mutua.

Los rayos de sol entran por el pequeño ventanal frente a la cama del hotel, algo dormido sólo dejo que mi mano encuentre el contacto de mi chica castaña, pero al no sentirlo me me veo sorprendido y me giro, veo que se ha levantado, la busco con la mirada y nada.

Decido sentarme y estirarme, todo se siente tan tranquilo.

—¿cielo?—La llamo, pero no hay respuesta.

Decido levantarme de la cama y tenderla.

—¿Cielo?, ¿Estás cambiándote?—menciono tocando la puerta del baño pero nada.

Me coloco mi camiseta del pijama y mis pantuflas. Salgo de la habitación y le toco a mis vecinos de enfrente. Unas risas se escuchan del otro lado  de la puerta y supongo que están conversando.

"En seguida voy"—Grita Jimmy y en cuestión de segundos me abre la puerta.

Lo observo está con un bóxer puesto, su dorso desnudo  y despeinado. Agitado me observa.

Frunzo el ceño.—¿Qué mierda estás haciendo?

Imaginé que estaba molestando a las chicas nuevamente, estaba dispuesto a pasar, cuando su mano me lo impide.

—Viejo, no puedes pasar.—Me dice y me quedo perplejo.

—¿Por que no?—Digo, creyendo que mi novia está ahí.

Él me mira de una manera desaprobatoria.—¿Cómo que por qué no?—Me suelta.—Estamos ocupados.

Parece que me llega la suficiente señal al cerebro y retrocedo.

—¿Joanne, no está con ustedes?—Digo frunciendo el ceño.

—No—Parece sorprendido.—¿No está bañándose?

Negué, ahora preocupándome.

Grita Jess desde la cama, no logro verla, sólo escucharla.—¡Dijo que bajaría a desayunar a la barra del hotel, se fue hace como diez minutos!

Sin decir más, retrocedí y bajé a recepción, apresurado, buscándola, me preocupaba que estuviera sola.

Me acerqué a la recepción y pregunté por la barra y me indicaron como llegar. Al entrar pude observar que el lugar estaba lleno, y entonces la enfoqué.

Estaba ahí con un chico en la barra, riéndose, mientras sus mejillas se mantenían rojizas.

Algo extraño de posiciona en mi pecho,  el chico se levanta y comienza a bailar, ella estaba riéndose al ver a ese tipo.

Tragué el nudo en mi garganta y me acerqué. 

La risa de Joanne no paraba.

—Hola, mi amor.—Digo tomando sus hombros y mirando seriamente al chico.

Joanne se sobresalta con mi toque.

—Oh, mierda.—Y al verme se ríe.—Hola, cielo.  Me has asustado.

El chico castaño de ojos esmeraldas me mira, algo serio en realidad, parece que le he arruinado el momento con mi presencia.

—¿Interrumpo algo?—Menciono, sin quitarle la mirada al chico. Ella se ríe.

Su mano va a mi quijada y me hace mirarla.—Por supuesto que no.—Deposita un beso corto en mis labios y mira al chico que se ha quedado serio.—Gabriel, él es mi novio, Jackson Williams.—Le dice al chico.

El chico hace contacto conmigo.

—Mi vida, él es Gabriel, es amigo de una chica que conocí en el avión antes de llegar a Londres.—El chico me mira, y no hace un intento de saludar, sólo se gira y bebe de su refresco, creo que no le he caído del todo. Es mutuo.

Miro a Joanne, y ella comienza a buscar a alguien con la mirada.—Sólo que ha ido al baño, no ha de tardar.—Me dice, y entonces me doy cuenta que me he mostrado algo celoso y posesivo por la manera en la que Joanne trata de darme explicaciones.

Gabriel sonríe y le hace una señal a alguien a una cierta distancia.—Oh, aquí viene ella.

—¡Hola, quién es el chico apuesto que ha llegado!—Exclama, sentándose junto a su amigo.

—Su novio.—Suelta Gabriel, mirando a la chica con una cierta manera, como si se estuvieran comunicando con la mirada.

La chica parece ponerse un poco seria, o más bien parece nerviosa y luego me sonríe.—Hola, mucho gusto. Soy Danahí.—Me extiende su mano y la tomo.—Nos conocimos en el avión.

Le tomo la mano y asiento.—Un gusto, Jackson Williams, nos conocimos en la universidad.—Intenté relajar el momento, sentía que lo había empeorado.

Ella comienza a reír.—Qué simpático eres, me agradas.—Dice risueña.

No sabía que responder, así que sonreí sin enseñar los dientes.

—¿Cómo es que coincidieron aquí?—Pregunto.

—Estamos por cuestiones de trabajo.—Dice la chica.

—Me parece bien.—Le sonreí amable a la chica.—¿Desde el avión no se habían visto?

—¡No! ¡¿Puedes creerlo?!—Me dice Joanne sorprendida, por lo que me causa una pequeña risita inesperada.—Vive por los departamentos de Alex.

—Vaya, realmente cerca.—Le digo a Joanne y ella asiente.

Ese par comienza a hablar y se meten en bromas entre sí.

Un joven personal del hotel se me acerca—Disculpe, Joven, no puede estar con esa vestimenta aquí, son reglas del hotel. 

Entonces me doy cuenta, que ni siquiera me había dado cuenta que estaba en pijama aún.

—Lo lamento, deme un par de segundos y me retiro.—Le pido y el joven asiente.—Lo lamento.

Los amigos de Joanne me observan, el chico no tan simpático del todo.

 Le susurré en el oído a Joanne, algo apenado.—Lo siento, creo que he arruinado el momento aquí.—Ella me mira y niega.—Te dejaré desayunar tranquila y nos vemos en la habitación más tarde. Toma tu tiempo ¿sí?—Le digo levantándome.

Ella toma mis manos.

—Te prometo que no tardo.—Me dice y beso su frente.

—Tranquila, está bien si lo haces. Diviértete.—Dije y miré a la chica.—Con permiso.

La chica me despidió con la mano y avancé hacia la salida.

-

Las horas transcurren sin aviso, y entonces la puerta se abre, estaba recostado sobre la cama, observando el techo, Joanne me mira y se ríe.

—Hola, cielo.—Dice gateando en la cama y subiéndose encima de mí, une nuestros labios y el sabor a alcohol es difícil de ocultar.

Se veía relajada.—Hola, preciosa.—Sonrío levemente.—¿Estuviste tomando?—La observo algo sorprendido.

Ella risueña, sólo se acerca a mí y besa nuevamente.—Un poco.




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