Los condenados

CAPÍTULO 14 HAY AMORES QUE MATAN

CAPÍTULO 14

HAY AMORES QUE MATAN

Rous sale casi corriendo del lugar camina dos cuadras, siente como si el mundo se hiciera cada vez más pequeño, se siente mareada, que la respiración no le alcanzara, transpira todo su cuerpo y sin poder evitar comienza a vomitar en plena banqueta, se da cuenta que la gente la observa, unos se acercan a preguntar si se encuentra bien, afirma la cabeza y continua caminando  unos metros pero al final se sienta en una banqueta, se siente mareada y confundida, decide sentarse en la baqueta unos segundos en lo que las náuseas pasan. Cuando se siente mejor se levanta y empieza a caminar sin sentido por las calles, de un lado a otro sin rumbo, solo camina por caminar; Cuando se da cuenta ya está oscureciendo, no sabe qué hacer si regresar con Sebastián o confiar en Salome, su mente empieza a divagar piensa cosas sin sentido, pero a pesar de todo ha tomado una decisión. Se acerca a la parada de autobuses y su be a uno de ellos, al llegar a su destino baja de el y camina cerca de tres cuadras y por fin a llegado a la casa de Uriel, se coloca justo en la entrada, pero por alguna razón no puede dar un solo paso; está ahí enfrente de la casa, pero no tiene el valor de entrar hay algo que la detiene.

De pronto se puede ver movimiento en la casa, ya se han dado cuenta de su presencia, puede observar cómo salen soldados de la casa y ser acercan a ella, uno de ellos le indica que debe de entrar pero ella no se puede mover, el soldado le repite que entre ella vuelve a ignorar, al ver esta reacción el soldado la toma del brazo, pero ella sin poderlo pensar dos veces al sentir la mano de el, lo derriba con un movimiento brusco que hace que este caiga con fuerza y se rompe un brazo. Los demás soldados al ver esto retroceden un paso atrás, ella reacciona se agacha y le pide disculpas al soldado caído y entra a la casa.

Al entra en la casa lo primero que ve es a Sebastián y a Uriel al pie de las escaleras.

Uriel: ¡¿Dónde has estado?!

Ella sigue caminando sin decir una sola palabra, y justo cuando pasa a lado de Uriel esta la toma del brazo, con fuerza, pero sin lastimarla.

Uriel: ¡te estoy hablando!

Rous lo regresa a ver a los ojos, mira donde el la sujeta y muy seria le dice

Rous: suélteme por favor

Uriel: está bien, pero dime (la suelta) ¿dónde has estado?

Rous: con Salome (sigue subiendo las escaleras)

Uriel: ella es una mala mujer (la mira desde la parte de debajo de las escaleras)

Rous hace caso omiso a sus comentarios y sigue subiendo las escaleras, pero puede escuchar como Sebastián que no lo vio ella al entrar le dice a Uriel que la dejara en paz, deja que descanse.  Rous sigue caminando y entra a la habitación donde ya se encuentran sus cosas, al entrar cierra la puerta se queda ahí unos segundo recargada en la puerta. Reacciona en cuanto escucha un golpe en la puerta es Uriel.

Uriel: Rous déjame entrar necesitamos hablar

Rous al escuchar esto de inmediato corre al closet y saca de uno de los cajones su bolso, el cual la acompañado desde  hace un par de meses toma, la foto de su familia, la biblia y el dije que su madre le regalo se lo coloca en el cuello, se mira al espejo suspira y recuerda los papeles  que Sebastián le entrego con una nueva identidad, los busca entre los cajones y toma todo, los pasaportes, las licencias, la tarjeta de crédito y el celular, lo coloca todo en el bolso que se atraviesa de hombro a cintura, puede seguir escuchando la voz de Uriel  y Sebastián tocando a la puerta, se vuelve a mirar al espejo y decide cambiarse los zapatos por unas botas más cómodas. Cuando ya se encuentra lista camina a la puerta y la abre.

Sebastián: ¿estás bien? (se encuentra detrás de la puerta como si la esperara)

Rous: no puedo estar más aquí, me tengo que ir

Sebastián: necesitamos hablar

Uriel: no te puedes ir así.

Los dos se colocan en el marco de la puerta impidiéndole la salida.

Rous: con quien me toca estar con Caín o con Abel

Los dos se regresan a ver sorprendidos, ella al ver esta reacción los empuja y pasa por en medio de ellos y sale de la habitación, y se dirige a las escaleras, y cuando está a punto de bajar en las escaleras ´puede sentir la mano de Sebastián en su hombro.

Sebastián: deja que te expliquemos

Rous: que me van a explicar, de quien es el turno, eso quieren que sepa…

Sebastián. No es así, deja que te contemos la verdadera historia, yo sé que Salome te conto lo que ella sabe no lo que fue en realidad.

Rous: ¿cuál verdad? (lo regresa a ver)

Sebastián: si somos Caín y Abel, yo soy Abel y Uriel es Caín, y lo que paso hace ya miles de años es algo totalmente diferente a lo que conoces.

Uriel: Salome te dice lo que le conviene.

Rous: si, me dijo la verdad

Uriel: no, tienes que saber cómo ocurrieron las cosas

Rous: si, debo de saber la verdad, pero no de sus bocas porque ahora veo que ustedes no han sido sinceros conmigo.



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En el texto hay: rencarnacion, inmortales, amor dolor

Editado: 23.03.2023

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