Capítulo 25
Y me cobrare cada lagrima y gota de sangre que derramaron mis hijos por ti.
Los dos se visten sin decir una palabra, solo mirándose de reojo. Ella no le mira específicamente alguna parte del cuerpo, solo observa que el la observa, mira como su mirada se desplaza de arriba hacia abajo sobre su cuerpo, como por segundos ve alegría y por otros instantes nerviosismo.
Sebastián: ¿lista?
Rous: si
Los dos comienzan a caminar uno al costado del otro, ella con las manos cruzadas en el pecho y el con las manos tras.
Rous se repite en su mente “qué diablos hice”, aunque no se arrepiente, o más bien no sabe si se debería arrepentir, de lo que sí está segura es que no era el momento ni el lugar, y que eso les traerá muchos problemas. Y Recuerda como también se entregó a Alain en un lugar y de forma inadecuada. De pronto mira de reojo a Sebastián, y aunque él ya no la mira ella observa en el una sonrisa, una genuina y verdadera sonrisa, como si hubiera estuviera feliz, si se ve feliz, y piensa “quizás exagero, quizás Uriel entienda y los deje vivir en paz”, pero se pregunta “¿quiero pasar la eternidad con Sebastián?”.
Siguen caminando los dos uno junto al otro sin decir palabras, mirándose por segundos de reojo. Cuando se logra ver la cabaña Sebastián se detiene y Rous se detiene con él.
Sebastián: yo hablare con él, quizás te tengas que quedar unos días sola con él, pero vendré por ti ¿me entiendes?
Rous: si, tendrá que buscar un lugar seguro, solo no demore… no te tardes mucho.
Se quedan ahí los dos viéndose a los ojos como si no existiera nada más. Mientras Uriel se acerca a ellos.
Uriel: qué bueno que llegaron tenemos que irnos. Hay movimiento en el bosque, creo es Eva.
Sebastián: ¿qué dices?
Al escuchar eso Rous y Sebastián salen de ese pequeño trance y regresan a la realidad. Ella voltea a ver a Uriel a los ojos, pero este desvía la mirada.
Uriel: hay movimiento en el bosque es un grupo armado, vienen por ella
Sebastián: ¿A dónde iremos?
Uriel: tu bajaras siguiendo la corriente, Rous y yo nos internaremos más en las montañas con suerte te seguirán a ti.
Rous y Sebastián se voltean a ver al mismo tiempo, Uriel no se da cuanta.
Sebastián: no sería mejor si vamos juntos.
Uriel se descuelga una mochila que tiene a sus espaldas, y mira hacia dentro como para comprobar que traiga todo lo necesario.
Uriel: no…
Rous: y si nos separamos y (mira de reojo a Sebastián) nos quedamos de ver en un punto.
Sebastián: eso me parece mejor (se acerca a Uriel), los dos la protegeremos mejor.
Uriel: está bien ella se va conmigo, conozco mejor la zona y nos vemos en el pueblo que está a las faldas de la montaña en un par de días…
Uriel le extiende la mano a Rous, pero ella da medio paso ataras.
Rous: no quiero (titubea), no quiero entrar al bosque con esos animales, no…
Uriel: no te preocupes no te aran daño, yo te cuidare.
Rous: sería mejor si me voy con Sebastián, en el más fuerte y mejor peleando.
Uriel: no… (la tomar del brazo y la jala).
Rous: pero, es que…
Rous camina dudosamente mientras regresa a ver a Sebastián que se ha quedado unos dos metros atrás de ellos, que solo mira al piso con los puños cerrados a sus costados.
Sebastián: lo siento ella no se va contigo (se coloca enfrente de Uriel).
Uriel: ¿Qué pasa? (regresa a ver a los dos.)
Sebastián: no puedo dejar que te la lleves.
Uriel: no puedes dejar que me la lleve al pueblo o que me la llave para siempre.
Sebastián: lo siento hermano, pero suéltala.
Uriel: ¡que! (regresa a ver a Rous), de que se trata esto Rous (la jalonea un poco hacia él).
Sebastián: no la jales por favor (se acerca a él y se miran a los ojos).
Uriel: Rous ¿Qué pasa?
Rous: nada solo que sería mejor viajar juntos (sonríe tímidamente).
Uriel los regresa a ver a ambos se agarra la cabeza mientras suelta a Rous que da dos pasos atrás.
Uriel: no lo puedo creer… tu y yo teníamos un acuerdo, el cual hemos respetado por siglos, porque lo rompes ahora.
Sebastián: lo siento hermano…
Sebastián extiende una mano a Rous para que ella la tome, al ver esto Uriel grita “no” y le lanza a un golpe a Sebastián que hace que esta salga volando varios metros y golpe un árbol. Y al caer se lanza sobre él y lo golpea en el suelo. Rous de inmediato corre a tratar de separarlos, pero se acerca tanto que Uriel la golpea con el codo por accidente mandándola varios metros atrás haciéndola caer su rostro sobre una roca.
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Editado: 23.03.2023