Los condenados

CAPÍTULO 36 EL RESPETO ES OTRA FORMA DE AFECTO, QUIZÁS NO EL QUE DEBERÍAMOS TENER ENTRE HERMANOS, PERO ES AFECTO AL FIN DE CUENTAS.

CAPÍTULO 36

EL RESPETO ES OTRA FORMA DE AFECTO, QUIZÁS NO EL QUE DEBERÍAMOS TENER ENTRE HERMANOS, PERO ES AFECTO AL FIN DE CUENTAS.

 

Sebastián: te amo tanto, no tienes una idea de cuanto yo te amo.

Rous. Lose, yo también te amo.

Sebastián: quiero que me perdones por cómo te trate en el lago, todo lo que te dije y como te ofendí.

Rous: eso ya no importa

Sebastián: si importa yo mal interprete las cosas, no te deje explicar yo …

Rous: ya no importa

Sebastián: cuando Uriel me dijo la verdad de lo que había pasado ese día, me quería morir y quería correr a buscarte.

Rous: y ¿Por qué no lo hiciste?

Sebastián: porque no quería verte con el, no lo hubiera soportado. No quería ver sus rostros de felicidad.

Rous: no me querías ver feliz

Sebastián: no tu rostro, el de el… no hubiera soportado ver sus manos sobre ti… no me hubiera podido contener, sabia que seria una guerra si los veía juntos, y no quería más guerras.

Rous: ¿ya te cansaste de luchar por mí?

Sebastián: no… me canse de pelear con el… es mi hermano al fin de cuentas, y debo de reconocer que parte de la desgracia en la que estamos es esculpa mía, yo sabía mi condición, tu posición y debí respetar, si hubiera respetado antes no estaríamos aquí, así que decidí respetar ahora.

Rous: ¿respeto?

Sebastián: si… el respeto es otra forma de afecto, quizás no el que deberíamos tener entre hermanos, pero es afecto al fin de cuentas.

De pronto Sebastián se agarra el corazón como si sintiera dolor.

Rous: ¿estas bien?

Sebastián: si es solo un poco de dolor, creo es la emoción

Rous recuerda que Uriel también sentía un poco de dolor cuando empezó su transformación, pero no estaba segura así que no dijo nada, solo ayudo a Sebastián a sentarse.

Rous: respira, será mejor que regresemos a la cabaña.

Sebastián: ok… me siento muy extraño.

Los dos caminan hacia la cabaña, Rous trata de que Sebastián se apoye en ella y acepta.

Cuando llegan a la cabaña Sebastián le pide a Rous que encienda el fuego y que le traiga cobijas pues siente mucho frio. Ella lo acerca a el fuego lo tapa con colchas y le da leche caliente. ella lo mira sorprendida y ve en sus ojos tranquilidad, paz y alegría, ella mira en sus ojos lo mismo que vio en los ojos de Uriel y de Travis, ella no puede entender lo que pasa, solo se sienta junto a él, y sin darse cuenta se queda dormida.

Después de un rato , Rous puede sentir que su ropa esta mojada, se despierta y se ha cuenta que esta mojada por el sudor de Sebastián , el cual está temblando de escalofríos, como si tuviera una gran calentura, ella se sienta de inmediato y le toca la frente, y se sorprende al ver que está demasiado caliente, ella rápidamente se  levanta y lo destapa, mira los ojos  de Sebastián los cuales tiene en blanco, como si estuviera poseído, escupiendo espuma negra, y retorciéndose, ella no sabe que hacer hasta que recuerda a la niña poseída que vio en el vaticano, así que decide hacer un exorcismo, pero sabe que no cuenta con los elementos necesarios, corre la cocina toma un traste con agua y reza poniendo la mano sobre ella, ella lo que quiere es bendecirla pues así le enseñaron en el vaticano, busca un crucifijo pero no ve ninguno, pero recuerda que su dije esta vendito así que se lo quieta y sabe de memoria las oraciones y cantos necesarios. Así que toma el agua y corre a la sala donde Sebastián sigue acostado retorciéndose, ella se quita el dije y se lo coloca a el que de inmediato estira su cuerpo en estado totalmente rígido, mira como su rostro se deforma.

Ella se para justo frente a él y con una de las flores de un jarros cercano empieza a echarle agua vendita y él se tensa  más y más como si sus extremidades se fueran a separar, comienza el hablar en idiomas que ella desconoce, se puedes escuchar gritos y aullidos que viene de fuera, ella comienza a recitar las oraciones y cantos que le enseñaron , mientras que el cuerpo de el se eleva centímetros del suelo, donde ella le hecha el agua vendita empieza a salir granos que se revientan al instante sacando humo de un muy mal olor, pero ella sigue cantando y orando, sin miedo y muy segura de si misma, la casa empieza crujir, los cuadros empiezan a moverse bruscamente, se oyen mas cerca los aullidos, tan cerca como si estuvieran a dentro de la casa , pero ella trata de ignóralos pero siente miedo, así que decide cerrar los ojos y hincarse con las manos en posición de oración .

Ella no puede ver lo que pasa mientras sigue orando, pero escucha muchas voces , de niños , de mujeres, de hombres, que gritan pidiendo clemencia y perdón, de seres en idiomas desconocidos, la casa empieza a temblar, escucha como se rompen objetos dentro y fuera de la cabaña, escucha animales, sonido guturales que no reconoce, pero percibe una palabra constate “perdón”, ella reza con más devoción se pone las manos en el pecho, y conforme va rezando con más intensidad , puede sentir una gran bocanada de aire, sigue escuchando ruidos a su alrededor pero ella siente una gran paz que se acerca cada vez más, empieza a percibir un gran aroma a dulce, aflores fresca, y de pronto el ruido y los movimientos se detienes en seco, ella se sorprende pero no deja de rezar hasta terminar la oración, y con miedo abre los ojos, y mira a si alrededor, todas las ventanas están rotas, los cuadros en el piso, y mira a Sebastián que se encuentra en el piso inconsciente con la ropa desgarrada, bañado en sudor con una respiración acelerada, ella se acerca a el y lo gira para ver su rostro, el cual ya se encuentra normal. Ella le habla para que recobre el sentido, y de pronto la grita y despierta de golpe.



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En el texto hay: rencarnacion, inmortales, amor dolor

Editado: 23.03.2023

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