Los corazones negros 2

Capítulo 6: Corazones y alfiles

Los muchachos y yo logramos salir de todo este engaño. De alguna forma hemos estado en contacto con inmagic porque nos pudo engañar fácilmente.

Es una suerte de que tengamos los trajes en el momento justo y lo peor de todo es que no sabemos si Leo esta libre o de alguna forma sale de la cárcel para poder cazarnos.

— Esto cada vez es más complicado— dice Axel.

— Esto cada vez se pone de color negro. ¿Cómo podemos hacer para saber si esto es realidad o ilusión? — digo enojado.

Los muchachos y yo nos vamos a un comercial para tomar un café y lograr calmarnos. Tenemos la opción de contactar a Tania por medio de un dispositivo que parece una esfera y saber algo más de inmagic.

— Es un gusto verlos— dice Tania.

Solo podemos escucharla porque la función de holograma la desactivamos.

— Es bueno escucharte— dice Hanna.

— Llaman para saludar— dice sarcásticamente.

— No, es para saber acerca de Leo y nuestro nuevo amigo inmagic— digo.

— Lo estoy buscando en la base de datos … Leo está cumpliendo sentencia y no tenemos registro del alias “inmagic”— dice.

Esto no es nada fructífero y por ahora debemos aprender a lidiar con los problemas de las ilusiones.

— Necesitamos un poco de ayuda con las ilusiones que tenemos en la realidad— digo.

— Activare Andromeda en sus trajes—

— Gracias por tu ayuda— digo mientras se despiden todos.

Los muchachos y yo nos vamos a casa para poder descansar, sigo sin creer que Leo este en la cárcel cumpliendo la condena que desconozco. No puedo relajarme en mi cama mientras la realidad en la que vivo esta siendo tergiversada por un loco con poderes. La intriga no me deja dormir, debe de tener alguna forma para poder crear lo que tiene que crear.

Sigo meditabundo toda la noche hasta que cae el sueño, al día siguiente me levanto de la cama y me limpio la baba reseca que tengo en mi labio derecho, sigo en un estado de alerta y ansiedad masiva. En cualquier momento sentiré que el suelo se destruye y también estaré en alguna fosa negra.

Veo que todo funciona con una normalidad así que lo mejor que puedo hacer es ir a la universidad y aparentar que todo esta bien. Los muchachos y yo no recibimos nada anormal en las clases, pero aun así estamos al pendiente de nuestro entorno debido a tanto que ocurre.

— Son ustedes verdad— dice Axel.

— Tengo una idea para saber si esto es real o no— dice Hanna.

Me golpea en el brazo derecho.

— Graciosa— digo mientras me sobo mi brazo.

— Es eso o una cachetada— sugiere ella.

Me conformo con el simple golpe y la cachetada es innecesaria porque no estoy en una relación con ella. Pero en algo tiene razón, solo hay una forma de saber la verdad y la mentira.

— Preguntas intimas— digo.

— No te diré nada de mi vida sexual— dice Hanna.

— No tienes— digo.

— Eso crees— replica ella.

Tiene un hijo, así que no le negare nada de lo que dice.

— Para saber acerca de la realidad debemos realizar preguntas que solo nosotros sepamos. Hacemos un listado y lo memorizamos— digo.

Los chicos parecen que se toman la idea muy personal y que puede ser útil en caso de cualquier emergencia que ocurra. Lo importante es tenerla en papel y no por algún dispositivo y/o de forma virtual, ante todo no decirlo en voz alta en caso de que estemos siendo espiados y grabados.

El día transcurre con normalidad y lo que me hace pensar que se pueden venir cosas peores porque nada que este en calma es bueno, es como si de la calma de algún suceso ocurriera algo inusual o muy fuerte. En la noche voy a mi computadora y reviso mis redes sociales para saber como esta Galata, ha pasado mucho tiempo y no he podido responderle los mensajes, se nota que es muy feliz en París y que esta aprovechando la oportunidad.

Esto es bueno porque puedo proteger a alguien que es importante para mí, esta lejos y eso me puede dar tranquilidad de que esta a salvo también extraño a mis amigos, este equipo lo formamos nosotros tres y me hace falta un poco de poder masculino para la toma de decisiones.

Sigo pensando en los sucesos ocurridos en la otra línea de tiempo porque al final no tengo el brazo metálico y me es difícil acostumbrarme a mi mano normal. Mi hijo, Santi, no sé si existe en el futuro porque solo yo puedo marcar su destino o parte de ese destino. Miles y miles de preguntas me siguen invadiendo la mente y aún recuerdo lo ocurrido en Finlandia como si fuera ayer, quizás conté con esa suerte de sobrevivir y Charles Roga.

Me quedo en cama dormido y en ese momento escucho ruidos en casa, mis padres no están y mi hermano se fue con un amigo. Activo mi traje y el modo sigilo; este modo es muy útil para poder infiltrarse en lugares de máxima seguridad; neutralizan el sonido, visión nocturna, camuflaje con ambiente y colores, soy un maldito camaleón.




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