Me despierto y aparezco en el techo de un edifico, lo que es, pero aún es saber que hay varias estructuras con las cuales están en el aire. Esto es un truco de magia que lo he visto en algún lado, pero no sé qué hacer, no sé si mi traje funciona o tengo que moverme en base a mi mente.
Ya saben, usar mi imaginación y crear un puente con mi energía psíquica para poder trasladarme. Solo se que funcionan algunas partes de mi traje, un ejemplo de ello es el garfio para trasladarnos así que apunto al suelo del siguiente edificio.
Al caer me doy cuenta de que aparecen sujetos con trajes de naipes y yo solo lo que hago es evadir sus golpes y lanzarlos por la orilla. No sé porque ocurre esto, pero conozco al sujeto que puede hacer esto realidad.
Lo bueno de estar solo es que puedo pensar solo en mí y no en las consecuencias de lo que ocurra, ahora solo puedo contar con mi instinto y me alegra. Solo veo infinidad de edificios y rocas flotando, no tengo respuesta de los chicos o de Pandromeda.
Sigo preguntándome como logra crear estas ilusiones, debe de haber algo en el cielo, lanzo una carta explosiva y no ocurre nada; lanzo una en el suelo y obtengo el mismo resultado. Al fondo puedo ver una fuerte luz que emerge en un punto central, como tal puedo decir que es alguna fuente de energía o quizás alguna especie de portal al cual tenemos que llegar.
No sé en que momento puede aparecer los enemigos o algo nuevo. Uso cada vez que puedo el garfio para moverme en las alturas, no hay señal alguna de vida o algo que me diga que es una ilusión.
Cuando llego al punto central puedo ver que hay más sujetos vestidos como naipes, lo cual no me da un panorama alentador, utilizo la pantalla de acercamiento y no me genera respuesta alguna de la persona: no hay rostro, datos, energía que salga de su cuerpo, es como si el sujeto existiera pero sin algo biológico.
Me muevo entre edificios, pero lo mejor es hacerlo internamente así que rompo los vidrios con la suela de mis zapatos o en este caso las botas que incluyen el traje.
Exploro todo lo que hay: cajones, papeles, baños, oficinas vacías, es como si nada existiera y de alguna forma debe darme una pista concreta, esto me vuelve loco.
— Perdido— dice una voz.
— Inmagic— digo.
— Es bueno verte Alex, pero veo que tienes problemas— dice.
— ¿Dónde mierda estoy? — digo.
— Ve al punto central y averigualo por tus propios medios— dice.
En ese momento me acerco a las ventanas para poder ver y lo mejor que puedo hacer es algo estratégicamente estúpido. Lanzare una granada aturdidora y luego los golpeos, me parece una buena idea.
En ese momento lanzo la granda y uno de los sujetos me la devuelve por lo cual huyo y en ese momento se sube al piso donde me encuentro y me comienzan a disparar con láser.
Uso el escudo y luego lanzo varias cartas explosivas, pero no hacen nada. Corro y salto a otro edificio mientras ellos me persiguen; lo mejor que puedo hacer es como en las olimpiadas, un salto con pértiga.
Saco la vara y comienzo a correr, para luego insertar el palo en el suelo e impulsarme lo que más cercano al punto central, pero en ese momento me lanzan una granada y pierdo un poco de direccionalidad así que lanzo mi garfio para sostenerme con una de las ruinas.
Me subo con toda la fuerza que tengo y me doy cuenta de que hay una entrada, pero no sé a dónde me puede llevar: otra realidad o la vida real, es una decisión difícil.
— Alex— dice Hanna.
En ese momento acaban con los sujetos que me atacaron.
— Es bueno verte— dice Hanna.
En ese momento cruzamos el portal y vemos que todo parece regresar a la realidad. Volvimos al lugar donde hay ruinas como tal, esto no puede ser tan fácil.
— ¿Dónde estaban? — digo.
— Igual que tú, tratando de buscar respuestas— dice Hanna.
En ese momento me quedo muy desconfiado con la salida al portal, no sé que pensar o que emitir. Los pensamientos que se me vienen a la cabeza son muy no sé cómo explicarlos.
Días después
Han pasado las horas y los sucesos inesperados. Hemos decidido regresar a las clases universitarias, no ocurren ataques y tampoco tenemos ataques de pánico. Cada que salgo de clases me pregunto si todo esto es la realidad que vivo, mi mente me dice que no todo esta bien, no hay respuesta de Tania o de Kas.
— Hola— dice Lexy.
— Me da gusto verte— digo mientras la abrazo.
— Pareces un poco asustado— dice.
Es lo único que me puede dar alguna seguridad.
— ¿Cómo ha estado todo contigo? — digo.
— Muy bien, ya sabes. Clases aburridas y también problemas en algunas. ¿Quieres comer algo? — dice Lexy.
En ese momento le acepto la invitación y tal vez pueda liberarme esta absurda idea de lo que es que ocurre.
— Toma— dice mientras me da una gaseosa con papas fritas.