Los corazones negros 3- La Sociedad Subterránea

Capítulo 6: De vuelta a la superficie

(Perspectiva Hanna)

 

Los muchachos y yo decidimos explorar toda la ciudad por separado para encontrar una de las entradas a la ciudad subterránea. Según las notas y la información proporcionada por la página web y lo que Alex investigó en su momento: la ciudad tiene varios accesos por lugares secretos y prefieren que estos estén conectando en lugares simples pero a la vista.

 

No sé y desconozco si la ciudad de Nápoles cuenta con algún tren subterráneo, sitios abandonados o quizás algo que me dé alguna pista.

 

—Repórtense— digo algo molesta.

—Hemos explorado por horas y no encontramos nada 

—Sin resultados

 

Ninguno de ellos encuentra una entrada, quizás debemos buscar en otra ciudad. 

 

—Alisten sus cosas, vamos al Vaticano— digo.


 

(Perspectiva Alex) 

 

Sigo huyendo hasta que choco con un edificio de vidrio que me rasga la cara y parte del cuerpo. Mi traje normalmente está siendo diseñado para este tipo de cosas, no pasen, pero algo de esto no me gusta. 

 

Un grupo de sujetos se reúne a las afuera y lo mejor que puedo hacer es correr a las gradas para ir al punto más alto. Los sujetos lanzan jabalinas para tratar de cazarme como un animal salvaje. 

 

Al llegar al último piso me doy cuenta de que hay un acceso para la azotea y lo mejor que puedo hacer es lanzarme. La cornisa parece ser resbaladiza, pero brincar es mi última opción si quiere sobrevivir. El grupo que me persiguen se encuentra en la puerta.

 

—Por orden de Deimos, te recomendamos rendirte y no lanzarte del edificio — dice uno de los sujetos.

—Van a tener que perseguirme— digo mientras uno de mis pies está en el aire.

 

Escucho el sonido de disparo mientras caigo lentamente y como la bala perfora mi hombro al caer activo el modo vuelo que despliega unas alas que me permite planear por los edificios, lo mejor que puedo hacer es mantenerme hasta encontrar un techo plano. 

 

Tania nos dio también la opción de unos parches curativos de heridas que relajan las heridas hasta quitárnoslas, tiene una corta duración, así que en cuenta regrese a la superficie, lo mejor es ir con un médico. Aterrizó en un techo y activo el parche en mi hombro para seguir planeando. 

 

Un grupo de soldados fuertemente armados están en una cueva y lo que significa que lo están cuidando por una razón, esa es la entrada y salida de estos dos mundos.  

 

Lanzo varias cartas explosivas, pero los soldados están protegidos por un escudo invisible, luego comienzan a dispararme con armas de alta  tecnología: láser, boomerangs de inteligencia, lo mejor que puedo hacer es entrar a un edificio y estar protegido por la parte interna.

 

En ese momento veo como un sujeto con un pedazo de robot gigante entra y comienza a lanzar un brazo gancho para tratar de capturarme, cada intento es un esfuerzo de evasión, así que tendré que luchar. Saco mi vara y los convierto en martillo para enfrentarlo. 

 

Los martillos están diseñados para lograr una movilidad fácil y sencilla al momento de golpear, el material es liviano, pero a la vez duro para dañar a los enemigos. Lanzo el primer golpe a uno de los brazos gancho que luego es destruido y machacado. Lanzo el otro para empujarlo a la parte de afuera del edificio. 

 

—Idiota— dice con voz robótica.

 

Veo como uno de los brazos se construye de nuevo y luego da un enorme aplauso, la onda de viento y sísmica hace que salga disparado del edificio, recuperando la conciencia, veo que estoy a unos tres o cuatro metros aproximados. Tapo mi cara con los antebrazos y luego despierto. Un sujeto trata de agarrarme, pero no me dejo hasta que me detiene. 

 

—Tranquilo — dice con una voz relajante.

—¿Quién eres?

—Soy tu ángel de la guarda.

—Mi que …

—Un grupo de héroes está esperándote.

 

Al recuperar mi clama y tranquilidad veo que estoy en lo que es un cuartel secreto. La estructura parece de la era digital mezclada con la contemporánea. Al levantarme me doy cuenta de que el piso es de vidrio y luces LED.

 

Me paro y sigo al sujeto que me espera en una puerta grande. Las preguntas invaden la mente.

 

—Puedo saber tu nombre

—Me llamo Aston

—¿Qué hago aquí?

—Una nueva sociedad quiere hablar contigo

—¿Cómo llegue aquí?

—La sociedad subterránea no es la única con tecnología de alto nivel. Usamos un portal mágico y luego te trajimos aquí

—Vaya, tengo mucha suerte

—Sí, suerte

 

Al llegar me percato de que hay varias sillas y también una tarima.

 

—Ve al punto medio




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