Los corazones negros

Capítulo 6: Protección

—No señor ministro no quiero esa responsabilidad y no quiero tomar la decisión— digo.

—Tus amigos te apoyan— dice el ministro.

—Lo voy a pensar— digo.

Nos vamos a nuestras casas y esa noche comienzo a pensar en mi futuro. No me parece la idea de que mis amigos estén implicados en esta organización de seguridad, suficientes problemas tengo yo para tener que estar soportando la presión de cuidar a mis compañeros.

Aunque pensándolo bien el salario no esta tan pisado con ello puedo pagarme un iPhone 7 o quizás el 8, eso no es importante ahora, lo material solo es un espejismo de nuestra vida pura mierda que no queremos aceptar que tengamos.

Al día siguiente, decido llegar temprano a la universidad, ya saben para estudiar. Mentira, tenía que juntarme con una amiga a que le de unos buenos besos y se esté quieta, eso y se deja tocar las nalgas y los senos, aunque están bien grandes, muy bien dejemos mi mente cochambrosa a un lado y enfoquémonos en la historia.

La chica con enormes senos y nalgas descrita anteriormente, quiso que nos viéramos en la parte trasera de las clases, ahí un pequeño barranco así que tengo precaución por si la tipa se le ocurre tirar mi cadáver. Sigo esperando y creo que la tipa me dejo plantado, pero escucho personas hablando, en mi estúpida y muy pequeña mente creí que era mi imaginación, pero algo llamo mi atención, mencionar el nombre de Gálata.

Por suerte las personas no saben que estoy presente, así que me mantengo en la esquina para escuchar con claridad.

—Tranquilizate, J la vamos a capturar— dice el sujeto con un corazón negro tatuado en la mano derecha.

—¿Por qué el jefe la busca a ella? — dice J.

—Ya te dije será parte de los tesoros del jefe, tenemos a 8 y 6, vigilándola constantemente— dice nuevamente J.

Hablan de J y números sin duda son miembros de los corazones, decido sacar una hoja para apuntar los nombres clave, pero cometo el error de hacer ruido.

—Escuchaste eso— dice J.

Mierda se me acelero el corazón, debo huir.

—Vaya tenemos un espía, más bien un héroe o no 5— dice mientras me toma de la mochila.

— Oigan chicos, no escuche nada, así que porque no me dejan ir y hacemos como si nada paso— sugiero.

—5, este tipo nos cree estúpidos, tienes apuntado nuestros sobrenombres, así que te diré algo que no se te ocurra revelar quienes somos porque si no creeme te buscaremos hasta el final de los tiempos para enterrarte en ese barranco que miras— dice J.

Los matones se van y me dejan pálido la cara, maldita sea, ahora tengo que reportar a mis superiores, tendré que aceptar el trabajo que me ofreció el ministro, proteger a Gálata se volverá mi deber ahora pero no quiero implicar a mis amigos en esto.

Decido volver a clases, pero me tropiezo con una compañera de clase Hanna o Hann como sea que se llame.

—Vaya, eres un idiota— dice.

—Disculpa, no me di cuenta— digo nervioso.

—Debes tener más cuidado, conozco a los tipos como tú— dice.

—Escucha, no estoy de humor para tus sermones de mujer santa o de mujer difícil, solo entra a clases— digo.

—Sabes, no trates de ocultar al hombre débil que cae rendido a una gran mujer como yo— dice.

—Escucha mujer deseada para tener sexo, no eres deseada, solo insoportable, no eres especial y deja tu vanidad de un lado y no fastidies quieres— digo.

Decido actuar normal, no quiero preocupar a Gálata con lo que me paso. Me siento y despejo la mente para estar más tranquilo, pero me llevó una sorpresa. Entra el nuevo licenciado que nos dará la clase de psicología general, alto, cabello oscuro, un traje severamente chingon y tiene toda la cara de J.

—Muy buenos días queridas mentes dispuestas a ser moldeadas por el conocimiento de la psicología, me llamó Javi Arduas, soy de España, pero vine para instruir a joven de Latinoamérica, así que espero podamos llevarnos bien— dice.

Bueno, soy el único que sabe sobre la verdadera identidad del licenciado Javi, ahora lo que tengo que hacer es alejarlo de Gálata, ella no será un tesoro para el gran jefe.

Después de eso me mantuve pequeño a mi pequeña protegida, tenía miedo y ella se la pasaba bien, siempre menciono que se sentía segura mientras yo estuviera con ella, así que no tendría problema, la invite a comer unas ricas hamburguesas en el centro de la ciudad y decidimos pasar un tiempo de calidad juntos, mientras comíamos tenía que disimular mi vigilancia sigilosa. paso el día y ella está a salvo en su casa y yo con una ansiedad y nerviosismo al mil.

Para mi mala suerte me levante tarde al día siguiente las clases empezaban a las 8:00 am y yo estaba saliendo de casa a las 7:50 am, llegaré tarde y cada minuto que pasa sola Gálata es una oportunidad para J, pero me lleve una gran sorpresa.

Las calles de la universidad estaban cerradas por policías de tránsito y de seguridad ciudadana, tuve que irme corriendo, aunque me di cuenta que las instalaciones están envueltas en llamas, mis amigos y demás compañeros están afuera.



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En el texto hay: problemas, peleas, asesinos

Editado: 14.03.2018

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