Después de mi amistosa platica con Kendrix decido reunirme con los otros corazones sobre la misteriosa llamada de P.
—Una chica llamada P, vaya eso suena algo alocado no crees— comenta Hann.
Si suena algo tonto y absurdo, pero me llamó, así que tengo que saber que demonios pasa.
—Trate de rastrear el número telefónico y no creerán lo que paso— digo.
—No lo lograste rastrear—
—Ubicación desconocida—
—Señuelo—
—Encontré una ubicación cerca de una casa en la carretera a El Salvador. Kilómetro 13.5 — digo.
—No puede ser, no crees que es una trampa de Gael o algunos de los corazones negros para poder asesinarte— sugiere Marlon.
Al instante me llama P para darme la instrucción.
—Mi sentido detectivesco no me falla, supongo que rastreaste mi señal. No digas nada, te veo en la ubicación en dos horas—
Rápida y al grano. Finalizando clases me subo al carro y mis amigos deciden acompañarme para respaldarme en caso de que sea una trampa. Ambos nos bajamos en una residencial en donde vive gente lúdica y política. Utilizo mi rastreador para ubicar la intensidad de la señal, todos estamos atento para un ataque sorpresa o quizás algún idiota se le ocurra disparar.
Caminamos unas 20 casas abajo y miramos que hay un gran hueco en donde se ubica una sola casa y es poco común, posee antenas, paredes de tres metros, cámaras de vigilancia, rejillas laser así que tenemos que ingeniárnosla para entrar.
Por suerte recibo un mensaje de texto que dice: "Estas cerca solo necesitas dejar tu celular para poder acceder". Al llegar a la puerta principal solo veo un portón de alta tecnología que intimida cualquier sistema de seguridad barato contratado por el gobierno o entidades privadas. Al entrar nos damos cuenta que hay personas encapuchadas y con armas de grueso calibre.
—No hagan estupideces— recomiendo.
Todos caminamos con miedo es como saber que el suelo está lleno de minas, pero aun así quieres probar tu suerte, siento como todas esas gafas oscuras cubren a esos matones, siento como controlan nuestros movimientos y los calculan para dispararnos una bala en la cabeza.
Al llegar a la caza tocamos el timbre y cometí la peor estupidez, abrí una rejilla trampa que contiene un tobogán que nos dirija a un sofá justo para todo el equipo, sin mencionar el típico escritorio con la silla más grande y claro el sujeto que nos citó.
—Vaya, veo que tu equipo te respalda— dice P.
—¿Quién eres y que quieres de mí? — Pregunto.
—Ayudar—
Veo que da la vuelta lentamente y resulta que el famoso P es ella.
—Eres una chica— dice Marlon.
Hanna lo golpea en las partes bajas.
—Hanna no lastimes a tu compañero de equipo— dice P.
—Me molesto su comentario, cree que este mundo está gobernado por hombres y debe ser un hombre el que cito a Alex— protesta Hanna.
—Deja de ser una feminista opresora quieres, no va contigo cariño— dice P arrogantemente.
Hanna se para intentar golpearla, pero solo veo como un grupo de láseres la apunta.
—Sigue haciendo tonterías y creeme será la última— dice P con su arrogancia.
Hanna se sienta y trata de controlar la ira que la consume lentamente.
—¿Por qué me has buscado? — pregunto nuevamente.
—Te contare una historia— dice P
La sociedad de los corazones rojos y los diamantes rojos eran muy unidos, pero todo ocurrió un día en que dos valiente mujeres decidieron hacer un cambio para el mundo. Maya y Carol era una de las mejoras peleadores de estas dos antiguas sociedades, ellas poseían los elementos claves: determinación, valentía, convicción, fuerza e inteligencia. Estas dos mujeres fueron capturadas por los corazones negros e hicieron las peores cosas que se imaginan. Fueron prostituidas, vendidas, utilizadas como cargas de droga, maltratadas y otras cosas que un enfermo mental podría hacer a una mujer inocente. Un día un corazón negro se arrepintió de hacerles daño y ayudo a las valientes mujeres, este sujeto desconocido fue forzado para pertenecer a los corazones negros así que ellos decidieron formar otra sociedad "los tréboles negros" todos los que pertenecían a esta elite tenían un único deber y era de rescatar mujeres que eran obligadas a prostituirse y claro asesinar a los que lucraban con esta antigua profesión.
—Estas valientes mujeres eran mi madre y mi hermana, ellas fueron víctimas de estos idiotas— dice con un poco tristeza P.
—Admiro a esas mujeres pero que lamentable todo lo que les ocurrió— dice Hanna.
—Así que tu intención es ayudarnos con los corazones negros— digo.
—Si. Más que eso, darles nuevas herramientas, nuevas armas y claro formar parte de su equipo con Kendrix— dice P.
—¿Conoces a Kendrix? — pregunto.
—Kendrix es mi prima y somos parte de lo mismo— explica P.
—Pero ella es un diamante rojo— exclamo.
—El ministro de gobernación, los diamantes rojos y yo somos lo mismo. Tenemos el mismo objetivo que es servir a los grandes trabajando con los pequeños. Ayudamos a los que son menos a que sean grandes y que los grandes aprendan que los pequeños pueden lograr algo magnífico. —