Los corazones negros

Capítulo 22: La unión de los naipes

—Dime la verdad o te juro que disparo— dice nerviosa Tania.

—Si, soy un corazón negro pero no por voluntad propia— digo temeroso.

—Explicalo— exige.

—Después de que me tatuaron y corataran el brazo el ministro que me recluto para proteger a Gal me dijo toda la verdad, sobre pagar la deuda a los corazones. Me explicó todo y me pidio que me sacrificara todo era parte del plan— digo.

—¿Qué?— dice furiosa.

—Todo fue parte del plan, el juicio, Leo y que Gal se pusiera de su lado. El ministro sabía sobre una celula de los corazones que operaba con los corazones negros ellos planearon todo lo que conocemos hasta ahora. Conquistar la oferta y demanda de la corrupción, el quería que yo me uniera a ellos y lo logre pero no con éxito. Al enterarse de mi identidad intentaron eliminarme pero logre salvarme gracias a los guardias— digo.

—No te creo ninguna palabra— dice.

Aun me sigue apuntando y no cree que digo la verdad como demostrarselo, solo puedo convencerla que me deje con vida unas veinticuatro horas.

—Cuando elimine a los líderes de la célula, el ministro no me logro sacar de la cárcel y me dejo a mi suerte. Soy un víctima y lo hice por amor por mi Gal por ella lo hice todo incluso perderlo — digo con sinceridad.

Ella baja el arma lentamente y decide sentarse para un respiro tranquilo. 

—Estuve ayudando al enemigo— dice decepcionada.

—No, estabas ayudando a una pobre alma que fue inculpada y traicionada por gobernantes y simples personas — digo.

Tania decide irse afuera mientras que yo decido investigar, es momento de que ella reflexione lo que hizo, me ayudo a darme una oportunidad a mi mismo, me saco de un posible infierno ahora solo me queda devolverle el favor.

En los archivos encuentro documentos sobre la experimentación que le hicieron a Hanna. Resulta que no hicieron un pacto, Leo la secuestro quizás por algo personas o simplemente queria lastimarla. Sigo en mi ardua investigación en busca de mis amigos, no hay ningún registro, dato o fecha que demuestren que siguen con vida o que los esten vigilando. 

—Te creo— dice Tania.

Yo me volteo simplemente sorprendido y agradecido.

—¡Es en serio!—

—Los corazones negros son personas pedantes y traidoras. Si fueras uno de ellos yo estuviera muerta o quizás tu sirviendo a Leo o Lozano. Dices la verdad— dice.

Después de eso me levanto y nos abrazamos. Escucho como una lágrima cae de su ojo. No sé si es señal de arrepentimiento o de que ella se siente muy sola o simplemente me ve algo en mí que no cualquiera puede hacerlo.

—Tus amigos estan bien— dice.

—¿A qué se refiere?—

—Ellos estan en custioda en otros países. Cuando nos enteramos que Leo estaba secuestrando a tu equipo, decidimos que formaran parte del programa de protección a testigos internacional. Estarán bien.— dice con una sonrisa.

—Los necesito, aquí conmigo— digo.

—No puedo cumplir esa promesa, ya has perdido mucho y no quiero que pierdas a tus amigos— dice.

Un momento muy emotivo en mi vida asi que seguimos viendo los vídeos. En resumen, los corazones negros planean en una semana presentar otra vez el experimento fallido que interrumpí, quizás tienen más voluntarios asi que decido mejor volver donde esta Hanna.

Tengo hacer que reaccione, cuando la conocí era muy pedante, egoísta y solitaria pero después de eso fue amiga de Gal cuando me encarcelaron y vi una transformación de madurez cuando empezo a estar con nosotros.

Entro de nuevo al cuarto y pido que la liberen, voy a combatir con ella cuerpo a cuerpo. Tengo una ventaja que es mi brazo robótico pero ella tiene nuevas habilidades nunca antes vistas por nadie que no sea su víctima.

  —Pelearemos— digo.

Los guardias le quitan las cadenas y ella se levanta de una forma muy rara. Toma con las manos la silla y me lanza con toda su fuerza. Yo logro destruirla con el brazo metálico.

Comenzamos con la pelea épica   

Comienzo evadiendo los golpes directo a la cara, los logro torcer o parar con las palmas de mi mano tengo la suerte de que no hayan objetos punzantes que me pueda clavar. Cuando me lanza el golpe con mi mano derecho la logo detener para realizar una llave

  —Eres Hanna y no una marioneta— digo forcejeando.

Me logra derribar pero yo sigo dominando en fuerza. Mi brazo metalico me ayuda bastante, asi que decido utilizar una habilidad que nunca use, electrocutarla quizás asi logra reaccionar asi que aprieto el boton y veo como ella grita de dolor mientras cae al suelo. 

  —Hanna— digo preocupado.

Solo escucho un par de gemidos.

—Responde—

—Alex— susurra.

—¿Cómo puedo saber que eres tú?—

—Amas a Gal pero no lo admites—

Hanna se levanta con la reservas de energía que le queda, los guardías deciden esposarla como medida de seguridad y llevarla a un cuarto especial para poder conversar con ella. Una media hora después me decido a tomar una siesta antes de que comienze el interrogatorio. 

Se comienza a despertar y me despierta.  

—Estas bien— dice.



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En el texto hay: problemas, peleas, asesinos

Editado: 14.03.2018

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