Los Cuatro Príncipes

Invitación a la Fiesta

—¿Una fiesta? —preguntó Nelly.

—Prometí hacer una fiesta si nos inscribíamos en el Torneo Juvenil —respondió Dany—. Tal vez ustedes quieran ir.

El rubio miró a Francis y a Jamie, como diciéndoles que las tenían que invitar. Francis se acercó a él…

—No creo que sea buena idea —dijo en voz baja.

—Tenemos que ayudar a Jamie.

El guitarrista de la banda entendió el mensaje y se acercó a Nelly…

—Sí, ustedes podrían venir con nosotros. La fiesta será solo para los jugadores y las chicas que lleven… de alguna otra forma no podrían ir.

Nelly quedó impresionada. Jamie recibió una mirada de Dany, dándole la orden de que tenía que actuar, así que se acercó a Melany…

—Pueden venir con nosotros… quiero decir, ustedes podrían ser nuestras acompañantes.

—¿En serio? —la chica estaba un poco nerviosa, no se esperaba algo así.

—Yo iré con Nelly —anunció Francis—. Y tú irás con Melany, claro, si no les molesta.

—Ehm… no, no hay problema —se adelantó Melany, Nelly estaba a punto de negarse—. Gracias por invitarnos.

—Mi nombre es Jamie, por si no lo sabías.

—Mucho gusto, yo soy Melany.

Los dos rieron, como si ya se conocieran de mucho tiempo. Nelly no quería asistir con Francis, pero se le ocurrió algo…

—Tengo otra amiga. Dany, ¿a quién vas a llevar a la fiesta?

—¿Yo? Aún no he invitado a nadie, pero estoy seguro de que rápido conseguiré pareja.

—Melany y yo iremos si tú vas con nuestra amiga.

—¿Qué? —la chica no estaba del todo de acuerdo con eso de poner condiciones.

—¿Amiga? ¿Cuál amiga?

—Solo así asistiremos.

—Nelly…

Dany lo pensó y con tal de ayudar a su amigo Jamie, después de ver que había congeniado con Melany, aceptó.

—Está bien. Invitaré a tu amiga. ¿Cómo se llama?

—Lucero.

Al día siguiente. Los alumnos estaban hablando del nuevo Liceo, por fin sus puertas estaban abiertas y había filas para inscribirse. Algunos hasta habían faltado a clases con tal de estar ahí, sobre todo las chicas que, al ver a Alan, no podían perder esta oportunidad.

—Creo que no habrá clases hoy, faltaron muchos alumnos —comentó Candy al grupo—. Aunque debo decir que es bueno que se inscriban a ese Liceo, tal vez los alumnos mejoren y saquen buenas calificaciones.

—Entonces, ¿podemos salir a jugar? —preguntó Keren.

—Sí, con los grupos incompletos, no creo que los maestros den clases. Ustedes deberían ir e inscribirse también.

—Bueno, es que el Torneo Juvenil es más importante ahora.

—Tú no vas a participar, Keren —dijo Kenneth.

—¡Los apoyaremos!

Candy no dijo nada más y salió del salón. Los pocos alumnos que habían asistido también salieron.

—Joshua, estás muy desanimado hoy. ¿Vas a entrenar así? —preguntó Mark.

—Sharon cree que la engaño.

—Oigan, les tengo una genial noticia —llegó Dany—. Voy a hacer una fiesta en mi casa el sábado, por lo del Torneo Juvenil. Solo será para los titulares del equipo, pueden traer a una chica.

—¿Una fiesta? ¡Genial! —expresó Mark.

Dany se alejó para decirles a los demás.

—Ese Dany ni siquiera se preocupa por sus amigos —comentó Joshua—. Estoy pasando por un momento muy difícil y él planea una fiesta.

—Pero, ¿Por qué Sharon creería eso? —Mark regresó al tema.

—Hay una chica en la cafetería del Centro Entertainment, se llama Sandra, ella ha estado coqueteando con Uriel últimamente. Yo le dije que no podía gustarle Uriel, pero no puedo decirle que es porque él es un Hechicero del Mundo de la Oscuridad, entonces, Sarah y Violeta se enteraron y fueron a decirle a Sharon. Sharon cree que yo le dije eso a Sandra porque me gusta.

—Oh… ya veo…

—No puedo explicarle lo de los poderes mágicos, sería ilógico para ella.

—Es cierto. Haces bien en conservar el secreto. Así que ese Hechicero está enamorado…

—Sandra es una chica inocente, no quisiera que se llevara una desilusión cuando vea que Uriel ya no es una persona normal.

—Sí, en cierta forma estás en lo correcto. Joshua, tú tampoco eres una persona normal, ya recibiste los poderes del Fuego, pero… a diferencia de Uriel, tú eres bueno y él… en cualquier momento podría utilizar hechizos oscuros. Es peligroso.

—No sé qué hacer. Quiero recuperar a Sharon.

—Sé que va a sonar muy mal… No puedes meterte en el asunto de Uriel y Sandra, va a ser parte de su destino sufrir. Ella solo se fijó en él y puede terminar en tragedia, sí, pero es algo que ya está escrito.

—¿Qué? Mark, no puedes ser tan insensible. Tal vez en tu mundo no tienen sentimientos, pero aquí, somos humanos muy sensibles.




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