Desde ese escándalo, la fiesta ya no era la misma, algunos se habían retirado y muy pocos permanecían en la sala. Las mesas tenían cajas de pizza a medio terminar, las bebidas estaban a la mitad y había vasos por todos lados. Kevin se acercó y tomó un vaso, lo olió y se dispuso a beber de él…
—¡Deja eso! —Kenneth se lo quitó— ¡No lo tomes! Es cerveza, ¿Por qué no te has ido a casa?
—Porque soy un niño indefenso que no puede andar solo en la calle a estas horas —respondió, haciéndose el inocente, luego cambió su tono de voz—. ¡De verdad eres un idiota! —señaló.
—Ah… ¡maldición! Tendré que llevarte… —se dirigió a Sarah— Tendré que llevarlo, ¿puedes regresar sola?
—¿Es en serio? ¿Nuestra cita arruinada por este mocoso?
Kevin se molestó.
—No me sorprende que tú también seas una idiota —le dijo a la chica—. Hacen muy buena pareja siendo idiotas los dos.
—¡Kevin!
—¡Es la verdad! —se defendió— La chica que me trajo es más lista que tú.
Sarah se molestó mucho más cuando el niño hizo el comentario, tenía ganas de estrangularlo en ese momento.
—Lo siento —se disculpó su novio—. Tenemos que irnos ahora —tomó a Kevin del brazo para llevárselo.
—¡Más vale que compenses esto! —fue lo único que pudo decir al ser abandonada.
Nelly y Melany llegaron a casa de Sharon.
—Chicas, lo siento, me olvidé de ustedes en ese momento —se disculpó ella, ya estaban en su habitación.
—No te preocupes, Sharon —dijo Nelly—. Lo importante es que estás bien.
—¿De verdad terminaste con Joshua? —Melany no lo podía creer.
—Sé que es difícil de creer, pero ya no pude soportarlo.
Se quedaron en silencio. Luego, recordaron que había otra cosa que discutir…
—¡Cierto! —dijo Sharon— Chicas, cuando ustedes salieron de la residencia Beenzi, ¿había vigilantes en la entrada?
—¿Vigilantes? —se miraron entre sí.
—Vimos a alguien muy raro… —dijo Nelly— …ahora que lo mencionas, ¡no había ningún guardia en la entrada!
—¿No será que…?
Melany y Nelly se miraron. Sharon sospechó…
—Ese ‘alguien raro’ que vieron, ¿llevaba un sombrero negro?
—¡Y una capa! —agregó Melany.
—Entonces sí lo vieron…
—¿También lo viste, Sharon?
—No solo lo vi, nos atacó a Sherly y a mí…
—¿Qué?
—¡A nosotras también nos atacó! —exclamó Melany.
—Y dijo que teníamos poderes mágicos… —completó Nelly.
—No puede ser… —Sharon estaba impactada, ahora todo coincidía, Elizabeth había dicho que las 5 chicas tenían poderes— …Elizabeth tenía razón.
—Espera… nosotras no tenemos magia —Nelly remarcó esto.
—¿Por qué dicen que tenemos poderes?
—No lo sé, chicas —respondió Sharon—. Debemos hablar con Elizabeth sobre esto.
—Ella ya no va a la escuela, ¿Cuándo la veremos?
—También podríamos hablar con… Britanny.
Nelly se sorprendió al escuchar ese nombre.
En la fiesta…
—Gracias por invitarnos a esta fiesta. Lamento que hayan pasado cosas muy malas… —decía Arthur.
—No tienes qué agradecer, vayan con cuidado —Dany despidió a Arthur y a Elizabeth.
—Joven Daniel… —llegó uno de los guardias— …mis compañeros de la entrada principal fueron noqueados.
—¿Qué?
Dany siguió al guardia para ir a verlos.
—¿Fue tu nuevo sirviente? —preguntó Elizabeth al oír esto.
—Puede ser. Estoy impaciente por escuchar el reporte de esta noche.
Se retiraron.
Joshua estaba muy triste…
—¿Qué voy a hacer sin Sharon?
Al ver que ya todos se habían retirado de la fiesta, Mark pensó en que sería buena idea hablar sobre la magia.
—Tal vez debas decirle la verdad…
Betsy, Karie y Benny quedaron sorprendidos.
—Las personas que poseen poderes mágicos no deben revelar sus poderes en el Mundo Real —dijo Betsy—. Incluso los del Mundo de la Oscuridad ocultan su magia.
—Lo sé, pero vean a Joshua… el pobre quiere ayudar a esa chica, Sandra, y por eso todo se está malinterpretando.
—Si Joshua y Sharon están destinados, no deberíamos preocuparnos… —comentó Benny, recordando a Cupido.
—Oigan, las hadas dependen del amor, si Joshua está desanimado por ella, sus poderes se debilitarán —respondió Mark.
—Eso es verdad —apoyó Karie.
—¿Somos hadas? —preguntó Francis, con una gran decepción.
Jamie no sabía que decir.